Feminicidio en Soacha: hombre en condición de discapacidad torturó y asesinó a su pareja

Un hombre sin una pierna torturó y asesinó en el sur de Bogotá a su pareja, identificada como Yudith Marcela Nuncira, madre dos niños, y quien ya había recibido físicos y psicológicos por parte de su agresor

Un hombre sin una pierna torturó y asesinó a su expareja sentimental en el municipio de Soacha - créditos Colprensa.

Un lamentable hecho ocurrió en el municipio de Soacha. Una mujer identificada como Yudith Marcela Nuncira fue asesinada por su expareja sentimental dentro de una casa del conjunto residencial Bosques de Zapán. El agresor, un hombre sin una pierna, torturó y golpeó en repetidas ocasiones a la mujer hasta causarle la muerte; las autoridades capturaron y enviaron a la cárcel al señalado responsable: Álex Gamboa Parada.

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De acuerdo con la investigación, Yudith había convivido con el hombre de 37 años, pero por las continuas agresiones verbales, físicas, y otros maltratos a los que era sometida, junto con sus dos hijos, se marchó del lado de Gamboa.

El trágico día del feminicidio habría ocurrido cuando la mujer llegó a recoger su ropa, pero según la declaración de una amiga de la víctima, el sujeto agredió a Yudith en reiteradas ocasiones. Precisamente los vecinos evidenciaron los gritos de la mujer por lo que se comunicaron con las autoridades.

Al llegar los uniformados encontraron el cuerpo sin vida de la mujer con secuelas de varios golpes presuntamente causados con una muleta, además de múltiples heridas con arma blanca. La mujer, trabajadora informal del municipio, dejó a dos niños, de 10 y 12 años.

Posteriormente las autoridades se valieron de registros de las cámaras de seguridad para capturar y enviar a prisión al señalado responsable del feminicidio.

La violencia de género es un asunto preocupante en el país, el año anterior la Fiscalía General reportó un total de 180 feminicidios ocurridos en el 2022, mientras que el Observatorio colombiano de feminicidios ha indicado que la cifra llegaría a 600. Es por tal motivo que las autoridades invitan a las mujeres que estén siendo víctimas de cualquier tipo de violencia por parte de su pareja a denunciar a través de los distintos canales de atención.

Si alguien desea reportar un feminicidio en Colombia, existen diversos mecanismos disponibles para hacerlo. Según la Fiscalía General de la Nación, se ofrece la posibilidad de efectuar una llamada gratuita desde un teléfono fijo al número 01 8000 9197 48 o desde un teléfono móvil al 122, las 24 horas del día, durante todos los días del año.

Además, se han establecido líneas de atención específicas para denunciar casos de violencia física o sexual contra mujeres, como la línea púrpura con el número 018000112137, así como la línea 155, que ofrece apoyo a mujeres que han sobrevivido a situaciones de violencia sexual o física. De igual manera pueden dirigirse directamente a la Fiscalía o a las entidades policiales, las cuales deben activar el proceso de justicia y coordinar la atención integral en colaboración con las entidades de salud correspondientes.

Cómo una mujer puede reconocer que es víctima de violencia

De acuerdo con expertos en Neuropsicología, es esencial tener en consideración que cada situación es única. Vale la pena subrayar que existen indicadores que facilitan la detección de casos de violencia de género. Además, es importante resaltar que, en muchas ocasiones, las víctimas no buscan asistencia debido a que han interiorizado y aceptado como normales las agresiones.

Algunos de los aspectos para tener en cuenta y reconocer si está siendo víctima de violencia son: la pareja se interpone en la independencia económica o laboral, se reciben amenazas constantes en torno a no dar respiros en la relación, el victimario suele alejar a la víctima de sus familiares y amigos, usa constantemente palabras acusadoras e hirientes. También ridiculiza a la mujer en presencia de otras personas, está al tanto de cualquier interacción con otras personas, conversaciones, redes sociales, usualmente el nivel de celos es más alto.

En casos en los que la practica ya se ha tomado como la ‘realidad o cotidianidad’ se llegan a registrar jalones, maltratos de tipo físico, mental, psicológicos, presión para tener relaciones sexuales, amenazas que incluyen a otros familiares, entre otras experiencias.