Adriana Bottina es considerada como una de las artistas más respetadas en Colombia, tras una larga carrera como cantante y actriz (si bien se encuentra retirada de esta faceta en la actualidad). Los televidentes tienen todavía muy presente su papel como protagonista en la telenovela Nadie es eterno en el mundo de Caracol Televisión, emitida entre 2007 y 2008. Inclusive fue la encargada de interpretar los temas de La hija del mariachi del Canal RCN del personaje que encarnaba Carolina Ramirez, tal y como se lo reveló a Infobae Colombia en una entrevista exclusiva.
Pero antes de su incursión en la televisión, la ambición de la vallecaucana era dedicarse a la música. Es así como en 1995 consiguió ser firmada por Discos Fuentes, donde grabó su álbum Al Rescate, publicado dos años más tarde. Sin embargo, ese periodo de su vida le llevó a lidiar con uno de los momentos más traumáticos de su vida.
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La cantante se refirió a este episodio durante su participación en La sala de Laura Acuña, el programa de entrevistas realizado por la presentadora en YouTube. Allí explicó que durante el momento en que iba a dar sus primeros pasos en la industria musical, se enteraron de que su padre había dado positivo para el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Adriana compartió cómo fue el momento en que su padre le dio la noticia. “Estábamos viendo Tom y Jerry, después seguía el noticiero”, recordó, explicando que durante el segmento médico hablaron del VIH, y fue allí cuando su papá le soltó la noticia.
“Me dice ‘¿tú qué opinas de eso?’. Pues no tenía ningún concepto, solo sabía que era para que la gente muriera, no entendía nada más. “Yo le dije ‘no sé mucho, ¿qué es?’ ‘Es una enfermedad que está hasta de moda, ¿sabes? No a todo el mundo le da; escoge a algunas víctimas. Debe ser que escoge a personas muy especiales’. Yo no entendía de qué me estaba hablando y me dijo ‘es que me dijeron que yo tengo esa enfermedad’”, recordó la cantante, que no pudo evitar que se le cortara la voz mientras relataba la historia.
La cantante explicó que dentro del núcleo familiar nunca hubo juicios hacia él por el diagnóstico, y señaló que para su mamá fue un momento decisivo. “Ellos seguramente tuvieron un proceso interno de aceptación y claridad que nadie más podía entender. Antes de eso mi mamá era una mujer de mal genio, estresada. Después de eso, compasiva. Lo cuidó y lo bañó hasta el último día”.
En cambio, con el resto de sus vecinos en Palmira (Valle del Cauca) sí tuvieron que lidiar con los prejuicios frente a la enfermedad que pesaban en esa época:
“Eso fue en el 96. En ese momento era muy difícil entender qué sucedía en la vida de un adulto para que tuviera VIH positivo, cuando todo el mundo hablaba del VIH como una cosa imposible, muy juzgada, que provocaba un choque cultural. Imaginense nosotros, una familia en Palmira, donde es pequeñito todo y todos se dan cuenta de todo y que todo el mundo está mal informado y no tiene miedo. No podíamos jugar con otros niños, a mi mamá la gente se le paraba del lado”
La cantante también recordó la última conversación que tuvo con su padre, ya en fase terminal, justo antes de irse a grabar su primer álbum a Medellín.
“No sabía si irme, pero me senté al borde de la cama. Ya estaba muy débil y me dijo ‘Adriana, yo sé lo que tu vas a hacer. A mi no se me escapa que te vas a ir a cumplir un sueño. Hazlo, no tengas miedo. Porque tu vas a hacer lo que no pude hacer’”
Entre lágrimas, la cantante concluyó “Me fui y efectivamente no lo volví a ver”.