En la tarde del 26 de septiembre, la Fiscalía General de la Nación reveló la captura de 10 personas que hacían parte de una red de tráfico de migrantes, que se encargaban de ingresar extranjeros a Colombia para luego movilizarlos hasta Urabá, inicio de la ruta del Tapón del Darién.
En las últimas horas, fueron revelados las grabaciones de algunas cámaras de seguridad dentro del aeropuerto El Dorado, en las que se observa cómo algunos extranjeros que eran rechazados por Migración Colombia, eran retirados de los filtros de seguridad dentro de canecas de basura.
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En uno de los casos expuestos se evidencia a un hombre, vestido con el uniforme de trabajadores del aeropuerto, movilizarse en un ascensor con una caneca en la que se recolectan los desechos para luego ser llevados al punto de acopio.
Sin embargo, luego de ingresar al elevador, esta persona levanta la tapa del elemento para preguntarle a los migrantes por su comodidad; En otro punto del aeropuerto, el hombre ingresa a lo que sería una zona exclusiva para trabajadores, pero minutos más tarde sale del sitio en compañía de dos personas más, se trata de los extranjeros que estaban dentro del contenedor.
Este sería el modo con el que la red de tráfico de migrantes permitía el ingreso de los extranjeros que no habían logrado pasar el filtro de migración, ya que además, estas personas también se encargaban de las visas y documentos falsos.
De la misma forma, la Fiscalía y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de los Estados Unidos revelaron que esta organización, que era liderada por Jan Pieter de Vrijer Molina, operaba en Medellín, Bogotá, Cali, Nariño y el país norteamericano.
Uno de los puntos que más llamo la atención, es que esta organización trabajaba de manera pública, habían diseñado un mecanismo en el que Vrijer se presentaba como el gerente de una empresa que contrataba conductores y proveedores de servicios para llamar la atención de potenciales clientes.
De acuerdo con las autoridades, los migrantes debían pagar entre 2.000 y 2.500 dólares por el recorrido, que incluía hospedaje y alimentación; estos pagos se habrían registrado en diferentes partes del mundo, como Kenia, Dallas, Miami, Austin, Múnich o Emiratos Árabes.
Este tipo de mercado habría posibilitado la compra de vehículos y propiedades en Colombia, lo que aumentaba el margen de ganancias que registraban.
“Usaban para el transporte de los foráneos vehículos propios, tipo automóvil de servicio particular, lo que les permitía un amplio margen de utilidad al no utilizar intermediarios”, es parte del informe entregado por la Dijin.
En uno de los operativos que permitió el desmantelamiento de la red criminal fueron encontrados ocho ciudadanos cubanos que estaban alojados en una vivienda que hacía parte de las propiedades que fueron adquiridas por el líder de la organización.
Además de Vrijer Molina, fueron capturados: Yesid Mauricio Posada Martínez, Rubelly Prado Valenzuela, Daniel Mauricio Charfuelan Atis, Yonier David Torres Burgos, Yimi Fernando Gallego Cubides, Emerson León Berrio, John Ernesto Lemus Jaramillo, Ariana Luz Buelvas Portela y Carlos Andrés Pérez Ballesteros.
De la misma forma, fue dictada medida cautelar de embargo y suspensión sobre 16 muebles e inmuebles avaluados en más de 2.400 millones de pesos; además, fueron incautados 11 teléfonos celulares, 19 pasaportes falsos, 79 millones de pesos y 29.000 euros en efectivo.
Se desconoce si el único objetivo que tenían los migrantes era ser movilizados hacia Urabá, subregión colombiana que es uno de los últimos territorios antes de llegar al Tapón del Darién, única frontera terrestre que existe entre América del Sur y Centroamérica.