Militares que se hacen pasar por guerrilleros: ya ha habido otros casos igual de polémicos

El Ejército Nacional ha sido señalado en muchas ocasiones de personificar a miembros de grupos armados ilegales y reprender a las poblaciones más vulnerables

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Imagen de referencia | Han sido varios los momentos en los que miembros del Ejército Nacional de Colombia han realizado acciones que han puesto en duda la credibilidad de la institución - crédito Diego Pineda/ Colprensa
Imagen de referencia | Han sido varios los momentos en los que miembros del Ejército Nacional de Colombia han realizado acciones que han puesto en duda la credibilidad de la institución - crédito Diego Pineda/ Colprensa

En un video compartido en redes sociales, hombres armados y vestidos de camuflado amenazaron a los habitantes de un caserío en Tierralta, Córdoba. Inicialmente se creyó que eran disidentes de las Farc, pero resultaron ser militares activos, identificados por sus fusiles, los cuales amedrentaron a la población de esta zona del país.

Además, las coordenadas de las tropas coincidieron con el lugar del incidente. Por eso, el gobernador de Córdoba expresó su preocupación por el actuar de estos integrantes de la fuerza pública luego de confirmar su implicación en los polémicos hechos.

La Fiscalía General de la Nación y la Defensoría del Pueblo han iniciado investigaciones y están adoptando medidas para proteger a la población en riesgo en Tierralta. Por su parte, el Ejército reconoció el grave hecho que compromete su credibilidad e informó que también emprenderá investigaciones sobre el incidente, instando a otros organismos estatales a hacer lo mismo.

Entre tanto, las redes sociales ‘estallaron’ para rechazar el hecho, criticando duramente al Ejército Nacional. A propósito de este suceso, desde Infobae Colombia se señala que en la historia del país no es la primera vez que militares son acusados, precisamente, por esta practica: vestirse con los uniformes de grupos armados, como guerrillas y paramilitares.

Sin ir tan lejos en el pasado, en julio del 2023, en el municipio de Puerto Berrío, Antioquia, el teniente en retiro Javier Danilo Páez reveló detalles sobre los asesinatos de José Caballero Rodelo y Manuel Baldovino en 2008. Utilizando una artimaña que involucró a dos mujeres, las víctimas fueron atraídas bajo la falsa promesa de empleo en una mina local. Sin embargo, fueron sorprendidas por militares disfrazados como paramilitares en un retén improvisado.

Páez confesó que ordenaron el asesinato a sangre fría de estas personas, y posteriormente se vistieron con sus uniformes militares para reportar un combate ficticio. Este macabro episodio no es el único, ya que otro exsoldado, Levis Contreras, también admitió que en 2004 se disfrazaron como paramilitares para perpetrar un ataque similar.

“Soy Levis Contreras, compareciente de la JEP y máximo responsable todo sucedió en Ituango. Cuando el mayor Guzmán escogió un grupo especial llamado el vuelo 79 y, con ayuda paramilitares, nosotros nos disfrazábamos de ‘paracos’ y fue así como irrumpimos en la escuela de San Luis, jurisdicción del corregimiento de Ituango el 8 de diciembre del 2004″, sostuvo Contreras ante la JEP.

Según una investigación colaborativa entre los medios de El Espectador, Vorágine y Cambio, revelaron que en una incursión realizada por el Ejército Nacional el 28 de marzo del 2022 fue alterada por los mismos militares partícipes del presunto operativo. Cuatro personas desarmadas fueron asesinadas por soldados que no portaban el respectivo uniforme que los identifica como miembros del Ejército colombiano. La investigación apunta a que usaron capuchas para cometer el hecho delictivo.

Teniendo en cuenta al menos 30 testimonios y la reconstrucción de los hechos según las investigaciones, en la zona había una presencia de al menos cuatro hombres de los Comandos de la Frontera, armados y vestidos de civil. Lo más alarmante del hecho es que los miembros del Ejército llegaron a pie desde la montaña y, con gritos, se identificaron: “No somos Fuerza Pública, somos guerrilla”. Esta afirmación es respaldada por un video al que los medios de comunicación tuvieron acceso, en el cual muestra a dos individuos vestidos de negro mientras disparaban.

También, se descubrió que los sobrevivientes de la masacre, como se catalogó en su momento en los medios nacionales, cuestionaron la supuesta identidad de estos individuos. Uno de los testigos declaró: “Nos dimos cuenta de que nos habían engañado, no eran ninguna guerrilla como dijeron, sino que era el mismo Ejército”.

La Operación Orión fue llevada a cabo en la comuna 13 de Medellín, Colombia, en octubre de 2002. Su objetivo principal era recuperar el control del área (miembros de las Farc, del ELN y los Comandos Armados del Pueblo), que en ese momento estaba fuertemente influenciada por grupos armados ilegales y bandas delincuenciales. La operación no solo involucró a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia, sino que contó con la participación del DAS, la Fiscalía y las Fuerzas Especiales Antiterroristas.

Esta operación se llevó a cabo entre el 16 y el 19 de octubre y quedó inmortalizada una fotografía icónica del conflicto armado colombiano. En esta, se muestra un paisaje de la comuna 13, en el que una persona con indumentaria militar camuflada, sin escudos o señales de pertenecer al Ejército Nacional, calzando botas de caucho, con el rostro cubierto y señalando con su brazo, mientras miembros del Ejército se encontraban detrás de él.

Tomada por el fotorreportero Jesús Abad Colorado, esta foto daría pie para que, luego de la censura mediática y las irregularidades de la operación, se investigue a detalle todo lo ocurrido en ese momento, como también a las personas implicadas, y se corroborar una premisa que pondría en tela de juicio al Ejército Nacional: en la operación, paramilitares trabajaron junto con soldados colombianos.

En medio de las dudas que deja dicha operación, tanto testigos civiles de la comuna como exguerrilleros y soldados participes aseguraron que hubo soldados paramilitares con indumentaria militar y soldados con caracterización paramilitar, como el rostro cubierto.

Sobrevivientes de las acciones militares y familiares de desaparecidos aseguran que, luego de Orión, en la comuna no se acabó la violencia.

“Orión permitió sacar a un grupo armado, para darle entrada a otro, que terminó controlando lo que pasaba en la Comuna 13. Esta fue la puerta de entrada a la hegemonía paramilitar que se vivió después en todo Medellín”, mencionó en su momento el director del Instituto Popular de Capacitación, Diego Herrera.
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