Alexander Farfán Suárez, alias Gafas, fue oficialmente reconocido por el Gobierno nacional como gestor de paz para ser parte de la mesa de conversaciones que se instalará con la disidencia conocida como Estado Mayor Central de las Farc. Con su designación, se solicitará a los jueces que lo dejen en libertad.
La resolución estaba lista para ser firmada a principios de agosto, pero fue retirada debido a que Farfán Suárez continuaba como compareciente de la Jurisdicción Especial para la Paz, pese a haber sido detenido por hechos posteriores a la firma del acuerdo de paz y estar vinculado a las disidencias de la extinta guerrilla de las Farc.
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Una vez que la JEP determinó que Farfán fuera expulsado de la justicia transicional, se emitió nuevamente la resolución que fue firmada por el presidente el 4 de septiembre. En ella se señala que desde julio había sido reconocido, en otra resolución, como miembro representante del EMC Farc, para participar en la fase preliminar de alistamiento en la mesa de diálogos de paz que se busca instalar con esa organización armada.
Contribuir a los acercamientos o diálogos de paz son las razones que le permiten al Gobierno nacional la designación de gestores de paz, con las que ahora estará cobijado Farfán. Según la resolución, podrá contribuir con su experiencia y conocimiento a la estructuración de las conversaciones con grupos armados.
Alias Gafas deberá quedar en libertad por su designación. “Para el cumplimiento de las tareas y actividades que se deriven de la anterior designación, se le otorgarán las medidas necesarias en aras de facilitar su tarea, para lo cual el Gobierno nacional solicitará a las autoridades judiciales y administrativas competentes la suspensión de las medidas de aseguramiento y penas que se estén cumpliendo por parte del gestor de paz aquí designado en el marco de lo dispuesto por el Decreto 1175 de 2016″, dice la resolución.
Farfán Suárez se encuentra recluido en la cárcel La Picota por los delitos de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, pero todavía no tiene sentencia en su contra. Deberá seguir compareciendo ante las autoridades en medio de ese proceso, aún con su designación como gestor de paz.
Alias Gafas, además, se encuentra condenado a 40 años de cárcel por toma de rehenes, secuestro extorsivo agravado por ser en persona protegida y rebelión, por los que fue condenado en 2011. Estos delitos le fueron imputados luego de ser capturado en medio de la Operación Jaque, cuando se desempeñaba como carcelero de los secuestrados de mayor interés de la guerrilla de las Farc.
Por esa captura que se convirtió en uno de los mayores golpes militares contra las Farc, fue considerado un traidor de la guerrilla que lo acusó de colaborar con las autoridades. En medio de su proceso, se salvó de ir extraditado como lo había solicitado el Gobierno de los Estados Unidos, debido a que la Corte Suprema de Justicia negó que fuera enviado a una cárcel norteamericana en el 2009 debido a que los delitos cometidos ocurrieron en Colombia.
En el 2019, sin embargo, Farfán Suárez se acogió a la JEP, participó de audiencias de aporte a la verdad en los casos de secuestro y se le suspendieron sus sentencias, pero habría aprovechado el beneficio para establecer vínculos con las disidencias de Iván Mordisco, como quedó mostrado cuando manifestaron su confianza para representarlos en una mesa de conversaciones con el Gobierno nacional.
Su libertad dependerá de la decisión de los jueces de la república que llevan actualmente los procesos en su contra, debido a que no cuenta con solicitudes de captura vigente sobre las que decide la Fiscalía. Además, podría ser ratificada o tumbada por la Corte Constitucional una vez decida sobre las demandas en contra de la ley de Paz Total.