No habrá Aguardiente Amarillo en Cundinamarca: la Dirección de Rentas confirmó que se revocó la autorización para comercializarlo en el departamento

La Industria Licorera de Caldas se ha quejado por la negativa de la gobernación de Cundinamarca a que el producto se venda en el departamento

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Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una botella del aguardiente amarillo. / Aguardiente Amarillo

La emblemática bebida del Aguardiente Amarillo de Manzanares, producida por la Industria Licorera de Caldas (ILC), ha estado en el centro de una feroz batalla legal que ha dejado a los amantes de esta bebida con las manos vacías en Cundinamarca.

Desde su resurgimiento, el Aguardiente Amarillo se había convertido en una de las opciones preferidas en Cundinamarca y Bogotá, pero la Gobernación de Cundinamarca ha emitido una orden que prohíbe su venta en el departamento.

La razón para esta decisión era la protección del Aguardiente Néctar, producido por la Empresa de Licores de Cundinamarca, que consideraba una amenaza la creciente popularidad del Aguardiente Amarillo. Sin embargo, la ILC apeló esta prohibición y logró obtener un permiso temporal para comercializar su producto en Cundinamarca, una decisión que fue revocada más tarde.

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El gerente de Ventas y Mercadeo de la ILC, Mauricio Vélez, expresó su frustración ante esta revocación, calificándola de arbitraria. Se les había ordenado realizar cambios en los registros del Invima, los cuales fueron realizados, pero su solicitud fue rechazada nuevamente.

“...En esa negación nos dijeron: ‘Ustedes pueden hacer el cambio de registro en el Invima, simplemente nos los notifican y así queda todo listo’...”, comentó Vélez en conversaciones con Bluradio.

Vélez destacó que no comprende las razones detrás de esta nueva negación, especialmente cuando ya habían obtenido el permiso en 2019 por parte de la Secretaría de Hacienda de Cundinamarca. Según él, “Nosotros teníamos un permiso de introducción de 2019 y se dan por 10 años. Ellos no podían revocar arbitrariamente el permiso como lo hicieron del aguardiente amarillo, sin embargo, lo hicieron.”

La ILC ha argumentado que esta prohibición no solo afecta sus intereses comerciales, sino que también tiene un impacto negativo en la recaudación de impuestos y en la financiación de servicios esenciales, como la educación y la salud. Según estimaciones, las pérdidas por impuestos ascienden a unos 73.000 millones de pesos este año, lo que afecta las rentas departamentales destinadas a la salud de los colombianos. Además, la ILC dejaría de ganar alrededor de 55.000 millones de pesos en ventas este año por esta prohibición.

La relevancia del Aguardiente Amarillo en el mercado de licores de Cundinamarca es innegable. La ILC había logrado entrar casi 1.200.000 botellas de Aguardiente Amarillo hasta mayo de 2023, y se esperaba ingresar alrededor de cinco millones de botellas más este año. Estas cifras demuestran que el Aguardiente Amarillo había ganado un espacio significativo en el mercado y representaba una competencia real para otras marcas.

La Gobernación de Cundinamarca justifica su decisión bajo la normativa de monopolios, alegando que están siguiendo esta regulación desde 2019. El propósito de esta norma es obtener ingresos para los departamentos, con un enfoque en la financiación de servicios de educación y salud, así como garantizar la protección de la salud pública.

A pesar de esta justificación, la ILC ha decidido tomar medidas legales contra la Gobernación de Cundinamarca, argumentando que actuaron de manera injusta al revocar un permiso que habían obtenido legalmente en 2019, permitiéndoles comercializar el licor durante una década.

Esta disputa legal ha llevado a una escasez de botellas de Aguardiente Amarillo en Cundinamarca, dejando a los consumidores sin acceso a esta bebida en un momento en que su demanda suele aumentar, especialmente durante las festividades de fin de año y celebraciones.

Para Veléz, la presencia del Aguardiente Amarillo en Cundinamarca es una amenaza directa para los demás fabricantes de aguardiente que se vende en el departamento, Néctar y Antioqueño.

“La Licorera de Cundinamarca llegó a vender más de 22 millones de botellas de aguardiente Néctar, este año creo que va a llegar a más de 10 millones; ha caído su venta. Sin embargo, esto no es solamente por el Amarillo. Si vemos el Antioqueño, yo creo que va a vender aproximadamente 6 o 7 millones de botellas y ellos siguen en el mercado. El Aguardiente Amarillo es la amenaza latente más reciente y quien movió el mercado a nivel nacional porque venía decreciendo”, sostuvo en una entrevista con Bluradio.

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