La industria gastronómica en Colombia, liderada por gigantes como Alsea, ha sido un pilar importante en la economía del país. Sin embargo, en los últimos tiempos, esta industria ha enfrentado desafíos por el aumento de la inflación y los precios de los alimentos.
La multinacional Alsea, conocida por operar exitosas franquicias de restaurantes como Starbucks, Archies y Domino’s Pizza, ha anunciado una ambiciosa inversión destinada a su expansión en Latinoamérica; además, ha fijado sus ojos en Colombia como parte fundamental de su expansión con una meta de: superar la cifra de 100 tiendas de Starbucks. Para lograrlo, la empresa está dispuesta a realizar un desembolso cercano a los 8.000 dólares anuales hasta el año 2025, canalizando estos fondos hacia mejoras en infraestructura y tecnología.
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Según Santiago Farinati, director de Alsea en Sudamérica, el 2023 marcará un hito en este ambicioso proyecto con la apertura de aproximadamente 12 nuevos locales en Colombia. Esto llevará el número total de tiendas de Starbucks en el país a 63. Además de la expansión física, Starbucks está apostando fuertemente por la tecnología, permitiendo a los clientes ordenar, pagar y recibir sus pedidos de manera más eficiente, mientras desarrollan programas de fidelización.
El enfoque de la expansión de Starbucks en Colombia se centra en ciudades estratégicas como Bogotá, donde ya tienen una presencia importante. Además, se planea una mayor penetración en ciudades como Cali, Barranquilla, Medellín y Bucaramanga, donde la marca busca consolidar su presencia y conquistar a nuevos amantes del café.
Pero, Alsea planea que expansionismo comercial no solo se quede con Starbucks, sino con otras de sus marcas más comerciales. Para fin de este año, según la empresa, se quiere terminar con 29 sucursales de Archies y 167 de Domino’s en ciudades como Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y, próximamente, Bucaramanga, con una inversión de entre USD $7,5 millones y USD $8 millones por año hasta 2025.
Sin embargo, otros operadores de la industria gastronómica de Colombia está atravesando tiempos difíciles debido a la creciente inflación y los aumentos en los precios de los alimentos. Guillermo Henrique Gómez, presidente de Acodres (Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica), destaca que la crisis en los costos de operación está dejando a muchos restaurantes en una situación precaria, con más pérdidas que ganancias.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los restaurantes es la necesidad de equilibrar sus costos sin aumentar los precios de los platos en sus menús. Esto se debe a que los consumidores son muy sensibles a los incrementos de precios. Sin embargo, los costos operativos siguen aumentando, incluyendo servicios públicos y alquileres, según dijo Gómez en 6 a.m. Hoy por hoy.
Como resultado, algunos restaurantes se han visto obligados a subir los precios de sus platos, lo que afecta negativamente la relación con los comensales. Según Gómez, los precios de los platos han experimentado un aumento del 16%, mientras que la cantidad de comensales y el porcentaje de clientes han disminuido en un 14%. Muchos han optado por preparar sus alimentos en casa y llevarlos al trabajo como una alternativa más económica, en vez de comprar en restaurante o a domicilio.
Los productos de la canasta familiar han experimentado variaciones significativas en sus precios, lo que afecta directamente a los restaurantes. Entre los productos que han sufrido aumentos se encuentran los lácteos, el pollo, algunos cortes de carne y el aceite. Esta situación es especialmente problemática ya que los restaurantes tienen un control limitado sobre estos costos.
Ante esta situación, el gremio gastronómico ha buscado alternativas para comprender la crisis y promover el sector. Una de estas medidas fue la consulta al consultor gastronómico Gustavo Tomé, de Argentina, para obtener orientación sobre cómo abordar esta problemática. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la situación sigue siendo desafiante.
Desde el sector gastronómico se está llevando a cabo un estudio econométrico para evaluar los efectos del impuesto al consumo, que actualmente se encuentra en un 0.08%. La idea es presentar los resultados de este análisis al Ministerio de Hacienda y argumentar que reducir este impuesto al 0.04% sería beneficioso para el establecimiento formal y podría ayudar a contener la inflación.
En cuanto a la gestión de costos, muchos restaurantes han optado por utilizar menús digitales, una práctica que se popularizó durante la pandemia de Covid-19. Esto permite ajustar los precios de manera más dinámica a medida que cambian los costos de los insumos, evitando el gasto asociado con la actualización constante de las cartas impresas.