Corría el año de 1994 y Shakira se encontraba en una encrucijada. Habían pasado cuatro años desde que consiguió impresionar a un ejecutivo de Sony Music que le consiguió un contrato discográfico para grabar tres LP, pero ya había lanzado dos y ninguno funcionó comercialmente. El primero fue Magia (1991), pero apenas vendió unas mil copias y fue un fracaso. El segundo fue Peligro (1993), pero vendió todavía menos que su antecesor.
Sobre ambas grabaciones, Shakira ha explicado en varias oportunidades que no tuvo suficiente peso en la toma de decisiones, lo que llevó a que las canciones sonaran de una forma que ella no deseaba. El caso de Peligro fue especialmente ilustrativo, porque la cantante se negó a hacer una promoción activa del disco debido a su insatisfacción con el resultado.
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Ante ese panorama, decidió centrarse en terminar sus estudios de bachillerato y hasta incursionó en la actuación con su papel protagónico en la telenovela El oasis. Sin embargo, y aunque a la producción en la que compartió pantalla con Pedro Rendón le fue bien en sintonía, la barranquillera tenía claro que su verdadera vocación era la música.
Uno de los motivos por los que a Magia y Peligro no les fue bien en ventas, se relacionaba con la forma en que se trabajó desde la producción. Seguía muy apegada a las maneras de los años 80, con cierta tendencia a insistir en baladas románticas que pecaban de sobreproducción en un momento donde el panorama musical pedía otra clase de sonido, en pleno furor del rock alternativo a nivel internacional y que ya estaba dando a conocer distintos exponentes en el país como Aterciopelados, La Derecha, 1280 Almas o Estados Alterados, entre otros.
En ese momento Sony Music ya había decidido capitalizar el momento de auge que vivía el rock colombiano con el lanzamiento del compilado Nuestro Rock en 1993, en el que aparecieron temas de Aterciopelados, La Derecha y Pasaporte, entre otros artistas. Debido a que gozó de buenas ventas y amplia difusión radial, se planeó una segunda entrega para 1994 y le propusieron a Shakira participar con alguno de los temas que ya tenía grabados en Magia y Peligro para impulsar las ventas. Viendo esta como la oportunidad para imponer su criterio artístico, Shakira se negó, pero a cambio propuso una nueva composición. Esta era ¿Dónde estás corazón?. Estaba asumiendo un gran riesgo, pues luego de dos fracasos en ventas, un tercero sería el final de su carrera musical.
Cuando sugirió sumar su nueva canción, Shakira ya tenía claro cómo quería que sonara, pero faltaba que a su lado estuviera el productor capaz de cumplir con sus expectativas. Fue entonces cuando conoció a Luis Fernando Ochoa, el encargado de hacer la producción general de las canciones de Nuestro Rock II. Ochoa ya tenía un bagaje importante debido a que fue miembro de Nash y Compañía Ilimitada, dos grupos clave en la historia del rock colombiano. Pero sin saberlo, su encuentro con la barranquillera le daría la oportunidad de triunfar como nunca se lo había imaginado.
Una vez se lanzó Nuestro Rock II, ¿Dónde estás corazón? se convirtió en una canción bastante solicitada en la radio colombiana a finales del 94 y a lo largo de 1995. Se oponía completamente a lo que había grabado hasta ese momento, apostando por una base acústica, un ritmo más animado y juvenil, y un coro que sería el primero de muchos que los colombianos siguen coreando hasta hoy.
El éxito de le dio a Shakira una situación de poder que le permitió exigir a Sony Music un mayor control creativo cuando estos le ofrecieron renovar su contrato discográfico. Adicionalmente, y debido a que su nombre ya estaba comenzando a trascender fronteras, también exigió un presupuesto más alto para la producción de sus videos musicales. Aunque le concedieron más libertad creativa, el presupuesto inicial fue de 100.000 dólares, debido a que no esperaban una cantidad de ventas excesivamente alta.
Con ese presupuesto y con Ochoa en la producción, se grabó y publicó Pies Descalzos en 1996. Superó las expectativas iniciales de 100.000 copias y llegó a vender cinco millones a nivel mundial. Además de ¿Dónde Estás Corazón?, temas como Antología, Se quiere, se mata, o Estoy aquí le permitieron a la colombiana dar un primer vistazo de lo que sería su proyección a nivel internacional.
En el libro Shakira, mujer llena de gracia (Random House, 2001), se rescató una entrevista en la que la cantante habló de cómo sus reveses iniciales le permitieron encontrar su camino en la industria musical y, sobre todo, al momento de grabar ¿Dónde estás corazón?:
“Creo que si no hubiera tenido el fracaso de Peligro, no habría despertado y encontrado la determinación para detener lo que estaba haciendo y reevaluar mis objetivos. En otras palabras, si las plantas de mis pies no duelen no me habría dado cuenta de que mis zapatos eran demasiado pequeños. Si no me hubiera golpeado la pared, yo no habría salido descalza, y [poder] revelarme tal como soy”