Capturaron a siete policías que participaron en “plan pistola” del clan del Golfo para asesinar a sus compañeros en Sucre

Uniformados adscritos al Gaula también son señalados de capturar, torturar y asesinar a dos personas en junio del año pasado

El plan pistola dejó como resultado más de 30 uniformados asesinados en 2022 - crédito Archivo Infobae

La implementación de plan pistola, es una de las medidas de grupos armados como el clan del Golfo para atacar a la Policía cuando están asestando golpes importantes contra sus estructuras. Uno de los casos se dio en el 2022, cuando ese grupo narcoparamilitar asesinó a cerca de 33 uniformados y uno de los departamentos más afectados fue Sucre, donde capturaron a varios policías por trabajar con el grupo delictivo en la ola de asesinatos contra sus compañeros.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Google News.

En total fueron siete uniformados los señalados de ser lacayos del clan del Golfo, de los cuales dos eran oficiales y cinco suboficiales del nivel ejecutivo, quienes fueron detenidos en Sucre, Putumayo, Cauca y Chocó.

De acuerdo con las investigaciones internas, los policías vendían información al grupo armado en la implementación del plan pistola, facilitando las acciones armadas para atacar a otros uniformados.

Dos homicidios extrajudiciales

Nueve uniformados que estaban al servicio del Gaula en Sucre, al parecer, capturaron y torturaron a dos personas el primero de julio del 2022. Las investigaciones implican a nueve uniformados del Gaula identificados como los capitanes Luis Alberto Regino Garnautt, Rafael Reinaldo Peña Carranza, comandante y subcomandante del Gaula Policía Sucre, respectivamente, para la fecha de los hechos.

Los patrulleros José Alejandro Gómez Coronado, Luis Min Benítez González, Guillermo Javier Muñoz Amaya, William Enrique Socarras Rodríguez, Tomás Castro Vital, Alexánder Díaz Nader y Yimer Cruz Zúñiga.

Los integrantes del Gaula fueron acusados de los delitos secuestro, tortura, homicidio y porte ilegal de armas de fuego, ante el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Lorica (Córdoba).

De acuerdo con la Fiscalía, los uniformados detenidos habrían orquestado la muerte de Jorge Juan Gil Mercado y Jannier Ruiz Algueta, a quienes señalaban de haber atentado contra una patrulla el 29 de junio del 2022 dejando a un policía y un civil heridos en la población de Betulia (Sucre).

El Meridiano de Córdoba conoció que los policías ordenaron la interceptación de los teléfonos de las víctimas identificadas como Jannier Ruiz, a quien señalaron de ser alias Coyón y a Jorge Gil, quien supuestamente era el hombre de confianza; sin embargo, los señalados no eran los delincuentes.

Nueve policías de sucre cometieron dos asesinatos extrajudiciales - crédito Colprensa.

El primero de julio del 2022, los uniformados identificaron a sus víctimas en la terminal de transporte de Sincelejo, quienes abordaron un bus con destino al municipio de San Onofre (Sucre).

Los servidores de la patria siguieron el bus en dos vehículos oficiales de la institución a los que les pusieron placas falsas para evitar ser identificados. En el recorrido llamaron al comandante de la Policía de Tránsito para que detuviera el bus a la altura de Toluviejo para confirmar que las víctimas estaban en el vehículo.

En el puesto de control del Tránsito de Toluviejo, los uniformados bajaron a la pareja sentimental de Ruiz con engaños para que no interfiriera en sus planes y ordenaron que el bus continuara con su curso.

Cuando el vehículo llegó a una estación de gasolina de San Onofre los policías abordaron a Ruiz y Gil, bajo amenazas los obligaron a subir a la camioneta de la institución y los llevaron hasta la vía Lorica - San Bernardo del Viento en Córdoba.

En el sector conocido como el Matadero los obligaron a bajar, los torturaron y los asesinaron con tiros de gracia. A Jannier Ruiz le dieron dos tiros en la cabeza y a Jorge Gil uno.

Por el tétrico crimen, la Fiscalía de Lorica (Córdoba) inició una investigación y pudo dar con los presuntos asesinos que, sorpresivamente resultaron ser policías, quienes cometieron el crimen con armas distintas a las de la institución para evitar que las balas fueran identificadas.