El 21 julio del año 2000, Virgelina Aguiar Cifuentes asesinó brutalmente a su arrendador, quien la accedió sexualmente, en medio de lo que podría ser considerado un ataque como reacción de su ira e intenso dolor causado por su asaltante.
Oriunda de Venadillo, Tolima, es madre de tres hijos, siempre se desempeñó en trabajos campesinos por lo que la llevó a buscar ayuda en Ibagué donde un familiar de su exesposo, José Virgilio Campos, quien tenía una carnicería y llegó a un acuerdo con la mujer: ella haría oficios varios a cambio de un cuarto y comida para sus hijos.
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De acuerdo con información de la tutela, el arrendador acosaba constantemente a Virgelina, incluso se conoció de un tocamiento en la misma cama donde dormía con sus hijos. Una noche Campos le insistió a la mujer salir a tomar licor, aunque en un principio la mujer se negó, terminó accediendo a la propuesta porque uno de los empleados cuidaría de sus hijos. Sin embargo, cuando regresaron a la vivienda, el empleado se negó a dar la ubicación de los menores.
Razón por la que el carnicero manipuló a Virgelina para tener relaciones con él esa noche. Según el expediente, Virgilio Campos la amenazó con un cuchillo del establecimiento para que estuviera con él.
“Entonces fue donde yo me asusté. Él se me fue encima con el cuchillo, me cogió a la fuerza. Entonces yo le dije: “conste que voy a estar con usted, pero con tal que me diga donde están mis hijos”. Y así fue como estuvimos juntos. Ahí le dije: “ahora sí dígame donde están mis hijos. Llévenme a traerlos”. Él me dijo: “no. Si usted está otra vez conmigo le digo donde están sus hijos”: fue una de las declaraciones de la mujer ante las autoridades.
En ese momento, Virgelina contó que encima del congelador, donde dejaban los cuchillos, había un hacha, lo tomó y le cortó el cuello al arrendador. “yo al levantarme y al ver que él me había amenazado y no me quería decir donde estaban mis hijos, cogí el hacha y perdí el control. No sé qué hice…”, confesó.
Luego del crimen, estuvo en el anden frente a la carnicería por un par de horas, hasta que una patrulla de la Policía pasó por el lugar; Aguiar confesó todo lo que había sucedido. El Juzgado Sexto Penal del Circuito de Ibagué un año después, la condenó a ocho años y cuatro meses de prisión por el delito de homicidio simple.
De acuerdo con las pruebas del despacho establecieron que Virgelina actuó bajo una condición de ira e intenso dolor, por lo que se negaba que la mujer hubiese planeado el crimen con anterioridad. De esta manera, su versión era cierta: fue violada y en sus interiores se encontró espermatozoides.
Por su parte, la Procuraduría y la Fiscalía General de la Nación, no estuvieron de acuerdo y apelaron la decisión. Es así como el caso llegó hasta el Tribunal Superior de Ibagué, que dejó libre a Virgelina en octubre de 2003 por principio de favorabilidad. Pero dos años después, en junio de 2005, el mismo organismo revocaría la absolución y ordenaría a 28 años de condena por homicidio porque José Campos se encontraba en estado de indefensión.
Cuando cumplió su tiempo en la cárcel, Virgelina Aguiar retomó su vida en el 2003 hasta el 2022, durante este tiempo crio a sus hijos y hasta se casó de nuevo. La mujer nunca recibió una notificación alguna de una sentencia que sucedió siete meses después del fallo condenatorio.
El 3 de febrero de 2022, la mujer se enteró que, para el Estado colombiano, era una homicida que merecía estar privada de su libertad por casi tres décadas. Información que la notificaron unos policías en un retén en el departamento de Tolima, quienes se encargaron de llevarla ante las autoridades penitenciarias.
A pesar de que estuvo 19 años en libertad, ahora permanece en la cárcel de Ibagué, donde le esperan esos 28 años que el Tribunal Superior de la capital tolimense pare pagar su crimen en la carnicería.
El caso es representado por la ONG Temblores, quienes aseguraron que a Virgelina Aguiar nunca le notificaron la sentencia de segunda instancia, por lo que no se pudo defender. Es por esto por lo que interpusieron una acción de tutela, recurso que fue radicado durante los últimos días con destino a la Corte Suprema de Justicia, donde se espera que se revise el caso nuevamente para analizar los derechos al debido proceso y no discriminación contra la mujer.