En una jornada de testimonio y búsqueda de verdad, las víctimas de Montes de María, ubicada entre Sucre y Bolívar, compartieron las experiencias relacionadas con los retenes de las extintas Farc-EP en una audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
La magistrada Julieta Lemaitre, encargada de dirigir la audiencia, destacó la importancia de explorar casos más allá del secuestro y el reclutamiento, para comprender la magnitud de la violencia sufrida en la región de Montes de María por parte de esa guerrilla.
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“Nosotros (la JEP) empezamos con el caso secuestro porque era del que había más información, pero en el Caso 10 estamos investigando todos aquellos crímenes que no son ni secuestro, ni reclutamiento, cometidos por las Farc-EP”, resaltó la magistrada Lemaitre, subrayando la amplitud de la investigación en curso.
El testimonio de las víctimas en esta audiencia arrojó luz sobre cómo los retenes ilegales de las Farc-EP afectaron profundamente el tejido social de la región de Montes de María. Las víctimas compartieron sus experiencias de secuestro, amenazas de muerte, simulaciones de fusilamientos y tratos crueles que padecieron mientras estaban en cautiverio.
Uno de los testimonios más conmovedores fue el de Jairo Javier García Arrieta, una víctima de secuestro de la extinta guerrilla, que relató cómo fue secuestrado mientras trabajaba en una empresa de telecomunicaciones.
García fue detenido por guerrilleros que portaban brazaletes de las Farc-EP, lo que señalaba su pertenencia a la organización guerrillera.
“Estoy aquí porque quiero que los comparecientes nos digan por qué se ensañaron tanto contra nosotros, contra mi familia. ¿Cuál era ese afán de dejarnos en las tablas, en la calle, sin plata?”, expresó con valentía García, reflejando la búsqueda de respuestas y justicia por parte de las víctimas.
La audiencia también contó con el testimonio de otra víctima, identificada como “B”, que solicitó que se mantuviera su identidad en reserva. Este individuo fue secuestrado en noviembre de 1999 mientras se desplazaba en un vehículo, al igual que García, de una empresa de telecomunicaciones entre los municipios de Chalán y Ovejas, en el departamento de Sucre.
“Nos subieron al camión. Yo me hice el bobo y a mí no me dijeron ‘sube al camión’, pero me dio miedo y yo mismo me subí”, relató “B”. Según su testimonio, el comandante de la guerrilla en el lugar comenzó a interrogar a los secuestrados para seleccionar a aquellos que serían liberados y a quienes se quedarían secuestrados.
Al concluir su relato, “B” expresó su agradecimiento al mecanismo de justicia transicional y enfatizó la importancia de continuar con el proceso de búsqueda de verdad y justicia. “Felicito a la JEP por lo que están haciendo (...). No deben dejar que se acabe la JEP”, afirmó.
De la misma manera, otra víctima manifestó “En particular, un personaje me decía que yo era un niñito de papi y mami y yo eso ya lo tenía en la mente, me decía ‘Dios mío, ellos creen que yo tengo plata y no sé qué me irá a pasar’. En varias ocasiones sí había un trato normal. Después ellos nos dieron del tema de alimentación, líquidos y esas cosas”.
Este individuo también mencionó las duras condiciones en las que se encontraba en cuanto a higiene, ya que no tenía la oportunidad de tomar un baño.
”En el caso mío, duré cuatro días sin bañarme, pues ellos decían ‘usted puede tomarse una botella y bañarse con otra botella’ y yo pensaba cómo me voy a bañar con una botella de agua, sin cepillarse uno los dientes ni nada. A ellos no les importaba”, agregó.
Por su parte, la magistrada Lemaitre destacó la valentía de las víctimas al compartir sus testimonios y su preocupación por el tejido social y la comunidad en general.
“Usted, al igual que las víctimas que hemos escuchado, nos cuenta no solo lo que le pasó, sino que da testimonio de lo que vio. Usted nos está contando de sus preocupaciones por los demás, del tejido social”, expresó la magistrada.
La audiencia de observaciones ante la JEP subraya la importancia de escuchar a las víctimas y comprender el profundo impacto que los retenes de las Farc-EP tuvieron en la vida de las comunidades de Montes de María.