El viaje que emprendió el colombiano Amilcar Jaimes en busca del sueño americano tuvo un trágico momento en el Estado mexicano de Nuevo Léon, en el norte de ese país, luego de que pandilleros, al parecer de la Mara Salvatrucha, mataran a su perrito que llamó Niño y que lo venía acompañando luego de que lo recogiera en Brasil, durante su travesía.
Desgraciadamente el viernes 6 de octubre un grupo de criminales intentó robarlo en las inmediaciones de las vías del tren de la avenida Luis Mora, pero logró huir, sin embargo, ellos en venganza alcanzaron a quedarse con su mascota y lo lanzaron contra un tráiler que lo embistió, señalaron en el noticiero de la televisión mexicana Fuerza Informativa Azteca.
“Aquí lo tengo, muerto, nadie puede hacer nada porque la gente no respeta, no respeta eso que le maten a uno su cachorrito, muertecito, ahí lo tengo. Me mataron a mi cachorrito yo que lo traía de tan lejos, de tan lejos que traía a mi cachorro y ellos los mataron esos hijos de puta. Mi niño”, relató en medio del llanto.
El migrante lleva dos años viajando desde Colombia y atravesó 12 países, entre esos Brasil, donde adoptó al perrito que lo acompañó por 7.000 kilómetros a través de los territorios de Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Belice, Honduras, Guatemala y México, a donde había arribado en julio.
De hecho su caso tuvo notoriedad en los medios de comunicación del país norteamericano entre las historias de los migrantes, ya que para entonces estaba buscando un trabajo para poder continuar con su travesía y cargaba al canino en sus hombros.
En una entrevista en el mencionado medio de comunicación mexicano destacaron su historia porque era una evidencia de la fidelidad de estos animales con los humanos. En ese entonces relató que al canino lo encontró abandonado en las calles brasileñas y desde entonces se hizo cargo de él, para llegar juntos a Estados Unidos.
En esa ocasión estaba por la población de San Nicolás, pero aseguró que miembros de las autoridades mexicanas le robaron el dinero que llevaba para poder cruzar la frontera.
“Unos policías me quitaron 1.700 pesos, que llevaba y que la gente me había colaborado para un pasaje y me los quitaron. Como a las 7 de la tarde, en el Parque Las Arboledas”, sostuvo y no dio mayores datos de la identificación de los uniformados, que señaló que lo dejaron en la Avenida Colombia.
Migración no cesa, ni por la amenaza de las deportaciones
La ola migratoria a Estados Unidos superó récords en 2023, y entre enero y septiembre, más de 424.000 de ellos, según estimaciones del gobierno de Panamá, han cruzado la inclemente selva del Darién en la zona de frontera con Colombia.
Y aunque en el país norteamericano anunciaron recientemente que reanudarán los vuelos para deportar a estas personas que viajan de forma irregular, especialmente los que provienen de Venezuela, la crisis humanitaria no cesa.
“Si bien el país de destino, Estados Unidos, ha anunciado medidas de deportación, y en esto debemos ser lo más transparente posible, no ha mermado el paso de estas personas a través de la selva”, aseguró la subdirectora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, María Isabel Saravia.
A pesar de que en 2023 la mayoría de las personas en movilidad han sido venezolanas y en años precedentes fueron haitianos o cubanos, los registros de Panamá dan cuenta de que nacionales de más de 60 países atraviesan la selva en su viaje irregular hacia Norteamérica. Más del 95 % se dirige a EE.UU.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció el lunes que albergará el próximo 22 de octubre una cumbre sobre migración con mandatarios de 11 países de Latinoamérica, incluido Panamá, en medios flujo sin precedentes que afronta la región.
López Obrador calculó que a la frontera de México con Centroamérica (Guatemala y Belice) llegan hasta 6.000 migrantes diarios, mientras que a la de Estados Unidos arriban hasta 10.000.
(Con información de EFE)