El concurso de Miss Colombia 2023 marcó un hito en la historia de este certamen en el país porque no solo se derogó la exigencia de que las concursantes fueran solteras y sin hijos, por lo que esté año se permitió la inscripción de candidatas sin distingos de su estado civil, sino también porque la única que lo hizo, Camila Avella, fue la que precisamente se coronó como la nueva soberana de la belleza nacional.
La mujer más hermosa del país, a diferencia de todo lo que ha sido el recorrido de este evento casi centenario, no tuvo que ocultar a su familia, por el contrario señaló con gran elocuencia que era una de sus fortalezas.
“Represento y dignifico la feminidad universal, ahora en mi labor de madre y esposa he aprendido a tener esa sensibilidad, determinación y sobre todo la capacidad de adaptabilidad con mis compromisos y sobre todo con mi labor de representar a mi país”, expresaba orgullosa en una entrevista en el informativo de televisión Noticias RCN.
Sin embargo, hace 30 años, a la entonces señorita Amazonas, Catherine Sánchez Hernández, el hecho de tener esposo le significó su descalificación y el escarnio público.
Aunque inicialmente se señalaba que la concursante vivía en unión libre con su novio, poco a poco comenzaron a difundirse rumores acerca de que la hermosa mujer estaba casada, según daba cuenta una crónica del periódico El Tiempo sobre un nuevo escándalo que ensombrecía nuevamente al reinado en esa época.
Y es que el país vivía quizás el peor momento de violencia en su historia reciente por la manera en que el narcotráfico se inmiscuía en todas las esferas de la vida nacional, donde el Reinado Nacional de la Belleza no sería ajeno. De acuerdo con un artículo de la época que publicó la revista Semana, el concurso en ese momento se reponía de un escándalo en el que se aseguraba que la Señorita Colombia de 1990 resultó elegida con ayuda de la mafia.
No obstante, con las posteriores Señorita Colombia, Paola Turbay en 1991 y Paula Andrea Betancourt en 1992, quienes fueron virreinas en Miss Universo el concurso de belleza tomaba un nuevo aire, hasta la participación de Sánchez Hernández que terminaron apodando como la Señora Amazonas.
La ‘prueba reina’ fue la partida matrimonio de la concursante, cuyas nupcias se realizaron en una parroquia en la capital colombiana, lo que se volvió comidilla en Cartagena, que fue la sede del concurso durante gran parte de su historia.
La hermosa mujer, pese a que la misma Iglesia Católica certificó que la unión se dio el 24 de octubre de 1992 en la iglesia San Juan Ávila en el norte de Bogotá, siempre lo negó, en lo que señalaban que era un bochornoso hecho, ya que en el comunicado oficial del concurso se señaló que ella se había ido por voluntad propia, pero en medios de comunicación ella sostuvo que la obligaron a firmar esa misiva y se trataba de una venganza personal.
29 años después, la exreina aceptó en el programa de noticias del espectáculo La Red que sí había participado estando casada y en los primeros meses de su primer embarazo, hecho que atribuyó a la inmadurez.
“Fue por inexperiencia. Cuando uno está joven quiere asumir muchos retos y cree que puede pasar por encima de muchas cosas. Entonces fue algo que se dio con una persona en Medellín que me dijo que si quería participar”, confesó.
De acuerdo con su versión, ella nunca pensó que fuera llegar hasta esa instancia del concurso, sino que se encontró con un favoritismo que no se esperaba.