Vendían carne de burro en mal estado para consumo humano: así era la operación ilegal que desmantelaron en Barranquilla

La Policía, con el apoyo de las autoridades distritales, intervino un matadero clandestino en la capital del Atlántico y desmanteló el grupo delincuencial

La policía capturó a cinco personas durante el operativo - crédito Alcaldía de Barranquilla

En medio de un operativo coordinado por la Policía Metropolitana de Barranquilla y la Fiscalía Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos fue desarticulada la red delincuencial que sacrificaba bovinos, porcinos y equinos para comercializar su carne en la capital atlanticense.

De acuerdo con las autoridades, el grupo delincuencial mantenía a los animales en pésimas condiciones de vida y el lugar de sacrificio no cumplía con las normas de salubridad, la carne no conservaba las cadenas de frío necesarias y llegaba en mal estado a los expendios y tiendas de barrios populares de Barranquilla, donde vendían la libra más barata de lo normal.

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Durante la redada fueron capturadas cinco personas e incautados ocho equinos (incluidos burros) y 37 porcinos; así mismo, fueron incautadas casi tres toneladas de carne en condiciones de insalubridad, que generaba un alto riesgo para el consumo humano.

De acuerdo con las secretarías de Gobierno y Salud de Barranquilla, la comercialización de carne de equinos en el área metropolitana genera una renta de $4.320 millones al año, arriesgando la salud de los ciudadanos por el consumo de carne en mal estado.

El operativo dejó 8 equinos incautados, entre ellos burros - crédito Alcaldía de Barranquilla

Esta no es una situación nueva en la capital del Atlántico, donde en muchas partes se normalizó la comercialización y consumo de la carne de equinos, algo que había denunciado a mediados de julio el concejal Antonio Bohórquez.

Según el concejal, el consumo de ese tipo de proteínas es el resultado del aumento del costo de vida en Barranquilla, lo que lleva a las personas de escasos recursos económicos a buscar alternativas de alimentos para consumir.

En Barranquilla está pasando que la gente come carne de burro y de caballo, eso es innegable, si quiere podemos hacer un tour. Cuando miramos las cifras de Barranquilla, cómo vamos sobre inseguridad alimentaria es escandalosa, pues en el suroccidente el 61% de encuestados, plantea que solo comen una o dos veces al día y lo que hacen es rebuscarse de esta manera para subsistir hacer un guiso y engañar al estómago”, dijo Bohórquez en entrevista con el diario La Libertad.

El año pasado la Policía de Barranquilla desarticuló la red 'los Percherones', dedicada a vender carne de equinos - crédito Policía

No es el primer caso

En años anteriores las autoridades atlanticenses han asestado golpes importantes contra las redes de comercialización de carne de burro en Barranquilla.

Entre los antecedentes cercanos está el sellamiento de un matadero clandestino en 2021 en el barrio Rebolo, ubicado en el suroccidente de Barranquilla; en el lugar encontraron 330 kilos de carne de equinos listos para su comercialización y 9 millones de pesos en efectivo, producto del comercio de la carne. Así mismo, la Policía incautó seis caballos, seis burros y un mulo vivo; 50 cueros de equinos, 30 kilos de cuero y pelo de caballo.

La comercialización ilegal de carne de equinos en Barranquilla deja más de 4 mil millones de pesos anuales en ganancias - crédito Policía

También fue capturado Hipólito Enrique Meriño Ortega, quien fue judicializado por los delitos de corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico y delitos contra la integridad física y emocional de los animales.

Un hecho similar se registró el año pasado, cuando un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento a seis integrantes de la red ‘los Percherones’, dedicada al sacrificio de caballos y burros para comercializar su carne en el área metropolitana de Barranquilla y demás municipios de la costa atlántica.

Las investigaciones detallaron que los animales sacrificados estaban enfermos y los sometían a maltratos en el barrio Rebolo. Además la carne era almacenada en lugares que no cumplían con las normas de salubridad, por lo que se descomponían rápidamente, pero aún así eran comercializadas.