En la madrugada del domingo 1 de octubre, en la ciudad de Lima, Perú, se encontró sin vida en su residencia a Juan Camilo Páez Ruge, un estilista nacido en Ibagué, Tolima.
El cuerpo de Juan Camilo fue descubierto en la vivienda que compartía con su pareja sentimental en el distrito de Surquillo, donde vivía desde comienzo de año. Una camioneta y los registros de las cámaras de seguridad son los principales elementos que tienen las autoridades para investigar el misterioso homicidio.
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De acuerdo con la prensa peruana la víctima colombiana llegó a su residencia junto a un acompañante, tras ingresar al conjunto de residencias se escucharon algunos ruidos, luego de otros cuarenta minutos llegó un amigo de Páez quien lo encontró sin signos vitales.
En la escena del crimen se encontraron tres casquillos de balas, también se encontró una camioneta en la que presuntamente se habría transportado el colombiano con su asesino hasta su casa en Surquillo, en el vehículo rojo que estaba parqueado junto a la vivienda hallaron botellas de cerveza, marihuana, un arma blanca y un boleto de compra que podría dar indicios del asesino. Se confirmó que en el carro se transportó Páez ya que la llave del vehículo se encontró en su vivienda.
Por otra parte los familiares del estilista colombiano están solicitando ayuda para poder traer el cuerpo de su ser querido al territorio nacional para poderle dar sepultura en la ciudad que lo vio crecer.
“Estamos haciendo todas las vueltas, pero nos dicen que no nos lo dejan traer de Perú. Queremos pedir una colaboración para que nos apoyen y poder traer el cuerpo (...) No sabemos a dónde comunicarnos y si la Embajada colombiana de pronto nos pueda ayudar para que nos dejen traer el cuerpo y darle sepultura acá en Ibagué, de donde es él, donde se crio, no queremos que quede en un lugar desconocido”.
Para repatriar un cuerpo a Colombia, es necesario seguir un conjunto de pasos. En primer lugar, se deben obtener las copias originales de los certificados de defunción emitidos por la autoridad local. Además, es fundamental incluir todas las pertenencias del fallecido, como su pasaporte. También se deben obtener los permisos de entierro y de viaje necesarios. Adicionalmente, se requiere proporcionar un informe de embalsamamiento y una carta con el sello del departamento de salud que certifique que no se trata de una enfermedad contagiosa. No existen restricciones específicas en cuanto al tipo de ataúd que se puede utilizar.
La solicitud para iniciar el proceso de repatriación debe ser realizada por los familiares del fallecido, quienes deben ponerse en contacto con la Embajada Colombiana en el país donde ocurrió el deceso y comunicar su decisión con respecto al traslado del cuerpo.
Es importante tener en cuenta que los procedimientos pueden variar según el país de origen y destino, ya que cada gobierno cuenta con sus propias leyes y regulaciones, lo que puede simplificar o complicar el proceso de repatriación. Además, este proceso puede ser prolongado y costoso, pero el Gobierno nacional ha implementado medidas para ayudar a aquellos que carezcan de los recursos necesarios.
Si bien es cierto que los gastos de repatriación generalmente deben ser asumidos por los familiares del fallecido, en situaciones excepcionales en las que los familiares se encuentren en una situación económica extremadamente vulnerable, la Cancillería intervendrá para buscar apoyo de otras entidades estatales, organizaciones privadas y fundaciones con el fin de brindar asistencia en el proceso de repatriación. Esto se debe a que la Cancillería no dispone de un presupuesto específico asignado para este propósito.