“Tornado” en playas de Tubará, Atlántico, generó pánico en turistas y pobladores

En la tarde del 3 de septiembre, pobladores y turistas que se encontraba disfrutando del fin de semana en las playas de Tubará, Atlántico, tuvieron que tomar sus pertenencias y escapar de lo que muchos pensaron se trataba de un tornado que se llevó varios elementos por su paso. A través de redes sociales las personas que se encontraban en el lugar registraron los minutos de pánico.

En uno de los videos, se observa una gran cantidad de personas intentando alejarse del sitio en el que se estaba registrando el fenómeno natural, siendo alcanzados por sillas, mesas y otros objetos que eran impulsados por los fuertes vientos que generaba el tornado.

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Minutos más tarde, bomberos señalaron que no se había tratado de un tornado, sino de una tromba marina, en la cual habían resultado heridas al menos 10 personas.

A diferencia de un tornado, una tromba marina es una masa de nubes de pequeño diámetro, las cuales en un movimiento giratorio baja de un cúmulo hasta la superficie del mar, lago o de la tierra.

Mientras que personas que se encontraban en las playas afirmaron a medios locales que los más afectados fueron los comerciantes de las playas, ya que algunos perdieron la totalidad de los productos que venden. Además, varias mesas y sillas que son alquiladas en las playas a los turistas terminaron destruidas tras la tromba marina.

Un tornado es la acumulación de columnas de aire que giran con velocidad mientras se extiende de manera simultánea, estos pueden varear en tamaño, por lo que uno de gran magnitud puede generar la destrucción de edificios, mover vehículos y generar que escombros y objetos contundentes sean impulsados.

Un tornado se produce cuando la nube que se forma en torno a las columnas de viento toca el suelo, lo que produce vientos giratorios que alcanzan hasta los 80 metros por segundo, esto sumado a la depresión que se registra al interior de las columnas.

Habitualmente, los tornados no se registran por una estación meteorológica, la escala que se utiliza para clasificar este fenómeno natural es la Escala Fujita, mediante la cual se evalúan los umbrales basados en un estudio con respecto a los daños generados; F0 determina un tornado débil en el que los vientos varían entre 105 y 137 kilómetros por hora, mientras la medida mayor es F5 con vientos que pueden llegar hasta los 322 kilómetros por hora.

El 10 de agosto, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos señaló mediante un boletín las predicciones para la temporada de huracanes en el Atlántico en 2023. Allí señaló que es probable que se vaya hasta finales de noviembre y tenga un nivel de actividad más alto que lo usual.

La última actualización publicada por la NOAA fue en mayo, en aquella ocasión se afirmó que había un 30% de probabilidad de que la temporada de huracanes tuviera una mayor actividad, mientras en el informe de agosto incremento al 60%.

“Los principales factores climáticos que se espera que influyan en la actividad de huracanes del Atlántico 2023 son El Niño en curso y la fase cálida de la Oscilación Multidecenal del Atlántico, incluidas las temperaturas récord de la superficie del mar del Atlántico… Teniendo en cuenta estos factores, las perspectivas actualizadas prevén una mayor actividad, por lo que instamos a todos a prepararse ahora para la continuación de la temporada”, afirmó en el comunicado Matthew Rosencrans, pronosticador principal de la temporada de huracanes del Centro de Predicción Climática de la NOAA.

Hasta el momento la entidad estadounidense prevé que se registraran entre 14 y 21 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y 11 podrían convertirse en huracanes.