“Nadie está solo”: Una conversación con el psicólogo Paulo Daniel Acero Rodríguez para la prevención del suicidio

En un mundo que a menudo se enfrenta a desafíos de salud mental, la prevención del suicidio se ha convertido en una cuestión apremiante. Hablamos con Paulo Daniel Acero Rodríguez, psicólogo y fundador del proyecto “Experiencia Crisálida”, sobre los desafíos y las estrategias necesarias para abordar esta problemática en Colombia.

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En Colombia, la tasa de
En Colombia, la tasa de suicidio aumentó un 15% entre enero y julio de 2023, a comparación del mismo periodo de tiempo en 2022 -crédito INFOBAE

En una entrevista exclusiva con Infobae Colombia, el psicólogo Paulo Daniel Acero Rodríguez compartió su visión sobre la importancia de la prevención del suicidio en Colombia y destacó los desafíos que enfrenta el país en este aspecto. Acero Rodríguez, un experto en salud mental, es miembro de la Asociación Internacional de Prevención del Suicidio y ha estado trabajando incansablemente durante más de dos décadas para promover la concienciación y brindar apoyo a aquellos que han perdido a seres queridos y a quienes luchan contra pensamientos suicidas.

Según Acero Rodríguez, la prevención del suicidio es un tema multifacético que va más allá de la atención médica y que requiere un enfoque integral que involucre a la sociedad en su conjunto. Señala que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado la importancia de abordar el suicidio como un problema prevenible y un asunto que concierne a todos.

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“El suicidio se puede prevenir, pero es además asunto de todos”, enfatizó Acero Rodríguez a Infobae Colombia. Añade que el problema va más allá de los factores de salud mental y abarca cuestiones sociales, estructurales y económicas que influyen en la decisión de una persona de quitarse la vida.

Si bien Colombia ha avanzado en la implementación de políticas de salud mental en los últimos años, Acero Rodríguez destaca que aún queda mucho por hacer. La falta de recursos, la formación insuficiente de especialistas en salud mental y la falta de atención adecuada en casos de intentos de suicidio son algunos de los desafíos que enfrenta el país.

A pesar de eso, el suicidio constituye la cuarta causa de muerte violenta en el país, según el Boletín Estadístico del Grupo Centro de Referencia Nacional Sobre Violencia (GCERN), e incluso, entre enero y julio del 2023 se reportaron 1.810 casos de suicidio, 246 más casos a comparación del mismo periodo de tiempo en 2022; es decir, el suicidio en Colombia ha aumentado un 15,73% y se constituye como la causa violenta de muerte que más ha aumentado porcentualmente.

Además, Acero Rodríguez subraya la importancia de la educación en la prevención del suicidio. Afirma que se necesita un esfuerzo significativo en los sistemas educativos para capacitar a docentes y alumnos en la identificación de posibles signos de pensamientos suicidas y en la promoción de la salud mental en las escuelas y en la comunidad de cada individuo para lograr hacer una colectividad de detección y prevención.

Por ejemplo, a menudo, las personas que han perdido a seres queridos por suicidio necesitan un apoyo especializado para sobrellevar su pérdida. Acero Rodríguez enfatiza que la comunidad debe prestar atención a quienes están experimentando duelo y brindarles el apoyo necesario.

“Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza”, destaca Acero Rodríguez. Él enfatiza que nadie está solo en esta lucha. ”Debemos unirnos como sociedad para prevenir el suicidio y brindar apoyo a quienes más lo necesitan”

Uno de los temas recurrentes que enfatiza Acero Rodríguez es la necesidad de mostrar empatía y escuchar con atención a quienes expresan pensamientos suicidas. En muchas ocasiones, las personas que están pasando por momentos difíciles solo buscan alguien que los escuche y los comprenda. La empatía, según el psicólogo, puede ser una herramienta poderosa para brindar apoyo a quienes más lo necesitan.

Otro aspecto que aborda Acero Rodríguez es la importancia de derribar mitos y prejuicios en torno al suicidio. En la sociedad colombiana, como en muchas otras, existe la creencia errónea de que hablar sobre el suicidio puede dar ideas a las personas vulnerables. Sin embargo, el psicólogo subraya que esta noción es incorrecta y que el diálogo abierto es esencial para identificar y abordar los riesgos de manera adecuada.

Mientras estos pensamientos negacionistas sobre el suicidio existan, las cifras pueden ir en aumento, no solo en la adultez, sino en la infancia, lo que es más preocupante. “¿Que hace que un niño de 5 años decida acabar con su vida?”, exclamó Acero Rodríguez.

Según las cifras del Boletín Estadístico del Grupo Centro de Referencia Nacional Sobre Violencia, entre enero y julio de 2023 se reportó un caso de un infante de entre 5 y 9 años que decidió arremeter contra su propia vida.

“La gente dice: ‘el que se trata de suicidar es porque quiere llamar la atención’ y sí, pero ¿qué tan abandonados nos tenemos socialmente para que el suicidio sea el primer y último intento para llamar la atención, para pedir ayuda?”, reclama Rodríguez

Comúnmente, las personas que expresan sus sentimientos pueden ser malinterpretadas o se les puede restar importancia, lo que puede llevar a un deterioro de su salud mental. Estas acciones, generalmente, ocurren con su círculo relacional más cercano, su hogar. “Si la familia es la primera que rechaza los sentimientos de una persona con la intención de suicidarse, esa persona ya no va a conectar, ni se va a dejar ayudar, sobre todo si es joven. Ellos sienten quien los juzgan”, explica Acero Rodriguez.

Aunque en Colombia existen alertas tempranas en urgencias y protocolos especializados para personas que han intentado suicidarse, no es un secreto que en muchas oportunidades, al momento de solicitar asistencia por medio de las EPS, universidades, colegios e inclusos centros asistenciales, estos protocolos son demorados, revictimizantes y deficientes. Incluso, se puede solicitar ayuda el 9 de agosto, por ejemplo, y se tiene que esperar meses para una cita general antes de ser remitido a un especialista en la salud mental.

En estos casos, Acero Rodríguez hace hincapié en que las personas deben documentar y buscar ayuda adecuada en casos de pensamientos suicidas. Esto implica conocer los recursos disponibles, como líneas de atención en salud mental y servicios universitarios de apoyo psicológico, como la línea 192 opción 4, y utilizarlos cuando sea necesario, apuntando los nombres de quien les ha brindado asistencia e informando cualquier irregularidad.

“Tuve un caso de una paciente que informó que, al momento de ser atendida en Urgencias, el medico de turno le dijo ‘Yo solo trabajo con personas vivas’. ¿Qué le pasa a nuestro personal médico que no está entendiendo que una persona que intentó suicidar tiene un problema de salud mental y que debe atenderse? Esa persona no intentó suicidarse porque quería matarse y ya, sino porque tiene un problema que desbordó su capacidad de afrontamiento y lo que está buscando es una ayuda urgente de gente que supone que está preparada para estos casos”, condena Acero Rodríguez.

Socialmente, también se debe trabajar en el lenguaje que se usa y en como este puede normalizar relatos y tendencias suicidas, restándole importancia a lo que realmente significa el suicidio.

Cotidianamente, en ecosistemas sociales como los laborales, educativos y/o los de recreación, las personas suelen decir expresiones de frustración no literales como: “Me quiero matar”, “Me voy a morir”, “Si esto no ocurre así me voy a suicidar”, “Mejor me mato”, entre muchas otras. Sin saberlo, estas frases, que es verbalizar los pensamientos de muerte, ayudan a que un mensaje real de alerta se pierda en un mar de lenguaje vacío, haciendo que la percepción de lo que es el suicidio se esfume.

Esto no responde a edades, generaciones, ubicaciones geográficas o posiciones sociales, pues desde Arauca, hasta el Yopal, se han reportado casos de suicidio de personas entre los 5 hasta más de 90 años, a excepción del municipio de Inírida, en el que, hasta la fecha, 9 de septiembre del 2023, no se ha reportado ningún caso de suicidio.

A pesar de que el panorama parezca perdido, siempre hay una salida, una solución. En un mensaje de esperanza, el psicólogo enfatiza que el sentido de la vida se construye día a día y que el apoyo de amigos y familiares es fundamental en momentos difíciles. La prevención del suicidio no solo se trata de salvar vidas en crisis, sino de crear un entorno comprensivo y solidario que promueva la salud mental en la sociedad colombiana.

“Tenemos que escucharnos asertivamente, respetarnos. Entendamos que pedir ayuda es un signo de fortaleza. Reconozcamos que los problemas, aunque parecen insolubles, podemos apoyarnos en el otro para darle solución, y finalmente, la construcción de sentido de vida, se hace día a día. No falta el día en que tengamos dificultades, pero cada día se convierte en un reto para ir construyendo nuestro sentido y darnos cuenta que tenemos recursos internos y externos, redes de apoyo”, finaliza el psicólogo Paulo Daniel Acero Rodríguez.
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