La incursión del Tren de Aragua puso en jaque la seguridad de Bogotá, Cali, Barranquilla y otras ciudades, donde se han hecho con el control de las rentas ilícitas por medio de sus métodos crueles y sanguinarios, como las amenazas con granadas para extorsionar, torturas y desmembramientos.
El grupo criminal transnacional es de origen venezolano precisamente del Estado de Aragua; allí está ubicada la cárcel Tocorón, donde está recluido el líder del temido Tren: Héctor Guerrero Flórez, alias Niño Guerrero, quien desde el centro penitenciario coordina los negocios ilícitos en Venezuela, Chile, Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Colombia y Costa Rica.
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Entre los hechos criminales más desconcertantes que cometió ese grupo armado en Bogotá está la aparición de 23 cuerpo sin vida, torturados, desmembrados y embolsados en Bogotá a mediados de septiembre del 2022. El asesinato masivo de personas fue el resultado de la toma del control del Tren de Aragua sobre las actividades ilícitas en la capital de Colombia.
En medio de la crisis social, política, económica y de seguridad que vive Venezuela, Tocorón se había convertido en el centro de operaciones ilegales de Niño Guerrero desde el 2013, cuando fue recapturado por las autoridades venezolanas por haberse fugado con su hermano y su cuñado justo del mismo centro carcelario, a donde había llegado luego de haber matado policías, traficado con drogas y armas en su natal Maracay y robar decenas de apartamentos en la capital del estado de Aragua.
En vez de debilitar su poderío, Niño Guerrero se fortaleció en el centro penitenciario, donde tomó el lugar de José Álvarez Rojas, alias ‘Chino Pedrera’, en liderato del Tren de Aragua, y fundó una pandilla carcelaria llamada Pranes, que cobra rentas a los demás reos por beneficios o seguridad en los patios. Su poderío fue creciendo al punto de que le resultaba más rentable mantenerse en la cárcel que afuera.
Guerrero construyó un imperio criminal desde su fortaleza, donde ha pasado una década en la que construyó una piscina, un zoológico, una discoteca, un banco, una manga de coleo y hasta un estadio de béisbol, según le contó a El País Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones.
“Los Pranes han convertido estas cárceles en sus predios y reciben armamento de guerra bajo la mirada cómplice del Gobierno”, sostuvo Girón, quien agregó que en el recinto carcelario Niño Guerrero organiza fiestas con artistas internacionales.
Sin embargo parece que el reinado de Niño Guerrero llegó a su fin, debido a que en la mañana del 20 de septiembre el régimen venezolano inició la operación Liberación Cacique Guacaipuro, en la que enviaron a 11 mil efectivos de la guardia para retomar el control de Tocorón y desarticular la base principal del Tren de Aragua.
La prensa venezolana indicó que la operación inició en la madrugada y que dentro del recinto penitenciario se reportaron disparos, enfrentamientos entre reos y policías, así como incendios, para evitar que las Fuerzas Armadas lleguen al corazón del recinto. Además, se conoció que el pelotón armado usó lanzagranadas para derribar las garitas y las barreras del lugar.
Tras horas de enfrentamiento, el Gobierno venezolano confirmó que tomó el control de la cárcel de Tocorón; sin embargo los integrantes de las Fuerzas Armadas venezolanas no encontraron al temido Niño Guerrero, quien escapó por un complejo de túneles que había construido por debajo de las celdas.
“El Gobierno Bolivariano informa a la población que la Operación de Liberación Cacique Guaicaipuro, en su primera fase, ha sido un éxito total, y felicita a los Cuadrantes de Paz por la limpia e inmediata restitución del orden y el absoluto control del Centro Penitenciario de Tocorón por parte de las instituciones. Asimismo, informa que este centro penitenciario pasará a un proceso de reestructuración y será desalojado por completo”, indicó el régimen venezolano.