Nuevos tropiezos tiene la política de ‘paz total’ que el Gobierno nacional, en cabeza de Gustavo Petro, desea implementar en el país. La directora de la Unidad de Implementación del Acuerdo con las Farc, Gloria Cuartas, y la delegada de paz de la Casa de Nariño para negociar con bandas criminales de Medellín y el Valle de Aburrá, Lucía Ramírez, dimitieron de sus cargos en los últimos días.
En el caso de Cuartas, su renuncia fue informada por ella misma durante una rendición de cuentas de su labor durante los 11 meses que estuvo a cargo de la unidad. Por su parte, Lucía González entregó una carta al alto comisionado de Paz, Danilo Rueda, informando sobre su dimisión por motivos personales.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Google News.
Con las renuncias, el Gobierno nacional tambalea en dos de sus frentes para conseguir la ‘paz total’ en el país: los acuerdos con la antigua guerrilla de las Farc y las negociaciones con las bandas criminales de Antioquia, que iniciaron apenas en junio de 2023.
Aunque ninguna de las dos funcionarias entregaron detalles relevantes sobre los motivos de retiro, Cuartas habría dejado su puesto de directora ante las falencias que se viven en el Gobierno nacional para designar roles específicos dentro de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
De hecho, allegados a Gloria Cuartas aseguraron que una de las razones para dimitir estaría relacionada con el poco poder de decisión que tenía en la implementación de los acuerdos con las extintas Farc.
La misma funcionaria sí insinuó su descontento con la labor del Gobierno nacional. “Renuncio por respeto conmigo. Soy una mujer que tengo experiencia, conocimiento, historia de trabajo en este país. Entonces si todavía esperan en la consejería que llegue otro ser superior para que pueda manejar el tema, pues entonces ahí está”, señaló Cuartas en diálogo con La Silla Vacía.
La directora de la Unidad de Implementación del Acuerdo con las Farc también alegaría que el Gobierno nacional ha descuidado el acuerdo con la extinta guerrilla, en su afán de avanzar en las negociaciones con todos los actores armados del país, que dejó por fuera de su agenda los compromisos pactados con los desmovilizados de las Farc.
Aunque el presidente de la República aún no ha aceptado la renuncia de la funcionaria, con la inminente salida de Gloria Cuartas del Gobierno nacional queda un espacio vacío para liderar los acuerdos de paz y asumir la Alta Consejería para la Paz, una dependencia que el Gobierno suprimió durante el primer año de mandato y que ahora planea reconstruir.
En el caso de la excomisionada de la verdad Lucía González, que asumió el papel de delegada del Gobierno para entablar diálogos con las bacrim de Medellín y el Valle de Aburrá, no existe mayor información. Se conoció que en días pasados le entregó una carta al alto comisionado de paz, Danilo Rueda, entregando sus funciones, las cuales no podía continuar ejerciendo por motivos personales.
Con su salida, los expertos aseguran que podría afectarse las negociaciones, ya que González Duque ha conocido de primera mano la situación de violencia en el territorio antioqueño, y era una garantía para los grupos criminales del departamento.
“Le daba fuerza a la mesa, disciplina, constancia al espacio y obviamente importantes propuestas. El espacio queda debilitado, muy debilitado y necesita que el señor presidente lo logre fortalecer, junto con otras instancias que acompañan esta mesa”, señaló el experto en paces urbanas Fernando Quijano, en diálogo con Bluradio.
En ninguno de los dos casos el Gobierno nacional ha designado reemplazos para cubrir las vacantes, aunque durante el fin de semana se designó al sociólogo Luis Guillermo Pardo como facilitador de paz para cubrir la ausencia de González. Sin embargo, Pardo no será quien se quede con las funciones de la excomisionada según confirmaron desde el mismo Gobierno.