Pietrasanta, Italia: el lugar de descanso eterno de Fernando Botero y su esposa

Sophia Vari fue la amada del artista antioqueño que falleció en mayo de 2023, después de luchar contra el cáncer

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El pintor colombiano Fernando Botero
El pintor colombiano Fernando Botero será sepultado en Pietrasanta, Italia, junto al cuerpo de su esposa Sophia Vari - crédito Reuters

La noticia de que los restos del maestro Fernando Botero descansarán en Pietrasanta, una tranquila villa en el norte de la Toscana italiana, conmovió a los admiradores de su arte en todo el mundo. La decisión fue confirmada por su hija, Lina Botero, que compartió los deseos finales de su ilustre padre.

“Mi papá quería que sus restos permanezcan en Pietrasanta”, afirmó Lina Botero en diferentes medios nacionales, reafirmando la profunda conexión que el artista antioqueño tenía con esta pintoresca localidad europea. Durante gran parte de su vida, Fernando Botero hizo de esa villa su segundo hogar, y fue allí donde dio vida a muchas de sus obras más emblemáticas.

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Sin embargo, la elección de Pietrasanta como lugar de descanso eterno va más allá de una mera ubicación geográfica. La villa italiana también alberga los restos de Sophia Vari, la esposa de Botero, que falleció en mayo de 2023. Según las declaraciones de Lina, Vari fue sepultada en “un cementerio pequeño, bellísimo, a las afueras del pueblo”, un sitio que el artista amaba profundamente.

A pesar de su renombre mundial, Fernando Botero mantuvo una sencillez notoria en su vida. Su hija Lina reveló que nunca expresó demandas extravagantes ni especificó ningún detalle especial para su funeral, ya que el pintor y escultor era un hombre que encontraba la belleza en la simplicidad, y su deseo más ferviente era descansar junto a su amada esposa en el paraje que ambos consideraban un refugio artístico y personal.

Fernando Botero y su esposa
Fernando Botero y su esposa Sophia Vari siempre se tomaban fotos en el exterior de su residencia en Pietrasanta, Italia, en compañía de una de las esculturas creadas por el antioqueño - crédito Reuters

La ausencia de un epitafio en la tumba de Fernando Botero es una manifestación más de su humildad y de la confianza en que su legado artístico hablará por sí mismo, pues esto también lo manifestó su hija Lina.

A lo largo de la prolífica carrera de Botero, creó obras que dejaron una marca indeleble en el mundo del arte. Sus pinturas y esculturas, con sus figuras exuberantes y características, son reconocibles al instante y han sido aclamadas en museos y espacios culturales de todo el mundo.

La noticia del fallecimiento de Fernando Botero conmovió a sus seguidores y al mundo del arte en general. Lina Botero reveló que su padre murió a causa de una pulmonía después de estar hospitalizado durante cinco días en una clínica de Monte Carlo, Mónaco, donde residió en los últimos años de su vida.

Sin embargo, lo que impactó profundamente a muchos fue el gesto de que, incluso después del fallecimiento de su esposa tras una larga lucha contra el cáncer, su cuerpo descansará junto al de ella, el amor de su vida y artista griega nacionalizada colombiana. Al igual que él, Vari ganó reconocimiento artístico por sus obras, acumulando más de 100 exposiciones individuales y participando en más de 200 exposiciones colectivas.

Pietrasanta, con su belleza natural y su historia artística, se convierte en el lugar perfecto para que el maestro descanse en paz junto a su amada, dejando una marca eterna en el mundo del arte y en el corazón de quienes lo apreciaron y admiraron.

Artistas hallan su musa en Pietrasanta: un remanso de paz

El estudio del maestro Botero, ubicado en esta pintoresca villa y que se caracteriza por tener un techo con una escultura de un gallo de bronce —cuyas alas se extienden majestuosamente hacia el horizonte—, fue parte de la inspiración del artista y su esposa.

Una fotografía capturada el 1
Una fotografía capturada el 1 de julio de 1995 de la residencia de los artistas Fernando Botero y su esposa Sophia Vari en Pietrasanta, Italia - crédito Getty

Botero, ciudadano honorario de Pietrasanta, disfrutaba interactuar con la comunidad local. A pesar de enfrentar el robo de siete de sus valiosas estatuas de bronce, valoradas en cuatro millones de euros en 2007, él mantenía un profundo aprecio por la zona.

El artista describía el ambiente de la villa italiana como “una delicia para trabajar”, destacando su simpatía, tranquilidad y confianza. A pesar de los desafíos, él seguía comprometido con su arte y su comunidad adoptiva.

Pietrasanta, con su rica tradición escultórica y su proximidad a los famosos yacimientos de mármol en Carrara, ofreció a Botero el entorno perfecto para su trabajo creativo durante 24 veranos. Este pequeño pueblo de Versilia se convirtió en un rincón inspirador para el artista, donde su vida dio un giro inesperado, desde su juventud como torero hasta su dedicación apasionada al arte.

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