Teniendo en cuenta el consumo de carne que realizan todos los días los colombianos bien sea para acompañar el almuerzo, un desayuno o una cena y el alto impacto en el precio de los productos cárnicos en el país, que ha subido 3.6% desde enero a agosto del 2023, según Fedegán.
El fenómeno se debe a los intermediarios informales que están comercializando este producto a precios superelevados sin garantías sanitarias ni realizando el cuidado expedido por el Invima, para ello en Infobae Colombia hablamos con el presidente de Fedegán, Jose Felix Lafaurie, quien manifestó su preocupación actual en el sector y recalco que “aquí en Colombia seguimos teniendo un nivel de sacrificio bajo por el alto nivel de informalidad que ha sido uno de los propósitos del gremio cuando logró fundar Friogan e integrar cinco grandes plantas que todavía no han salido al mercado para poder abastecer de manera directa, tema que ha afectado el sector; aún seguimos en manos de intermediarios que evidentemente hacen que la carne cueste mucho más de lo que debería costar en todo el país”.
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Aunque según Lafaurie el precio del ganado ha caído en todo el país, este año la dinámica exportadora ha bajado un 50%, “el precio del ganadero se ha reducido considerablemente y, sin embargo, los colombianos siguen sin consumir carne a buenos precios, para el ganadero lo más importante es que se incremente el consumo interno, pero si los especuladores o comercializadores informales siguen haciendo lo que les vienen gana, pues naturalmente el colombiano medio y sobre todo los sectores populares no tendrán acceso a carne de buenas calidades para poder consumir y seguirán viendo los altos costos de la carne”.
Consultamos a Óscar Cubillos, director de la oficina de planeación y estudios económicos de Fedegán, quien manifestó que “desafortunadamente se ha incrementado de forma significativa el tema del sacrificio clandestino, nosotros estimamos junto a los frigoríficos que puede ser alrededor del 33% comparado con el 34% del sacrificio formal. Para el 2013, hace 10 años, se sacrificaban en el país 4.200.000 animales de manera formal, y el año pasado se sacrificaron 3.200.000 o sea un millón menos y evidentemente gran parte de ese espacio se lo está llevando la clandestinidad”.
Pero ¿por qué ha aumentado la clandestinidad en la comercialización de carne en Colombia?, Cubillos manifestó que “anteriormente se conocieron puntos de venta libre donde se comercializaba en cualquier lugar de una ciudad carne sin los cuidados previos para el consumo, donde hacían parte frigoríficos, plantas, mataderos municipales, lanchones, potreros, establecimientos que con la llegada del artículo 1500 del 2007 fueron cerrados 1.200 puntos que no cumplían con las nuevas normas sanitarias. Hoy resultado de ello solo hay cerca de 220 puntos autorizados por el Invima para que hagan sacrificio de bovinos”.
“Es por eso que estos sitios autorizados ubicados geográficamente en las zonas del país y que pueden cubrir todo el territorio nacional generan malestar para los informales y es allí donde desafortunadamente aumenta la clandestinidad, tema que nos preocupa ya que esta situación no se castiga con penas ejemplarizantes, entonces la gente los sigue cometiendo; sin duda, es un reflejo de lo que pasa en la sociedad sin que nadie los detenga y siguen perjudicando la economía del país” manifestó Lafaurie.
En Colombia, mientras un ganadero debe tener un novillo al que debe agregarle un valor en este caso la principal materia prima, debe darle un buen proceso para el consumo con insumos que tienen un costo, tiene que pagar un transportador y este debe realizar una conexión entre un destino, entre un origen para que llegue al frigorífico que transforma el producto y lo convierten en material de subasta al cual llegan compradores y vendedores.
Es allí donde los intermediarios “facilistas y ociosos” terminan comercializando lo que sale del frigorífico y llega al consumidor sin mayor agregado de valor, al contrario ha perdido valor porque no va refrigerado, no va empaquetado o porque no va en las condiciones técnicas y de salubridad solicitadas por el Invima y terminan colocándole mayor precio o un precio adicional, entonces eso termina encareciendo la carne, ahí es cuando destruyen todo el proceso y terminan generando un adicional al precio que se entrega a los consumidores destacaron desde Fedegán.
En cifras, indicó que para el año 2021 el precio de la carne subió un 33%, de ello 8% de ese atribuible al paro de mayo de 2021, en 2022 subió 2%, fenómenos atribuibles todos al tema de inflación mundial en materias primas, en concentrados, en fertilizantes, en medicamentos, todo estuvo en alza referente a los años 2021 y el 2022 por la crisis logística mundial y la situación política entre Ucrania y Rusia.
Este año según la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), el precio de la carne ha subido 3.6% de enero a agosto por la comercialización ilegal en el país, la cual sigue en aumento.