Operación del MÍO se vio interrumpida por jóvenes que se “cogieron a bala” en una de las estaciones

Un nuevo hecho de intolerancia interrumpió la operación del Masivo Integrado de Occidente (MIO), el jueves, 12 de octubre, por la noche, cuando un grupo de jóvenes pasó de los golpes a los disparos, en medio de una riña que ocurrió en cercanías a la terminal del barrio Andrés Sanín (Cl 75, Cra 19).

El enfrentamiento quedó registrado en un corto video, que habría sido grabado por uno de los conductores de la empresa MÍO, mientras esperaba a retomar el servicio. Justo cuando ocurrió la balacera, se dirigía al baño, pero se vio obligado a permanecer en su vehículo, en medio del cruce al fuego.

Los responsables serían seis jóvenes que no supieron resolver sus diferencias y terminaron por enfrentarse en duelo, poniendo no solo sus vidas en riesgo, sino también las de pasajeros y conductores en la terminal.

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“En Sanincho, papi, vea, casi se hacen coger (de un bus). Están tropeleando todos contra todos, vea (…) Yo me iba a levantar a mear y esa correlona de ese poco de gonorreas, que calor. Casi los mata a un carro”, se escucha narrar al conductor, con un lenguaje soez.

Según testigos, los implicados habrían ingresado a la estación para intentar evadir a las autoridades, que, minutos antes, habrían dado con su paradero, tras escuchar una ráfaga de disparos, en la zona este de Cali.

Un episodio que, lejos de sorprender a la comunidad caleña, sería el pan de cada día. O al menos, así lo habría señalado uno de los usuarios de la red social X (antes conocida como Twitter) que se sumó a la conversación sobre el video:

“Eso es todos los días y para pasar por el centro comercial Río Cauca las dos bandas se dan bala. Mientras, uno pasa por la inspección de policía en la noche y se ven 20 motos cuadradas, que deberían estar patrullando, o digan si es mentira”.

El de Andrés Sanín, no es el primer ni el único episodio de intolerancia registrado en los que va del 2023, en el Masivo Integrado de Occidente. Tanto así que el de los colados serían el menor de los problemas en la ciudad.

Y es que, a pesar de haberse presentado enfrentamientos a puños entre la Policía y algunos pasajeros por el no pago del pasaje, se conocen casos en los que usuarios se han agredido entre sí con arma blanca o arma de fuego e, incluso, de personas que han atacado a los conductores tras recibir un llamado de atención por invadir el carril exclusivo.

“La percepción de inseguridad está directamente relacionada con el delito de hurto y, curiosamente, los homicidios no suelen tener una incidencia fuerte en esta estadística. Por ejemplo, los robos en el MÍO, mediante la modalidad de cosquilleo, afecta de gran manera la percepción de las personas”, detalló el experto en seguridad Andrés Felipe Galindo, en conversaciones con El país.

Un problema común para el que Galindo habría encontrado una explicación, al igual que para el deshonroso primer lugar entre las ciudades colombianas con mayor percepción de inseguridad, que Cali ocupó con una votación del 84.1%, según la última encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Dane.

“En Cali hay una tendencia mucho mayor a compartir los contenidos de criminalidad y eso aumenta la percepción de que vivimos en una ciudad compleja. Sin embargo, es importante aclarar que no necesariamente lo que la gente percibe es el reflejo de la realidad, pero sí es un indicador de cómo se están sintiendo unos ciudadanos en función de unos hechos”, explicó para el medio citado.