A falta de un mes para las elecciones regionales del 29 de octubre, el candidato a la Alcaldía de Medellín Federico Gutiérrez conoció de un plan para atentar contra su vida.
Según denunció el exministro Luis Felipe Henao, desde la cárcel de Itagüí estarían ofreciendo $2.500 millones por la cabeza de Gutiérrez y que uno de los que está detrás del plan es Freyner Ramírez García, alias Carlos Pesebre.
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El terror de la comuna 13
Carlos Pesebre es el líder de los Pesebreros y negociante de la mesa de paz total del Gobierno Petro; además, tiene un amplio prontuario en el que se destaca su liderazgo en la Oficina de Envigado, grupos paramilitares, combos delictivos en Medellín dedicados al microtráfico, robo, extorsión, homicidios y que participó en la Operación Orión, donde paramilitares y sodados hicieron una ‘limpieza’ de supuestos guerrilleros que residían en esa comuna.
Ramírez García lleva casi tres décadas delinquiendo y se ganó su alias porque creció en el barrio el Pesebre, de Medellín. Su inicio en el mundo criminal fue a principios de la década del 90, cuando se vinculó al bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), donde se convirtió en hombre de Confianza de alias Don Berna.
Su nombre cobró más peso dentro del mundo del hampa en 2002, durante la Operación Orión en la que sirvió de agente de inteligencia durante cinco noches, y el día de la ejecución se vistió con camuflado y con pasamontañas, y guio a los policías y militares a las casas de los supuestos guerrilleros que habitaban en la comuna 13.
La Operación Orión dejó como resultado casi seiscientas víctimas, entre asesinatos, torturas, desapariciones y capturas ilegales, pero también sirvió de ‘trampolín’ para la carrera criminal de Carlos Pesebre, quien se unió al bloque paramilitar Héroes de Granada, donde empezó a manejar el control territorial de las comunas 7 y 13 e inició la conformación de los Pesebreros, grupo que se adhirió a la Oficina de Envigado tras la desmovilización del frente paramilitar en 2005.
De lacayo a comandante
En el mega grupo delincuencial Carlos Pesebre empezó como el tercero al mando con el control de las comunas 5, 6, 7, 12, 13 y en los barrios San Javier, Robledo y 12 de Octubre.
Sin embargo, fue escalando a medida que cayeron los líderes: alias Freddy Colas y alias Sebastián, quedando al frente de las acciones delictivas de la Oficina en todo el departamento de Antioquia con cerca de 500 hombres armados bajo su cargo.
Como líder de la Oficina de Envigado, Pesebre armó alianzas estratégicas con los comandantes de los Urabeños para ejercer control territorial y delitos como el narcotráfico, tráfico de armas, extorsiones, homicidios, desplazamientos y masacres contra quienes se les revelaban.
Freyner Ramírez García andaba a sus anchas por todo el territorio nacional hasta el 2013, cuando fue capturado en medio de la Operación Esparta II, que contó con la participación de 30 hombres del comando élite de las fuerzas especiales de la Policía.
Pesebre fue detenido junto con su anillo de seguridad en la finca Hotel Rio Manso, ubicada en Urrao (Antioquia), donde se escondía de las autoridades. El líder de la Oficina de Envigado fue condenado por los delitos de narcotráfico, extorsión, concierto para delinquir y uso de menores de edad para la comisión de delitos.
Condenado a 36 años de cárcel
Pesebre recibió una pena inicial de 9 años por el delito de concierto para delinquir, pero cuando pagaba esa pena recibió otra sentencia de 36 años de cárcel por el asesinato de uno de sus hombres de confianza.
En 2016 Carlos Pesebre fue culpado de ser al autor intelectual del homicidio de Mauricio Alberto Velásquez Valencia, alias el Meca, un exintegrante del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a quien conoció cuando era paramilitar y lo convirtió en su lugarteniente y uno de sus hombres más cercanos; sin embargo, el Meca traicionó la confianza adquirida y se robó cerca de 700 millones de pesos producto del hurto de combustible a los oleoductos de Ecopetrol.
Para la condena de Pesebre fue clave el testimonio de un exmiembro de su grupo delincuencial, quien sostuvo ante las autoridades: “Él (Carlos Pesebre) nos dice que con los registros que le había dado Mauricio de lo de la gasolina, los estuvo comparando desde dos o tres meses atrás y que notaba que le falta plata (...) Decía que la suma era grandísima, que está entre 700 y 800 millones (...) Él dijo: la decisión está tomada, con el dolor en el alma, somos hermanos, somos amigos, a Mauricio hay que matarlo”.
Inicialmente Pesebre fue absuelto por el Tribunal Superior de Medellín debido a que hubo inconsistencias en el relato del testigo; sin embargo, este año la Corte Suprema de Justicia revocó la decisión y dejó en firme la condena.
Una guerra casada con Fico
Mientras Federico Gutiérrez fue alcalde de Medellín libró una guerra de frente contra la Oficina de Envigado y sus reductos, política que no le gustó a Carlos Pesebre, quien desde la cárcel respondió a las acciones del entonces mandatario y aumentó la ola de violencia en Medellín.
En 2018 la Fiscalía dio a conocer una conversación telefónica que le interceptó a Carlos Pesebre, en la que coordina con otros miembros de su red delincuencial el aumento de acciones armadas y robos en la ciudad.
Alias Pichi: Ya es hora de unirnos, de trabajar juntos en la misma dirección, si no lo hacemos en 3 años estamos acabados, es hora de dejar el orgullo y el egoísmo a un lado y tratar unos objetivos como organización grande que hemos sido, tenemos que buscar aliados que sean enemigos políticos del alcalde para y quitarle popularidad.
Pesebre: Me parece perfecto.
Pesebre: ¿Cómo ve las cosas con el alcalde (Federico Gutiérrez)?
Pichi: Con ese hp no hay nada
Pesebre: ¿Entonces qué vamos a hacer?
Pichi: Pues viejo ya ni sé.
Pesebre: ¿Nos vamos a quedar cruzados de brazos con ese alcalde pirobo?
Pichi: Es que dígame ahí que se hace si no hay apoyo.
Pesebre: Deberíamos hacerle sentir que nosotros sí tenemos manejo.
Pichi: Hay que analizar los puntos débiles de él.
Pesebre: Hay que hacerle saber que estamos dispuestos a todo.
Pichi: Para que se pongan serios.