‘El rey de los corridos prohibidos’ fue víctima de fleteros en Antioquia: le robaron una millonada en efectivo

El cantante del género mexicano Uriel Henao, conocido como ‘el rey de los corridos prohibidos’, fue víctima de los fleteros en Antioquia, durante el fin de semana de Amor y Amistad (16 y 17 de septiembre).

Según informó la prensa local, dos hombres en moto lo habrían seguido desde una entidad bancaria, en la que retiró 40 millones en efectivo, hasta una cafetería del municipio de Puerto Berrío, en la zona del Magdalena Medio.

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A su encuentro, encañonaron al intérprete de El gran mafioso y lo obligaron a entregar el maletín con el dinero, al que no le habían quitado el ojo de encima, desde que el cantante, de 54 años, dejó el banco.

Así lo dio a conocer el intendente Robinson Polanco Mejía, en conversaciones con Blu Radio: “El señor había retirado 40 millones de pesos de una entidad bancaria, en Puerto Berrío. Y estaba ahí en una cafetería cuando llegaron unos tipos en una motocicleta y lo asaltaron”.

En medio de la investigación que adelantan las autoridades, se conoció que los delincuentes huyeron en una motocicleta FZ, de color gris, con placas EVX 97 E. Y que, además, tendrían su base de operaciones en el departamento de Santander.

Los fleteros se desplazarían desde Puerto Araújo hasta el oriente antioqueño, en donde estarían al tanto de quienes realizan retiros millonarios, para abordarlos y luego regresar con el dinero al otro lado del Magdalena.

De momento trabajan con las grabaciones de seguridad para dar con el paradero de los delincuentes e insistieron en la necesidad de solicitar acompañamiento de la Policía, antes de retirar grandes sumas de dinero en efectivo.

Los hurtos millonarios, bajo la modalidad de fleteo, se han convertido en un fenómeno recurrente desde que las bandas criminales lograron recobrar sus actividades tras la pandemia y el fin del confinamiento.

Según reveló en conversaciones con El Tiempo un investigador de la Sijín con 18 años de experiencia atendiendo este delito, solo es posible hablar de fleteo cuando una persona es víctima de atraco a la salida de una entidad bancaria y en ciudades en las que “hay tantas transacciones al día” no hay que restarle importancia a esta modalidad.

Si algo ha aprendido es que los fleteros, contrario del imaginario popular, no son fáciles de reconocer. Y, aunque en el pasado no solían atentar contra la vida de sus víctimas, quienes recién se suman a este tipo de actividades han optado por disparar antes de tener que enfrascarse en una discusión con sus víctimas.

Por lo general, trabajan en grupos, en los cuales ha llegado a llegado a identificar cuatro roles. El primero de ellos, ‘el marcador’, “se sienta o sientan a esperar. Observan detenidamente qué cliente se demora más de lo usual porque puede ser el elegido y, muy importante, afinan el oído para escuchar a la máquina contadora de billetes, así logran determinar si es una transacción millonaria. Están completamente entrenados. Observan si son billetes verdes y así cuantifican la cantidad del dinero”.

Informa por un chat grupal al resto de la banda cómo está vestida la victima, en qué vehículo se moviliza y qué salida tomó. Y ahí es cuando entran ‘el transportador’ y ‘el cogedor’. Identifican a la persona que lleva el dinero y en la primera parada que se vea obligada a hacer la aborda este último para amenazarla y asegurarse de que entregue el dinero.

Justo a tiempo para la entrada de ‘el arrastrador’, quien, por lo general en una moto, lo ayuda a escapar, mientras la víctima se queda atrás, junto a los demás miembros del equipo, que intentan pasar desapercibidos.