Durante la mañana del lunes 11 de septiembre fue presentado el más reciente informe con los resultados del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) para 2022, que arrojó un notable aumento de hectáreas sembradas a comparación de cifras de 2021.
Según el análisis presentado por Candice Welsch, representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), hubo un aumento del 12,7% de hectáreas sembradas con coca con respecto al penúltimo año de gobierno de Iván Duque. En ese sentido, se registraron 230.000 hectáreas.
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El documento también resaltó que el 49% de las matas de coca cultivadas en el país se concentran en zonas de manejo especial. Esto quiere decir, que el 21,5% fue sembrada en parques naturales, 18% en resguardos indígenas; 4% en territorios propiedad de comunidades afrodescendientes y 2% en reservas forestales. También detalló que el Parque Nacional Natural Paramillo —ubicado en Córdoba y Antioquia— tiene la mayor cantidad de área sembrada con esta planta.
El reporte del Simci también señaló que el 30% de las hectáreas con coca en tierras de comunidades negras se concentra en tres de los 123 consejos que tienen sembrados estos cultivos: Alto Mira y Frontera, Cordillera Occidental de Nariño (Copdiconc) y Pro defensa del Río Tapaje, ubicado en el municipio El Charco (Nariño).
Además, el 20% del área sembrada con coca está concentrada en solo dos de los 208 resguardos con cultivos de este tipo sembrados: el Inda Zabaleta y Gran Rosario (ambos del pueblo awá, ubicado en Tumaco, Nariño). El reporte mencionó que aparecieron nuevas zonas con hectáreas sembradas, varias de ellas en zonas con alta densidad territorial y producción potencial.
Así las cosas, durante 2022 se consolidaron 15 enclaves productivos de coca, siendo Catatumbo el que presentó un mayor aumento del área de siembra (28.000 hectáreas que representan el 30% del total de los terrenos con cultivos de este tipo) con un 12% sobre el total nacional registrado por Onudc.
Con respecto a los enclaves nuevos, Timba-Buenos Aires-Jamundí (Cauca) es uno de ellos, con presencia de siembra de hoja de coca que podría pertenecer a producción potencial. De hecho, el informe alertó por varias zonas en Antioquia, Chocó y Putumayo con densidades de siembra superiores a las 10 hectáreas por kilómetro cuadrado.
Tema aparte, la representante de la Unidad de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito mencionó que el aumento de los cultivos de uso ilícito en regiones del mundo como Latinoamérica (Colombia, Perú y Bolivia), África y Asia genera implicaciones en las fases de cultivo y transformación de la hoja de coca tanto por los incentivos que genera una mayor producción si no para mantener las rutas del narcotráfico.
Bajo ese contexto, la delegada precisó que Colombia, “al igual que Perú y Bolivia, está en el centro de esta dinámica, pero los demás países de la región también lo están. Hace rato que la producción de cocaína dejó de ser un problema de los países donde están los principales cultivos de coca”.
Indicó que los cultivos de uso ilícito y su transformación (en pasta base de coca y posterior clorhidrato de cocaína) está llegando a otros países del mundo y que los grupos armados ilegales dedicados a esta actividad mantienen una preferencia a generar dinero a través de esta renta en lugar de preservar el control territorial y la población; toda vez que los puntos estratégicos de siembra de cultivos están ubicados donde hay mayor facilidad de producción y tráfico.
El informe concluyó que el 65% de los cultivos de coca se concentran en Tibú (Catatumbo, Norte de Santander), Puerto Asís (Putumayo) y Tumaco (Nariño).