La vida de Pablo Escobar no solo afectó a miles de colombianos que fueron víctimas de la guerra que el narco protagonizó contra el Estado y los demás carteles de la droga en el país, sino también a su familia, ya que su esposa e hijos tuvieron que marcharse a Argentina, cambiar sus nombres y dejar de lado los señalamientos que recibían como consecuencia de los actos del capo.
Sin embargo, años más tarde esta postura fue cambiada por Sebastián Marroquín (nombre que adoptó Juan Pablo Escobar), ya que el hijo mayor de Escobar decidió salir del anonimato para revelar detalles inéditos de la vida de su padre, además de realizar charlas con la intención de contar su historia.
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Marroquín ha sido autor de los libros Pablo Escobar, mi padre y Pablo Escobar: Lo que mi padre no me contó; con los cuales ha buscado que las personas interesadas en conocer la historia de su padre, tengan un testimonio desde su visión de lo que fueron algunos de los años más marcados por la violencia en Colombia.
Además, durante las auditorías que hace, Sebastián ha marcado puntos en los que, considera, se ha mentido en series, películas y crónicas que se han realizado de su padre, lo que volvió a demarcar en Culiacán, México, durante la chala Escobar, una historia para no repetir.
El hijo del capo sostuvo que a pesar de que su padre era uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes, él lo veía como una persona pobre.
“Han construido series con 80 capítulos de Pablo Escobar pasándosela bien, a la par, la revista Forbes, en aquel entonces, diciendo que mi padre era uno de los 10 hombres más ricos del mundo, yo iba y visitaba a mi padre, y no veía al hombre más rico del mundo, la verdad, yo veía al hombre más pobre del mundo; sí, mi papá estaba lleno de dinero, pero el lugar donde yo lo visitaba no eran las mansiones que leemos en narcos. Mi padre salió de la pobreza a través de la criminalidad y ahora la criminalidad y esa fortuna, lo único que le ha traído es problemas, y ahora volvió a ser pobre, pero está inmensamente rico”, afirmó Marroquín.
De la misma forma, Sebastián recordó los señalamientos y la estigmatización que recibió junto a su familia por compartir apellido con uno de los criminales más peligrosos del mundo; resaltando que no fue sino hasta que cambió su nombre que pudo empezar a vivir libremente.
“Quise escapar del país, quise huir de la violencia que había heredado de mi padre y me decían: no, a usted no le vendemos pasajes; llegamos a las Naciones Unidas, al Vaticano, a pedirles también ayuda, y por supuesto, nadie nos quería ayudar, eso forzó en mi cambio legal de identidad, entendí que había un tremendo prejuicio sobre mi apellido y que hasta, en tanto ese apellido no lo cambiara yo de mis papeles, pues no iba a poder realmente tener libertad”, señaló el hijo de Escobar.
Durante la charla, Marroquín reveló que ha tenido contacto con al menos 150 familias que fueron víctimas de su padre, lo que le ha servido para entender que a diferencia de Pablo Escobar, él no tiene riqueza económica, pero sí ha podido aprovechar de algunas cosas que el capo no, resaltando que actualmente tiene tranquilidad y paz.
“Comenzamos este proceso y hoy, al día de hoy, les puedo hablar de, por lo menos, unas 150 familias, víctimas directas de la violencia de mi padre; por supuesto que me faltan un montón, la realidad es que no hay un listado oficial de víctimas; yo, hoy quizás no tengo la fortuna de Pablo Escobar, ni aparezco en Forbes como los más ricos del mundo, pero sí me siento más rico que mi padre, porque tengo algo que todo su dinero nunca pudo comprar, que fue libertad, tranquilidad y paz”, puntualizó Marroquín.
Este fue uno de los primeros encuentros que Marroquín tendrá con el público en México, ya que es parte de un proyecto de la Junta de Asistencia Privada de Sinaloa en alianza con Vibra Radio y Los Noticieristas.