Bogotá se ha convertido en un epicentro de la movilidad en bicicleta, que beneficia la salud y al medio ambiente. Con más de 900.000 viajes diarios en este medio de transporte, la ciudad se ha convertido en un faro de progreso en el fomento de un estilo de vida activo y sostenible.
Sin embargo, un análisis exhaustivo realizado por la Universidad Javeriana ha arrojado luces sobre desafíos críticos en las calles bogotanas. La señalización para biciusuarios está en un estado crítico, lo que plantea problemas graves de seguridad y confusión para quienes eligen la bicicleta como medio de transporte.
El estudio de la Universidad Javeriana destaca una preocupación urgente: el deterioro notable de las señales dirigidas a los ciclistas. Muchas de estas señales están tan desgastadas que resulta difícil interpretarlas y entenderlas, especialmente cuando cae la noche. En consecuencia, los ciclistas se enfrentan a situaciones potencialmente peligrosas por la falta de claridad en las indicaciones viales.
El problema crítico es la dificultad de interpretar algunas señales, según señala una experta en movilidad entrevistada por El Tiempo. A menudo el mensaje inicial resulta poco claro para los ciclistas, lo que genera incertidumbre en su comportamiento en la vía.
Esta ambigüedad puede llevar a situaciones riesgosas, en las que las expectativas de los ciclistas no coinciden con la realidad de la carretera.
Las cifras presentadas en el estudio son preocupantes y respaldan la necesidad de actuar con celeridad. El 55% de las señales de tránsito en la ciudad se encuentran en mal estado, complicando aún más la situación para los ciclistas. Además, el 18% de estas señales carece de coherencia en su señalización, y el 38% no cumple con el tamaño adecuado en el tablero, lo que reduce la visibilidad y la comprensión, según dicha investigación.
La experta entrevistada subraya que estas deficiencias en la señalización aumentan el riesgo para los ciclistas, quienes no pueden confiar plenamente en las señales para tomar decisiones seguras. Situaciones ambiguas, donde se espera que los ciclistas tomen ciertas acciones, pueden dar lugar a accidentes y lesiones. En respuesta a estos hallazgos, el estudio recomienda un mantenimiento adecuado de la señalización para garantizar una interpretación más precisa.
A pesar de los innumerables beneficios que ofrece la bicicleta como medio de transporte en Bogotá, la seguridad de los ciclistas se ve amenazada por un sistema de señalización en mal estado y confuso.
La investigación concluye que es imperativo que las autoridades tomen medidas inmediatas para abordar estos problemas y garantizar que los biciusuarios puedan desplazarse de manera segura y eficiente por las calles de la ciudad. Bogotá tiene el potencial de seguir siendo un modelo de movilidad sostenible, pero esto requiere una atención inmediata y un compromiso continuo con la calidad de su señalización vial.
Por su parte, esta es una problemática que se le suma a la ‘Capital Mundial de la Bici’, teniendo en cuenta las múltiples quejas cotidianas en redes sociales por el estado de las vías vehiculares, la inseguridad debajo de los puentes en donde pasa las ciclorrutas y el juego de poder entre los diferentes actores viales para determinar quien tiene mayor dominio y ‘paso’ en las vías. A pesar de eso, los bogotanos siguen utilizando y apoyando este medio de transporte, concluye el estudio.
De acuerdo a los resultados de la encuesta Bogotá Cómo Vamos, en 2022, el nivel de satisfacción de los ciudadanos con respecto al uso de la bicicleta experimentó un aumento notable, alcanzando un 86.6%. Esto representa un incremento significativo con respecto al 80.6% registrado en 2019. Muchos atribuyen esta mejora, en la satisfacción de los biciusuarios, al progreso de las condiciones viales para el 2022 .