El presidente Gustavo Petro, durante su intervención en la clausura de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre drogas, el 9 de septiembre en Cali (Valle del Cauca), reiteró que los 50 años de lucha contra las drogas ha producido un genocidio en los pueblos de América Latina en países que son víctimas y no victimarios, como se cree en los países consumidores:
“Tiene un propósito que América Latina hable por sí misma y no repita los discursos oficiales del poder mundial, en este tema específico, que podamos, a partir, porque vivimos la experiencia, la estamos viviendo, 50 años en el caso de Colombia, que es por donde comienza y que ahora es un problema americano, en todo el sentido de la palabra, en las Américas; pero tenemos esa experiencia de 50 años, una experiencia sanguinaria y feroz y se empieza a repetir desde hace algunas décadas en algunos países, como México, entonces, quizá el hecho de que sean Colombia y México los citantes de esta reunión, tiene un sentido, un valor en el planeta tierra, en la humanidad, porque nosotros somos las mayores víctimas de esta política y empiezo por subrayar la palabra víctimas, no victimarios”
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Google News.
Petro también advirtió que, en América Latina, en los últimos 50 años, solo se ha replicado el discurso de las potencias del norte y que esto ha provocado una autocensura que ha impedido decir que la política antidrogas mundial ha sido un error y que los países productores son víctimas de las decisiones de los países consumidores, produciendo, en cinco décadas de guerra, un genocidio en los pueblos latinoamericanos:
“En los 50 años nos han señalado como victimarios, y ha sido tanto el temor ante el poder mundial, de nuestras capas dirigentes de la política, que entonces lo único que hemos hecho es, de una manera vergonzante, porque sabemos qué pasa en nuestros países, hay un dicho popular en Colombia, ser más papistas que el papa, es decir repetir el discurso oficial de la lucha o de la guerra contra las drogas, durante 50 años, repetirlo y repetirlo, porque creemos que si nos separamos una coma de él, que si decimos, oiga, esperen ustedes no tienen razón señores de la Unión Europea, o señores de Naciones Unidas o señores del Gobierno de los Estados Unidos o señores del Gobierno ruso, no tiene razón, entonces, nosotros mismos no lo decimos, nos autocensuramos, porque le tenemos temor a que nos digan que estamos aliados con el narcotráfico.
La razón de esa autocensura, dijo el presidente Petro, se debe al temor de los gobiernos latinoamericanos de ser señalados como aliados del narcotráfico:
“Claro, como aquí se produce la mayor parte de la marihuana y de la cocaína, que durante estos 50 años señalaron el curso fundamental en el tiempo de la llamada guerra contra las drogas, entonces nos da miedo decir lo que ustedes, que tienen la mayor parte de los consumidores de esas drogas, en sus sociedades, nos da miedo decirles que están equivocados y repetimos y repetimos un discurso oficial, que si fuese por simplemente las palabras, pues sería de pronto hasta inocuo, pero resulta que tiene unas consecuencias dramáticas en nuestras propias sociedades, y que nuestro silencio en estos 50 años ha sido cómplice con un genocidio en nuestros países, porque eso es lo que ha provocado la política oficial de guerra contra las drogas en nuestra América Latina, un genocidio”
La lucha contra las drogas es un fracaso
El presidente Petro insistió en lo que ya dijo en su primera intervención como jefe de Estado en la Asamblea de las Naciones Unidas: “La política llamada guerra contra las drogas ha fracasado, no sirve, si la continuamos no vamos si no a sumar otro millón de muertos en América Latina y vamos a tener más estados fallidos y vamos a tener, quizá, la muerte de la democracia en nuestro continente”
También dijo que la conferencia no es más que la apertura para que la discusión sobre la revaluación de la política contra las drogas se dé y que busca que los presidentes de América Latina se puedan reunir para continuar esta discusión bajo la diversidad de posturas políticas que hay en el continente y que es la ciencia la que tiene que guiar esa discusión.
La política oficial contra las drogas no está centrada en cortar la demanda
El presidente Petro dijo que la guerra contra las drogas está centrada en la oferta y no en la demanda, y que busca obligar al Estado a controlar la oferta y el mercado, cuando los mismos Estados Unidos y Rusia han demostrado que los estados no pueden controlarlos, que en el caso del socialismo soviético fue un fracaso el intento por controlar ni acabar el mercado por decreto.
“Si nos convencimos de que el Estado no puede acabar el mercado, cómo es que aquí en esta política de guerra contra las drogas nos dice que el Estado puede acabar con ese mercado. ¿No es una contradicción en los términos?”
También señaló que, contrario a lo que las tesis básicas de la economía de oferta y demanda, el mercado de las drogas no obedece a esto, sino que depende otros factores, como la adicción de los consumidores y que estas son las que desde la ciencia se deben mitigar. Y dijo que el antídoto contra la adicción es el amor.
“A sociedades que se van quedando sin amor, que van rompiendo las comunidades, porque hay que competir, se van rompiendo las familias, va a siendo la soledad, que aparece como el factor de mayor producción de consumo de drogas. Las sociedades con más soledad las más consumidoras de drogas”
Y dijo que ese no es el caso de ls sociedad colombiana o de la mexicana, sino que se da en sociedades como las de Bruselas o Nueva York: “La experiencia de andar en una calle bogotana o caleña o una calle de Estados Unidos es totalmente diferente, no es simplemente por culturas, sino porque así lo produjo un sistema económico”
Entonces dijo que el capitalismo, en su fase tardía, “llevó a las sociedades que hoy consumen drogas a la soledad y por eso las consumen. La droga reemplaza la falta de afecto y la soledad”.