Un nuevo caso de maltrato animal se registró en Bogotá con una perra llamada Lolita, de siete años, que fue asesinada de manera violenta por la pareja de su cuidadora, presuntamente durante un ataque de celos en una vivienda de la localidad de San Cristóbal.
De acuerdo con la necropsia, presuntamente el hombre habría golpeado en la cabeza a la mascota, causándole la muerte por asfixia mecánica dejando al animal envuelto en sábanas sobre la cama.
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“El sujeto que la asesinó era la pareja de mi madre. Este personaje esperó a que yo saliera con mi otro perrito para que hiciera sus necesidades para asesinarla cruelmente y atacarla en mi propia cama”, afirmó Carolina Flórez, una de las dueñas de Lolita, para CityTV.
Y agregó: “Cuando yo regresé vi la escena más escalofriante que he visto en mi vida. Levanté el cubrelecho y vi que mi pequeña Lolita estaba ensangrentada, con golpes en su cabecita, en su cuerpo. Mi abuela también presenció la escena”.
Asimismo, Flórez manifestó que el sospechoso “no era capaz de bajar”. Así que, cuando finalmente volvió a hablar con la familia, actuó de uno manera “soez y cruel”.
“Era el amor de nosotros, era la niña que nos daba la felicidad. (...) el día sábado este desgraciado confesó que había sido él el que le había causado la muerte tan cruel a la pequeña Lolita (...) la mató porque se dio cuenta de que mi mamá la amaba mucho y la consideraba su hija”, aseguró.
La familia de Lolita pide que se haga justicia y que el asesino de la mascota sea enviado a la cárcel. Por su parte, Anny Riaño, la cuidadora de la canina agredida, denunció que el hombre se llama Kenny Villanueva.
“Quiero que esté tras las rejas. (...) Ella era mi vida... mató mis sueños, mis ilusiones. Su condena fue grande solamente por amarme”, dijo.
La violencia de género y el maltrato a sus mascotas
En Colombia han venido en aumento los casos en que los maltratadores retienen, maltratan o le causan la muerte a la mascota de su pareja, con el fin de causarle un daño psicológico. De allí surge la relación entre las agresiones machistas y los casos de maltrato animal.
“Las nuevas generaciones han optado por tener menos hijos, por lo que las mascotas se han convertido en un miembro de la familia. Por ello, cuando no hay niños, la manipulación emocional va dirigida a matar a la mascota o desaparecerla, y puede ser igual de efectiva por parte del agresor”, así lo explicó María Victoria Zambrano Ibarra, abogada y representante de víctimas de violencia intrafamiliar y abuso sexual infantil en el Consejo Distrital de Atención a Víctimas de Violencia.
La agresión psicológica y emocional, en este sentido, va dirigida al dueño de la mascota, para lastimarla en lo que más quiere. “Este es un instrumento de coerción, de control de las situaciones de violencia. Es maltrato animal y, al mismo tiempo, una agresión contra la persona”, comenta Zambrano.
Por su parte, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, IDPYBA, promueve el proyecto ‘Redes de apoyo’, creado por mujeres pertenecientes al Semillero de género, protección y bienestar animal, que busca visibilizar los abusos que sufren mascotas y jóvenes.
“Las violencias contra las mujeres y sus animales se han hecho tan evidentes que hoy en día algunos países como Estados Unidos, España y México han implementado ‘Refugios Seguros’, que son acuerdos de cooperación, generalmente entre mujeres, albergues humanitarios o instalaciones veterinarias para brindar también alojamiento a los animales de compañía, los cuales frecuentemente se ven atrapados en la dinámica de control, poder e intimidación que se ejercen, por ejemplo, cuando existe abuso conyugal”, indicó Daniela Bernal, bióloga del IDPYBA, en un comunicado de la entidad.