En las últimas semanas, el Valle del Cauca y Santander se han visto afectados por una serie de devastadores incendios forestales que han dejado a su paso una estela de destrucción en la flora y fauna de estas regiones. Estos incendios, en su mayoría provocados por actividades humanas irresponsables, han generado una emergencia ambiental de proporciones alarmantes.
Los incendios forestales que asolaron Cali y varios municipios del Valle del Cauca durante 16 horas incontrolables dejaron un rastro de devastación en la fauna silvestre que habita en los cerros de la región. Las llamas amenazaron con avanzar hacia áreas urbanas, requiriendo la intervención de 100 bomberos y dejando a tres de ellos heridos. Además, una vivienda fue consumida por las llamas. Sin embargo, el impacto más triste e insoslayable fue en la vida silvestre.
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El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) informó sobre las acciones para ayudar a los animales afectados por el incendio. Se instalaron bebederos en las zonas no afectadas por el fuego, un recurso fundamental para la supervivencia de las especies que lograron sobrevivir. Pero la tragedia no se limitó a las liebres calcinadas y a la ardilla gravemente herida; numerosas especies, como guatines, zarigüeyas, guacharacas, iguanas, boas y diversas aves también resultaron afectadas.
Ante esta crisis ambiental, el Dagma ha hecho un llamado urgente a la comunidad para que se involucre en la protección de la fauna silvestre desplazada por los incendios. Se han establecido cinco indicaciones clave:
- No atrapar a los animales y permitirles buscar un nuevo nicho por sí mismos.
- Proporcionarles agua sin contacto físico.
- No alimentarlos para evitar que dependan de los humanos.
- Asegurar los alimentos de las mascotas y proteger la comida durante la noche para evitar que los animales entren en viviendas cercanas a los bosques.
- Comunicarse de inmediato con la Policía Ambiental o el Dagma si se encuentran animales heridos o en peligro.
Estas medidas son esenciales para la supervivencia de la fauna silvestre y requieren la colaboración activa de la comunidad.
Por otro lado, en Santander, el jefe de la Oficina Departamental para la Gestión de Riesgo de Desastres, Fabián Vargas Porras, ha alertado sobre la creciente amenaza de incendios provocados en la región. Estos incendios, disfrazados como “quemas controladas” para la preparación de terrenos agrícolas, se han salido de control en varias ocasiones, causando estragos en la naturaleza y poniendo en peligro a las comunidades locales.
Un incendio reciente en Floridablanca, que se propagó rápidamente debido a las altas temperaturas y los fuertes vientos, fue controlado después de intensas horas de lucha por parte de los bomberos, pero dejó en evidencia la amenaza constante que representan estas prácticas irresponsables. Vargas Porras ha enfatizado que es necesario que las autoridades tomen medidas rigurosas para identificar y sancionar a los responsables de provocar estos incendios.
Los incendios forestales no solo amenazan a la fauna y flora, también ponen en riesgo la vida de las personas y sus propiedades. Es esencial que la comunidad tome conciencia de su papel en la prevención de incendios y en la protección del medio ambiente. Los incendios en los cerros de Cali han revelado que la gran mayoría de estos desastres son provocados por acciones humanas irresponsables.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, ha ofrecido una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que conduzca a la captura de los responsables de los incendios en la ciudad. Se insta a la ciudadanía a colaborar con las autoridades y denunciar cualquier actividad sospechosa que pueda desencadenar un incendio forestal.