Con un video a través de sus redes, el expresidente Álvaro Uribe Vélez se pronunció el miércoles 20 de septiembre de 2023 con respecto a las declaraciones del general (r) del Ejército Henry Torres Escalante, que durante la audiencia de reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) efectuadas en Yopal, aceptó su grado máximo de responsabilidad en los crímenes extrajudiciales cometidos entre 2005 y 2006.
Torres Escalante, con su confesión pública, se convirtió en el oficial de más alto rango en aceptar responsabilidad en los llamados falsos positivos, en jornadas en las que participaron además 21 exmilitares.
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En sus declaraciones, el excomandante de la Brigada 16 aceptó entregar $45 millones a un teniente (r) de esa unidad, Marco Fabián García, con el fin de que cambiara su versión de esas ejecuciones ante la justicia ordinaria. Este fue apenas la “punta del iceberg” de lo que confesó ante las víctimas, pues también se refirió a su participación en al menos 146 crímenes contra civiles, presentados como bajas en combate.
Según el general (r), pese al fuerte impacto a las estructuras subversivas como las Farc y el ELN, las metas en lo que respecta a muertes, capturas y desmovilizados, fueron en aumento, por lo que exigió mayores resultados a sus unidades.
A su vez, contó cómo entre 2005 y 2006 el gobernador (e) de Casanare, Helí Cala López, recalcaba durante las llamadas Juntas de Inteligencia Semanal, por instrucciones del Ministerio de Defensa, el pago de recompensas por información que diera con capturas de cabecillas de grupos al margen de la ley. Y, acto seguido, fue cuando mencionó una visita de Uribe Vélez, al cual recordó por sus duras instrucciones.
“Decía que si no podíamos con el cargo, pues que avisáramos para que pudiera gestionar un relevo. Entonces eso era presión por el cumplimiento”, señaló Torres Escalante en su versión.
Asimismo, también vinculó al entonces comandante del Ejército, general Mario Montoya; y el comandante de la IV División, general Guillermo Quiñonez, como los que presionaban por la entrega de positivos; por lo cual él, en su calidad de alto mando de la Brigada 16, también empezó a exigir mayores resultados en terreno. Y reconoció que se vio beneficiado, pues lo posicionó como uno de los más efectivos.
“Estas exigencias y presiones indudablemente incidieron en que algunos miembros de la Brigada, motivados por cumplir con mis demandas y las de sus superiores directos, sobresalir en su posición en la institución, nos llevaron y nos encaminaron a lograr objetivos operacionales a toda costa, sin medir las consecuencias de nuestros actos, despreciando el carácter humano de nuestras víctimas”, expresó.
Y, en el cierre de la audiencia, el general (r) Torres pidió perdón por su participación en estos crímenes. “En honor a esas personas que murieron entre 2005 y 2008, más que nunca acepto mi máxima responsabilidad como máximo comandante. Después de haber conocido todas las atrocidades que se estaban cometiendo allá, yo tenía el poder para haberlas parado y no lo hice; por el contrario”, declaró.
¿Qué dijo Álvaro Uribe?
Tras conocerse el testimonio del alto oficial, el ex jefe de Estado se explayó en un video de cinco minutos y 29 segundos y se refirió a las menciones hechas por el exmilitar, acerca de los resultados en materia de seguridad que le pedían desde el gobierno. “Expresan que yo era muy exigente, porque además, los pobladores me hacían reclamos”, inició el exmandatario en su exposición.
En su argumentación, Uribe Vélez advirtió cómo en los consejos de seguridad que se desarrollaron durante su gobierno, los ciudadanos se quejaban por los delitos que los aquejaban, como el secuestro, la extorsión y el asesinato; encuentros a los que acudían los entes de control y en los que tenían directa participación los gobernantes locales.
“Siempre fui exigente, como la opinión pública lo percibió en los consejos comunitarios que se transmitían por televisión. Ser exigente era mi deber”, reiteró Uribe Vélez. Y, en su defensa, indicó cómo en departamentos como Casanare, los grupos guerrilleros como las Farc y el ELN, y los paramilitares azotaban a la población civil.
“Nunca fui pasivo ante las quejas sobre la violación de los derechos humanos, por eso nuestras circulares sobre transparencia”, acotó el expresidente en su declaración, en la que además fue enfático en decir que ante las bajas en combate, los únicos encargados de hacer los respectivos levantamientos eran miembros de la Fiscalía General de la Nación.
Recordó la “purga” en las Fuerzas Militares
Dijo, además, que en 2006 pidió ante la Justicia Penal Militar que fuera el ente acusador el que investigara el caso de Jamundí (Valle), en el que militares asesinaron a miembros de la policía. Asimismo, recordó la “purga” que hizo en octubre de 2008, junto con su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, cuando desvinculó a 27 altos oficiales de las Fuerzas Militares.
“Tan pronto como me informaron del Ministerio de Defensa que estarían comprometidos en responsabilidades administrativas o penales en los llamados falsos positivos”, agregó el expresidente, que le trasladó a la oficina de las Naciones Unidas sobre el testimonio que le entregó un capitán, acerca del asesinato de civiles.
Según Uribe, en su gobierno se prefirieron las desmovilizaciones sobre las capturas y las bajas. Y reseñó que, según sus datos, hubo 53.000 desmovilizaciones, de ellas 18.000 de guerrilleros y 35.000 de paramilitares, además de 36.363 capturas y 13.992 bajas en combate.
A su vez, arremetió contra la jurisdicción especial, que estaría incentivando —según él— que altos oficiales responsables de estas prácticas no respondan por sus delitos; cuando se ha establecido por parte de la JEP un protocolo estricto en estos casos, que podría darle penas a los culpables de hasta ocho años.
“Nunca desautoricé a los ministros de Defensa en decisiones de separar personas de la institución armada. Muchos de los responsables de falsos positivos fueron a la cárcel. Y cuando nunca reconocieron el delito, ahora lo reconocen ante el incentivo de libertad que les ofrece la JEP”, indicó.
Y remarcó que el diseño de la JEP en su juicio estimula, en aras de la libertad, a reconocer incluso delitos no cometidos. “Este diseño también facilita presentar como inocentes a quienes estaban delinquiendo, así sus familias no lo supieran. Hay casos clarísimos de integrantes de grupos criminales que aparecen como víctimas inocentes”, dijo.
Por último, manifestó que durante su trayectoria política ha mostrado afecto por los integrantes de las Fuerzas Armadas y que su exigencia se debía, entre otras cosas, “porque algunos mediocres daban la sensación de lucir el uniforme, por la vanidad del grado, por el salario o la expectativa de la pensión de retiro”. Para él, es una falta al honor militar asesinar para simular cumplir el deber.