Protestas en San Victorino generan bloqueos en TransMilenio en el centro de Bogotá

Vendedores informales protestan y amenazan con arremeter contra establecimientos comerciales formales. La inconformidad sería la instalación de vallas que les imposibilitan ubicarse para vender su mercancía

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Vendedores expresan que en las nuevas ubicaciones no logran vender sus productos - crédito EFE/Carlos Ortega
Vendedores expresan que en las nuevas ubicaciones no logran vender sus productos - crédito EFE/Carlos Ortega

Sigue la lucha de los vendedores informales contra las estrategias de la Administración Distrital para impulsar el comercio organizado. Debido al descontento por las nuevas ubicaciones provistas para los vendedores informales, y a la instalación de unas vallas, los comerciantes de la zona de San Victorino están protestando, y amenazan con agredir locales comerciales de la zona.

Las protestas han generado interrupciones en el sistema de transporte público Transmilenio. Esta mañana, en la cuenta oficial de Transmilenio en X (Twitter), la empresa reportó que “por movilización ajena a la operación, en la Carrera 10 con Calle 10, en ambos sentidos, se detiene la flota en Bicentenario y San Victorino. Atentos a novedades”.

El suceso ha generado todo tipo de reacciones. Por su parte, el colectivo de comerciantes organizados de la zona, Asosanvictorino, en su cuenta de X, manifestó el apoyo a la iniciativa de organizar el comercio. En un comunicado de prensa, el grupo expresó que, además, rechazan “todo acto de amenaza y vandalismo en contra del comercio formal de San Victorino”.

En el comunicado se detalla que durante este año se ha buscado organizar a todos los vendedores informales de la zona, por medio de diálogos, con el fin de poder organizar mejor el espacio público, a la vez que los vendedores encuentren espacios adecuados para realizar sus actividades comerciales.

Además, el documento señala que la Administración ha buscado censar, carnetizar y sensibilizar a la mayor parte de los comerciantes informales, y que, además, han “creado pactos de acción colectiva, en donde se firman unos acuerdos de convivencia para garantizar, que de forma organizada, puedan ejercer su actividad comercial en el espacio público”.

En cambio, los vendedores ambulantes han expresado su desacuerdo frente a las medidas de estos acuerdos, pues han notado que las ventas de su mercancía han decrecido, y más aún, cuando la temporada de fin de año se acerca y el comercio se activa.

Sin embargo, la respuesta de los vendedores para algunos sectores no es la adecuada. En concejal por el Centro Democrático Javier Ospina, en su cuenta de X (Twitter), manifestó la desaprobación de la reacción de los comerciantes. En apoyo a la Alcaldía, comentó que este viernes, 8 de septiembre, se abría la “Sesión en el Concejo manifestando nuestro rechazo a lo que está pasando en #SanVictorino en donde vendedores informales amenazan con agredir y hasta quemar los locales de nuestros comercios formales”

Del mismo modo, los vendedores y propietarios de los establecimientos comerciales organizados han levantado la voz para denunciar que estas protestas los obligan a cerrar sus negocios, de manera que se genera una violación al derecho a trabajar.

La asociación de vendedores de San Victorino también enfatizó en esta problemática, solicitando una solución, pues sus ventas se han visto gravemente afectadas, por el “desorden que a diario soportamos en nuestras calles y toda la actividad delincuencial que converge al rededor de esto”, puntualizó.

Y es que una de las motivaciones que tiene la Administración distrital es mitigar estos fenómenos, que no solo afectan a los vendedores de establecimientos formales, sino a la ciudadanía localizada en estos puntos.

Por otra parte, el Concejo de Bogotá ha asegurado que, según cifras del Instituto para la Economía Social, se han identificado 25.560 vendedores ambulantes, de los que 8.179 han sido reubicados en otros lugares, como centros comerciales, o han sido inscritos en cursos de formación, emprendimiento, o han tenido nuevos espacios para la actividad comercial en quioscos instalados por el Distrito.

También asegura, que “acabar con los vendedores informales simplemente expulsándolos por la fuerza no es una solución razonable; el problema de fondo realmente no es el vendedor, sino la imposibilidad de ganarse la vida de otra forma y la falta de oportunidades laborales, entonces lo que se está haciendo es atacando a la víctima del problema, no el problema como tal”.

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