El pasado lunes 18 de septiembre, la revista Rolling Stone publicó en su portal web un listado en el cual se eligieron los 50 mejores álbumes de rock latinoamericano. Realizado por el periodista argentino Ernesto Lechner, es un esfuerzo donde se celebra el impacto del rock en América Latina, pero a la vez resalta los esfuerzos por combinarlo con ritmos locales para alcanzar resultados que iban más allá de lo que ofrecía la producción de las agrupaciones angloparlantes.
En dicha selección aparecieron un total de seis álbumes colombianos, y uno de ellos incluso alcanzó el podio. Se trata de La Pipa de la Paz, el tercer álbum de Aterciopelados publicado en 1996 y el que completó su consolidación en el extranjero. Producido por Phil Manzanera, reconocido como guitarrista de Roxy Music y que venía de trabajar entre otros con Héroes del Silencio, Fito Paez y Os Paralamas do Sucesso; el LP tuvo varios éxitos entre los que destacan Baracunatana, Cosita seria, y No necesito, que les permitieron convertirse en la primera agrupación colombiana en ser nominada a un Grammy en su versión angloparlante.
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De este modo, el grupo conformado por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago terminó en el tercer lugar del listado, solo por detrás de Bocanada de Gustavo Cerati y Re de Café Tacvba, elegido como el número uno en la lista.
El pop rock colombiano tuvo su lugar
Dentro de los otros trabajos colombianos destacados por la Rolling Stone, hubo dos que representaron la cuota del pop rock. Por un lado, se encuentra Carlos Vives, del cual se destacó El rock de mi Pueblo en el puesto 26. Este fue publicado en 2004 y del que se desprendieron los sencillos Como tú y Voy a olvidarme de mí. La publicación justificó de este modo la presencia de su decimoprimer álbum de estudio en el listado:
”El rock de mi pueblo presenta un caso creíble de que el vallenato es el equivalente colombiano del rock. Ayuda que las canciones hiervan a fuego lento de principio a fin, animadas por estridentes tambores 4/4 y los volcánicos acordeones de Egidio Cuadrado”
En el puesto 42 aparece Un Día Normal de Juanes, el álbum que consolidó la carrera internacional del antioqueño gracias al éxito de los cortes de difusión A Dios le pido, Es por ti, Mala gente, Fotografía o La paga, que sonaron en las radios de todo el continente a lo largo de 2002 y 2003.
Aunque en el texto se explica que encontraban “comprensible” que hubiese personas que prefirieron lo hecho por Juanes durante sus días en Ekhymosis, también resaltó que con su segundo trabajo en solitario “encontró una receta infalible para canciones pop pegadizas con suficiente ambivalencia de textura como para calificarlas de rock”.
El rescate de la vieja guardia
Probablemente, la gran sorpresa del listado estuvo en la presencia de dos agrupaciones pioneras en la historia del rock colombiano, pues no es usual que aparezcan en listados reseñando lo mejor del género en América Latina. Por una parte, aparece La Banda Nueva en el puesto 36 con su álbum La Gran Feria de 1973, considerado como uno de los primeros trabajos de rock progresivo en Colombia. Allí se valieron de influencias del jazz latino o la salsa, así como la música clásica.
Por otro lado, sus contemporáneos, Génesis, aparecen en el puesto 44 con su álbum homónimo publicado en 1974. La publicación destaca de esta producción grabada en apenas cuatro días su “mezcla folk-rock con radiantes melodías andinas”, a las que se sumaron interpretaciones del clásico de Aniceto Molina Cumbia Cienaguera, y la versión en español de How Can I Tell You de Cat Stevens, rebautizada bajo el nombre de Como decirte cuanto te amo.
El reconocimiento de la nueva guardia
Por último, la aparición en el puesto 49 de Diamante Eléctrico con su álbum Mira Lo Que Me Hiciste Hacer de 2021 es la representación del rock colombiano del nuevo siglo en este listado. El éxito en radio y plataformas digitales de Sueltame, Bogotá, Cuando quieras llegar o Los chicos sí lloran es un reflejo según la Rolling Stone de “hasta qué punto ha evolucionado el género desde los vacilantes primeros pasos del rock en español”. De igual modo, reconoció lo certera de su versión en español de Everybody wants to rule the world de Tears For Fears, titulada para la ocasión como Todo el mundo quiere el mundo.