Establecieron la identidad de la mujer que fue hallada sin vida al interior de un carro de mercado en el Valle del Cauca

La víctima tenía varios signos de violencia en su cuerpo, pero contrario a las versiones preliminares no estaba descuartizada, las autoridades dispusieron de una recompensa de hasta 40 millones de pesos para dar con los responsables

El hallazgo se dio la mañana del jueves 14 de septiembre, en el barrio La Italia (Palmira) - créditos Colprensa

Los habitantes de Palmira, departamento del Valle del Cauca, quedaron anonadados con el macabro hallazgo de un cuerpo sin vida al interior de un carro de mercado en el barrio La Italia, tras las especulaciones sobre su identidad y procedencia las autoridades despejaron las dudas.

La víctima de este hecho fue Estefanía Arias Osorio, una mujer de aproximadamente 53 años de edad quien fue hallada con signos de violencia en su cuerpo, de igual manera las autoridades confirmaron que la mujer no había sido desmembrada desmintiendo las versiones preliminares de algunos medios de comunicación.

“Se nos presentó esta novedad en la mañana del jueves en el barrio La Italia, que es un sector que apenas se está construyendo; ahí se halló un carrito de mercado que tenía en su interior una bolsa de basura con el cadáver de una mujer de aproximadamente 53 años. Podemos confirmar que tenía varios signos de violencia, especialmente golpes, pero no estaba descuartizada”, indicó el comandante de la Policía del Valle del Cauca, Jesús Enrique Quintero.

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Entre tanto el secretario de Seguridad de Palmira, Rodrigo Cepeda Ascencio, informó que se dispondrá de una millonaria recompensa para esclarecer los hechos y establecer los responsables del impactante homicidio.

“Hay un equipo Inter institucional ejecutando las investigaciones para lograr esclarecer muy pronto y rápido este hecho lamentable de violencia, ofrecemos una recompensa de hasta 40 millones de pesos, para quienes nos den información para ubicar a los involucrados en el crimen y capturarlos”.

De igual manera, señalaron las autoridades que se analizaran los registros de las cámaras de seguridad para establecer los instantes previos y posteriores en los que se abandonó el cuerpo de Arias Osorio.

Hasta el momento no se ha señalado una hipótesis concreta del violento homicidio de la mujer que residía en el barrio El Sembrador del municipio vallecaucano.

La violencia de género es un asunto preocupante en el país, el año anterior la Fiscalía General reportó un total de 180 feminicidios ocurridos en el 2022, mientras que el Observatorio colombiano de feminicidios ha indicado que la cifra llegaría a 600. Es por tal motivo que las autoridades invitan a las mujeres que estén siendo víctimas de cualquier tipo de violencia por parte de su pareja a denunciar a través de los distintos canales de atención.

Las denuncias o alertas se pueden realizar a través de las líneas: 123, al número 155 especializado en violencias de género, o al 143 para violencia intrafamiliar. Todas estas líneas son gratuitas y atienden las 24 horas del día.

Cómo una mujer puede reconocer que es víctima de violencia

Este interrogante es la base de la problemática en sí, porque permite el reconocimiento de la situación que se está viviendo, según especialistas en Neuropsicología se debe tener en cuenta que cada caso es distinto, es importante recordar que existen señales que ayudan a identificar los casos de violencia de género y destacar que en muchos casos la víctima no busca ayuda ya que se ha normalizado las agresiones.

Algunos de los aspectos para tener en cuenta y reconocer si está siendo víctima de violencia son: la pareja se interpone en la independencia económica o laboral, se reciben amenazas constantes en torno a no dar respiros en la relación, el victimario suele alejar a la víctima de sus familiares y amigos, usa constantemente palabras acusadoras e hirientes. También ridiculiza a la mujer en presencia de otras personas, está al tanto de cualquier interacción con otras personas, conversaciones, redes sociales, usualmente el nivel de celos es más alto.

En casos en los que la practica ya se ha tomado como la ‘realidad o cotidianidad’ se llegan a registrar jalones, maltratos de tipo físico, mental, psicológicos, presión para tener relaciones sexuales, amenazas que incluyen a otros familiares, entre otras experiencias.