La reforma tributaria aprobada en el 2022 ya comienza a surtir efecto en el bolsillo de los colombianos, por cuenta de los impuestos fijados a las bebidas con alto contenido de azúcar y los cargos en los costos a la comida chatarra que empiezan a regir a partir de noviembre del 2023, de acuerdo con las fechas establecidas en dicha reforma.
Esto, como consecuencia, hará que los productos con alto contenido de azúcar, así como los alimentos que tengan altos niveles de sodio añadido se vuelvan más costosos para los colombianos que los consumen.
Los alimentos con sodio añadido, que están cobijados con la medida, serán los que contengan desde 1 miligramos hasta 300 miligramos de la sustancia. Del mismo modo, también se considera un aumento en los precios de los alimentos cuyo porcentaje de energía producto de las grasas saturadas sea mayor al 10%, de acuerdo con lo que propone la reforma.
Los impuestos saludables, según un artículo del portal jurídico Legis, se proponen “como una medida de mitigar las consecuencias adversas en las salud de las personas, que según datos de las OMS, son causantes de altos índices que se registran por enfermedades de tipo cardiovascular, diabetes, cáncer, y que, generan altos costos al sistema de salud en la atención requerida por parte de los pacientes que soportan estos padecimientos”.
En cuanto a las bebidas azucaradas, los gravámenes serán progresivos y aumentarán dentro del lapso de los próximos tres años, como establece la reforma. Una explicación del mismo portal jurídico indica que estas bebidas se limitarán a las que no tengan ningún fin nutricional complementario o que brinden terapia nutricional y que, además, pueda contener azúcares añadidos, como las fórmulas infantiles, productos líquidos o en polvo con fines médicos y medicamentos.
El aumento sería el siguiente: “Este gravamen, en materia tarifaria fija cuotas progresivas que varían de acuerdo a la base gravable (contenido de gramos de azúcar en 100ml de bebida), siendo para el año 2023 de $18 ($28 en el año 2024) en bebidas con contenido de azúcar entre 6 gramos y 10 gramos, y de $35 ($35 en el año 2024) para bebidas con contenido igual o mayor a 10 gramos de azúcar. En año 2025, el contenido en gramos que causa el impuesto será reducido de 6 a 5 gramos y de 10 a 9 gramos, quedando la tarifa en $38 y $65 para cada rango. A partir del año 2026, las tarifas se actualizarán según el incremento de la UVT”, como complementa el medio jurídico.
Por otra parte, los alimentos que contengan alto contenido de sodio y grasa saturadas también serán gravados en cuanto a su producción, venta o retiro de inventarios de alimentos que contengan añadiduras de estas sustancias, de acuerdo con loas parámetros de la norma. Según el mismo artículo de Legis, también se incluye preparaciones “que se obtienen por formulaciones industriales principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos y cosméticos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos”.
Entre estos, que aunque estarán señalados por las autoridades incluyen, de acuerdo con una lista recopilada por Portafolio, embutidos, y productos similares a la carne, mezclas y pastas para productos de panadería, pastelería y galletería, preparaciones para salsas y salsas preparadas, como condimentos y sazonadores líquidos o en polvo, harina de mostaza y mostaza preparada, también “preparaciones con componentes naturales de la leche, con adición de azúcar u otro edulcorante, excepto el arequipe” y varios más, según el medio.
Es por estas razones que se aumentará el costo de las preparaciones que se expenden en los establecimientos de comidas rápidas ya que, sea la preparación que sea, la gran mayoría incluye los alimentos mencionados, en especial, los embutidos. Esto puede significar una disminución en el consumo de estas preparaciones, que son preferidas por varios sectores de la ciudadanía,