El proceso de compra de tres helicópteros para la Presidencia de la República, según el ex viceministro de Defensa, general (r) Ricardo Díaz, tuvo ofrecimiento de sobornos, además de presiones por parte de Verónica Alcocer y Armando Benedetti. Sus afirmaciones llamaron la atención de la Fiscalía y la Procuraduría, las cuales iniciaron procesos para verificar si hubo posible corrupción.
Desde mayo, el presidente Gustavo Petro solicitó la renuncia de dos viceministros de Defensa, entre ellos el general en retiro Díaz, quien habló con Semana su salida. Entre los temas que abordó, el exfuncionario sostuvo que se adelantó un proceso de renovación de tres helicópteros con soporte para el transporte del jefe de Estado, en el que se evaluó la compra de las aeronaves a un país árabe.
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El proceso habría iniciado en septiembre de 2022 y desde ese momento, sostiene, recibió presiones. Según dijo Díaz, el coronel retirado Eduardo Mejía se le acercó para decirle que trabaja con Camilo Benedetti, hermano de Armando Benedetti, y le ofreció 700 millones de pesos por adelantar el contrato. Además, señaló que la habría dicho que la primera dama tenía interés en que se firmara el negocio.
A raíz de los señalamientos, la Fiscalía General de la Nación abrió una noticia criminal para corroborar la información dicha por el ex viceministro de Defensa. En este proceso se adelantarán investigaciones para determinar si ocurrieron delitos o no y en caso de haber corrupción identificar a los responsables.
La primera actividad investigativa del ente investigador fue citar al general (r) Díaz para que concrete ante un fiscal los hechos de los que dice haber sido testigo, así como entregar las pruebas que pueda tener en su poder para adelantar las pesquisas.
Los hechos también cobraron relevancia para el Ministerio Público que a través de la procuradora Delegada de Instrucción para la Fuerza Pública y la Dirección Nacional de Investigaciones Especiales conformó una comisión que adelantará una indagación previa del proceso. Los funcionarios disciplinarios investigarán las declaraciones para determinar si hay irregularidades y “adelantar todas las actuaciones a que haya lugar”.
Díaz sostiene que a él lo citó el coronel en retiro Mejía porque se conocían desde años antes. Sin embargo, en la reunión se presentó como compañero de negocios de Camilo Benedetti, hermano del entonces embajador en Venezuela Armado Benedetti, así como mencionó también a Camilo Torres Méndez, quien según el ex viceministro, tiene un cargo directivo en la compañía Force que tiene contratación las fuerzas militares.
Otra de las irregularidades que señaló el ex funcionario a Semana es que su esposa fue invitada, poco después de ser nombrado en el Ministerio de Defensa, a un almuerzo en la casa de Ángela Benedetti, hermana del entonces embajador en Caracas. A la reunión asistirían tanto el otro hermano del diplomático como Méndez, pero la señora llegó tarde y no se pudo realizar el encuentro.
El viceministro conoció de una de las personas que estuvo en la reunión que se acordó desprestigiarlo supuestamente a través de un contrato de 4.000 millones para la compra de unas baterías antiaéreas, de origen israelí.
Díaz sostiene que puso en conocimiento de la situación al ministro Velásquez, quien tomó nota de los nombres mencionados por el viceministro, así como cuestionó de dónde obtuvo la información. Posteriormente señala que todas las comunicaciones con su jefe fueron a través de la secretaria, quien también debía quedar al tanto de las citas que se realizaran.
El viceministro de Planeación asegura haber sentido una permisividad con la corrupción en la cartera, además de haber sentido que fue expulsado del Ministerio.