Una gran polémica se desató la noche del domingo 23 de julio en Pereira por la fuga de dos chimpancés del bioparque Ukumarí. Más cuestionado y rechazado fue el destino final de Pancho y Chita, quienes resultaron abatidos en un operativo de búsqueda que se realizó en conjunto entre los cuidadores de los animales y la Fuerza Pública.
Tras casi dos meses del lamentable hecho la Fiscalía General de la Nación decidió en una audiencia de imputación de cargos en contra del cuidador de los primates, José Leandro Hurtado, que presuntamente habría actuado con dolo en las acciones que terminaron en la muerte de los chimpancés.
“De acuerdo con la investigación adelantada, el hombre habría dejado premeditadamente abiertos seguros de la jaula de los animales, propiciando que se escaparan y posteriormente fueran sacrificados”.
Por tal razón un fiscal del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) decidió imputarlo con el cargo de maltrato animal agravado.
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Uno de los aspectos que resaltaron en la diligencia que se realizó de manera virtual fue que el proceso habitual para llevar a los animales a su habitat nocturna se realizaba a las 5:30 de la tarde, pero aquel fatídico 23 de julio el proceso lo realizó el señalado a las 5:00 p.m. cuando aún permanecía público en el bioparque.
“Los dos animales son encerrados en un cuarto con reja en techo, cuando se ven en ese sitio y ven tantas personas empezaron a tornarse agresivos, les dispararon dardos, pero se volvieron más agresivos, se quitaban los dardos, ellos se devolvieron para el sitio donde estaba el cuidador, Chita se subió a las rejas que tapaban su jaula quebró el vidrio y se bajó, allí Pancho subió y escapó, cuando Chita trata de salir es neutralizada”.
Uno de los argumentos que está utilizando la defensa de Hurtado es que en las capacitaciones del bioparque Ukumarí no dieron protocolos de atención para animales de alta peligrosidad como ocurrió el 23 de julio; por otra parte, se resaltan las irregularidades concretas de Hurtado que permitieron el escape y posterior sacrificio de Pancho y Chita.
El destino del cuidador de los chimpancés se definirá el próximo viernes 22 de septiembre, cuando se decida desde el ente acusador si deberá ir a la cárcel o no.
La trágica noche
La noche del domingo 23 de julio los chimpancés Pancho y Chita se escaparon del bioparque Ukumarí y resultaron abatidos en un operativo de búsqueda que se realizó en conjunto entre los cuidadores de los animales y la Fuerza Pública.
Desde las primeras versiones respecto a las razones por las que los animales abandonaron el parque se habló de un posible descuido por parte de los cuidadores que presuntamente se encontraban en un evento de campaña de un político local, aunque esto luego fue desmentido.
Sobre la muerte de Pancho y Chita, Sandra Correa, gerente del bioparque, aseguró en entrevista con la emisora La W que en el operativo se tuvo prioridad por la vida de los cuidadores, pues no contaban con el tiempo necesario para que los tranquilizantes hicieran efecto.
“Los chimpancés se fueron en contra de los cuidadores y generalmente los anestésicos tienen un efecto entre 10 y 30 minutos para que el animal caiga, si hubiéramos dejado pasar ese tiempo, podríamos estar hablando de la pérdida de esas personas y de las que estuvieron tratando de hacer ese manejo”.
Tras conocerse los hechos, la Fiscalía a través del Grupo Especial para la Lucha Contra el Maltrato Animal y la Procuraduría General de la Nación abrieron las indagaciones preliminares para establecer sí en este caso hubo maltrato a los animales sacrificados.