Luego de 48 horas debatiéndose entre la vida y la muerte, el niño de siete años herido durante un ataque sicarial dirigido contra un conductor de transporte informal, en el suroccidente de Bogotá, falleció sobre las 9 de la noche de este martes 26 de septiembre.
El embate, registrado la tarde del domingo en el barrio Bosa Linda, habría sido organizado ante la negativa del conductor a pagar a los extorsionistas que intimidan a comerciantes y conductores informales en la zona.
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Sin embargo, en medio de la balacera, el niño y su madre resultaron gravemente heridos. Con algo más de suerte que el conductor, quien murió a su llegada al Centro de Atención Médica Integral (Cami), de Bosa.
Entretanto, ellos fueron ingresados al Hospital de Kennedy, en donde los médicos intentaron de todo para estabilizarlos, pero, no fue suficiente para salvar la vida del menor.
Las autoridades investigan el caso y, de momento, se sabe que fueron abordados por varios hombres en motocicleta que tenían identificado su vehículo tipo Chana, desde que empezaron a cobrarle, a cambio de no atentar contra su vida.
¿A qué se debe el incremento de casos de sicariato en Bogotá?
Desde que inició el 2023 la ciudad ha registrado un dramático incremento en la tasa de homicidios, por cuenta de la presencia en aumento de grupos y bandas criminales en las calles.
Así lo habrían dado a conocer las autoridades, en coordinación con las cifras reveladas por la Secretaría de Movilidad a mediados de julio, según las cuales, la ciudad registró 529 homicidios violentos en los primeros seis meses del año.
Se sabe, además, que casi la mitad: 252, estuvieron relacionados con el sicariato; es decir, fueron cometidos por encargo. Un fenómeno que, a pesar de no ser nuevo, ha mostrado una tendencia inusual los últimos años, que tiende al alza.
Es así que llego a pasarse de 472 homicidios en los primeros seis meses del 2022 a 29 en 2023. Un incremento del 11,1%, con 53 casos de más.
Según indició el experto en seguridad Daniel Mejía, en exclusiva para Infobae Colombia, la presencia en aumento de los grupos armados en algunas regiones es proporcional a la tendencia en aumento de la presencia de organizaciones en la capital.
Es decir; el creciente poderío de estos grupos en los departamentos ha ocasionado que el número de homicidios por sicariato aumente en Bogotá. Una explicación que va de la mano con la poca o nula atención que las autoridades, de orden local y nacional, han puesto en esta problemática.
La evidencia está en las calles, en donde, grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) han dejado panfletos y carteles alusivos con su imagen, como ocurrió en abril del 2023, en el barrio Amapolas, en el sur oriente de la ciudad.
Al día siguiente, en la localidad de San Cristóbal, la misma organización habría desplegado una bandera, a la entrada de la vía Bogotá - Villavicencio. Y, a finales de junio, se encontraron pancartas alusivas a la Segunda Marquetalia del Frente 53 de las disidencias de las Farc, en puentes peatonales de las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy y Usme.
La situación expuesta por Mejía, habría sido denunciada por candidatos a la Alcaldía como Rodrigo Lara y el excomandante en jefe de la Policía Nacional, general en retiro Jorge Luis Vargas, quien, habría asegurado que las organizaciones delincuenciales en Bogotá tienen los días contados: “O se someten, o los vamos a capturar, o los enfrentamos”, refiriéndose al ELN y las disidencias, pero también a las Autodefensas Gaitanistas (AGC), ‘Los Paisas’, ‘El Tren de Aragua’, ‘Los Maracuchos’ y ‘Los Eracles’.