Tras 195 años del fusilamiento del máximo prócer naval colombiano, el almirante José Prudencio Padilla López, el presidente Gustavo Petro le concedió el grado honorífico de gran almirante, como inicio de una serie de homenajes que se rendirán en su memoria.
El ascenso de Padilla al grado de Gran Almirante fue aprobado por una ley en su honor del Congreso de la República y marcó el inicio de una serie de homenajes al prócer colombiano, a partir de la revelación de una obra de arte para que se reconozca su rostro.
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El presidente resaltó el origen indígena del gran almirante Padilla quien nació de madre wayuu y padre mulato en un caserío de Riohacha, en el departamento de La Guajira, conocido como Camarones, el 19 de marzo de 1784.
“Nosotros no tenemos la valoración de la historia de esa manera, se nos volvieron más importantes las batallas de Bolívar, de Santander y olvidamos al negro, al indígena y sobre todo en la importancia estratégica del lago de Maracaibo. Sin el almirante Padilla nosotros no hubiéramos construido nuestras repúblicas. Se le debe la libertad y la independencia a un negro, a un indígena”, aseguró el presidente Petro durante la sanción del ley.
El jefe de Estado destacó la Batalla Naval del Lago de Maracaibo en 1823 por considerar que fue decisiva para que los países de Hispanoamérica mantuvieran la independencia que se había logrado años antes, y que es recordada como la conquista del control del mar por parte del ejército libertador.
“Ya había un espacio enorme de independencia y de República en América del Sur, y venía un segundo ejército de reconquista de España. Iba a repetirse la historia, venía la reconquista española, un segundo ejército cuya finalidad era derrotar a los patriotas y volvernos de nuevo colonias. Es el gran almirante José Prudencio Padilla el que llega a Maracaibo, hace una acción audaz incluso transportando los barcos por tierra para ponerlos en la retaguardia de la flota española y logra la victoria”, señaló el presidente.
Padilla inició su carrera naval en la Marina del Rey de España y se convirtió en el primer marino originario de América que llegó a ser Contramaestre en la Armada del imperio español. Incluso, estuvo en una de las batallas navales más memorables de la historia humana, en Trafalgar, en la que cayó prisionero de los ingleses.
Tras la prisión volvió a Colombia donde sus destrezas llegaron a oídos de Simón Bolívar, quien lo enroló en la causa libertadora. En medio de esa campaña, logró liberar a Cartagena del control español en la batalla de la noche de San Juan que le dio el poder de los fuertes al Ejército Libertador y lo convirtió en Contralmirante y General de Brigada.
Pero su mayor victoria es la del lago de Maracaibo que le reafirmó la independencia a los pueblos hispanoamericanos en el amanecer del 24 de julio cuando abrió fuego contra la flota realista. La embarcaciones que comandó el almirante Padilla destruyeron los buques españoles y echaron al traste el último intento de reconquista de la corona.
“Bolívar ordenó el fusilamiento del almirante por unos hechos falaces que culminaron con la vida del gran almirante y él gritó muy fuerte, muy alto: ¡Viva la República, viva la libertad!”, señaló el presidente Petro en el homenaje al gran almirante Padilla.
El mandatario reconoció al Congreso por expedir la ley que permitió su ascenso póstumo y encomendó a RTVC realizar una película que cuente su historia y los hechos “que llevaron a este almirante de un lugar tan humilde, de minorías étnicas tan sojuzgadas en ese tiempo, hijo de toda esa exclusión este hombre rebelde nos entregó la libertad”, concluyó el mandatario.