De Sibaté, Cundinamarca, Diana Carolina Moreno Bondado se ha catalogado como la mujer más pequeña del país. Con 28 años, aspira a convertirse en una gran profesional en el área del diseño gráfico y su historia de vida, aunque ha estado enmarcada de mucho amor familiar, ha atravesado por duros episodios como la muerte de su padre, o la indiferencia y el rechazo de quienes desconocen sobre la acondroplasia, un trastorno que impide el normal desarrollo de los huesos y genera enanismo.
A su edad, Diana ya ha afrontado la crueldad de la discriminación en varias ocasiones. De hecho, su paso por el colegio estuvo marcado de matoneo y burlas que la obligaron a abandonar sus estudios de bachillerato, aunque sabe que el maltrato psicológico no fue suficiente para esconderse de la sociedad. Su padre, un panadero de la zona, le enseñó el valor de trabajar arduamente por sus sueños y a conseguir recursos económicos por su cuenta.
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Sin embargo, la pérdida del hombre del hogar marcó otro episodio traumático para la familia Moreno Bondado. No solo representó la muerte de su padre, sino la pérdida de quien estaba a cargo de la economía de su hogar, por lo que tuvo que ser Diana quien tomara las riendas y buscara la forma de conseguir recursos para subsistir.
Aunque aparenta la estatura de una menor de dos años, esta mujer es enfática en decir que su condición no le impide estar al nivel de los profesionales que tiene el país. De hecho, en memoria de su padre, Diana retomó sus estudios de educación básica con el propósito de llegar al nivel profesional que siempre ha soñado.
Según contó Diana en entrevista con el programa Todos, todas y todes, su mayor desafío ha radicado en su lucha por obtener el trato de una persona común de este país. Para ella, la palabra inclusión no debería existir porque todos los humanos son sujeto de respeto, y no defenderse un derecho que es innegable para cada persona.
“Somos seres humanos y siento que todos merecemos respeto. Si eres homosexual, si eres de baja estatura, si eres alto. Los defectos son de uno y a alguien de afuera no le debe importar”, comentó la mujer al programa.
Reconoce que su corta estatura le ha servido para rodearse de personas muy cariñosas, así como ha podido ver de primera mano la bondad y solidaridad de muchos colombianos que la han llenado de mensajes de amor, obsequios y palabras motivadoras para continuar con sus sueños.
Sin embargo, sabe que muchos de sus vecinos y otras personas que no la conocen la tildan de creída por mantener una relación distante y poco amigable, aunque reconoce que en muchas ocasiones corresponden a comentarios que le hacen y que le generan molestia.
“Me pasa mucho cuando salgo con mi mamá que preguntan: ‘Ay, señora, ¿le puedo hacer una pregunta? ¿Ella entiende lo que estamos hablando? Prefiero no seguir escuchando eso y sigo mi camino. A mí solo me faltó altura, porque me pueden hablar de cualquier tema y yo puedo responder”, comentó Moreno al programa citado.
De momento, Diana continuará con su emprendimiento de dulces con el que ha mantenido su hogar en los últimos meses, y sabe que en su proyecto de vida tiene la meta de abrir un negocio de maquillaje, una de sus grandes pasiones. Además, seguirá con su formación académica para lograr su título profesional y aprovechará las redes sociales, que la han hecho reconocida en el país, para mostrarle a los colombianos sus capacidades a pesar de su característica estatura.