El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, habló de la dinámica del comercio exterior de Colombia y dejó mensajes contundentes. Esto, en la intervención que hizo en el Congreso Empresarios, Regiones y Cámaras que Mueven al País de la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confecámaras), en Cartagena.
En este habló de la necesidad de que Colombia haya puesto aranceles inteligentes, que en esencia son una forma de incentivar a los países productores a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y promover un comercio más justo y sostenible.
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“Estados Unidos nos puso sanciones por la 232 (Ley de Expansión Comercial) en el sector siderúrgico, por aranceles inteligentes, porque consideran que ese es un problema de seguridad nacional. La Unión Europea (UE) considera que el Pacto Verde, aplicado más como una medida proteccionista que otra cosa es un problema de soberanía alimentaria, de salud, y es un problema en donde ellos aplican las medidas”, explicó.
Anotó que el Gobierno de Gustavo Petro en la política de comercio exterior, por supuesto, plantea aranceles inteligentes, tal y como lo aplican los países desarrollados, porque hay temas de seguridad nacional, de soberanía alimentaria, de protección a la salud, de protección a los derechos fundamentales, como son el derecho a la educación y a la necesidad de transformaciones profundas en la forma en cómo se están manejando las cosas en este momento.
Anotó que esos aranceles inteligentes tendrán que ver con lo que permita la normativa internacional.
Recordó que Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) registró el proceso de paz con las Farc y este dice que, para fortalecer la paz, para fortalecer el derecho a la vida, es necesario dar el desarrollo sostenible suficiente para sustituir la tragedia de la violencia por la bondad del desarrollo.
Los TLC no se llaman así
De igual forma, Germán Umaña se refirió a los tratados de libre comercio (TLC) que tiene firmados Colombia e hizo una aclaración sobre el nombre que llevan estos.
“Los TLC así no se llaman, pero no los voy a contradecir. El TLC con la UE se llama Acuerdo de Asociación, pero lo cambiaron porque sí, porque es un tratado de protección de inversiones y tratado de libre comercio y de asociación no tiene nada hasta ahora”, aseveró.
Apuntó que el TLC con Estados Unidos se llama Acuerdo de Promoción de Comercio y de Inversión. pero “desafortunadamente, para Colombia, ni comercio, ni inversión ha traído”.
Entonces, agregó que no dudará en aplicar los aranceles inteligentes por seguridad, soberanía alimentaria, educación, soberanía de la salud, respeto a la gente.
“No vamos a dudar en utilizar los mecanismos del comercio internacional para lograr esos equilibrios cuando nos hagan prácticas indebidas en materias de precios, tanto en las normas antidumping como lo que tiene que ver con el controle de los abusos de posición de dominante de mercado para aquellas empresas que por sus economías a escala y por las normas de competencia no fijen los precios por oferta y demanda, sino por marco con precios diferenciales entre los diferentes países, porque no tomamos las medidas necesarias del equilibrio”, enfatizó Umaña.
También insistió en que no se dudará en aplicar, como lo hacen los países desarrollados, las cláusulas de salvaguardia por daño o amenaza de daño. Tampoco dudarán en usar derechos compensatorios, frente a los subsidios de Estados Unidos, de la Unión Europea, de Japón, en el sector alimentario, que corresponde a más de USD3.000 millones diarios. Eso sí, todo dentro de la seguridad jurídica de los mecanismos que existen en la legislación internacional y en la firma de todos nuestros tratados.
“Es aplicar la ley para recuperar los equilibrios después de 30 años tengamos derecho al desarrollo, a la sostenibilidad y a las propuestas de política pública”, resaltó.
Lamentó que Colombia tenga abiertos todos los mercados, pero que nunca haya desarrollado una oferta exportable, lo que hizo que el país terminara siendo exportador minero-energéticos.
Anotó que eso es transición, no es mañana, porque se debe sustituir esa economía minero-energética por una economía de desarrollo sostenible que tiene que ver con el desarrollo de la industria y los servicios y, por supuesto, el sector turismo.