El Banco Agrario de Colombia tiene como propósito impulsar el progreso del agro y las familias, contribuyendo al desarrollo sostenible de Colombia a las que debe dirigir no menos del 70% de su cartera. Se creó en 1999 a partir de la reconversión de Financiera Leasing Colvalores en banco comercial y tiene 742 sucursales y el Ministerio de Hacienda es quien lo controla.
La función del mismo, que tiene en la actualidad en la Presidencia a Hernando Chica Zuccardi, dará un nuevo giro, según informó el presidente Gustavo Petro. Ahora se va a transformar en Banco Agrario y Popular.
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De acuerdo con el mandatario, para ello “se determinó que fondos que son del presupuesto y se guardan en la banca por ahí, a veces hasta tiempos largos, con el Banco de la República, se pongan en el Banco Agrario para que haya un mecanismo mucho más grande, en un volumen mucho mayor de préstamos a tasas de interés subsidiadas para la economía popular, no solamente rural, del campesinado, para producir alimentos, sino urbanas”.
“El Banco Agrario y Popular, por tanto, tendría que volverse el banco más grande de Colombia y la capacidad de entregar créditos debería ser mayor que la del Grupo Aval, solo que esos créditos no irían a los Odebrecht del país, sino a ustedes, hombres y mujeres de la economía popular”, afirmó Petro en la intervención que hizo en la presentación del Programa Full Popular del Sena.
Propuesta es absurda
La medida que tomará el presidente Petro generó todo tipo de comentarios. Uno de ellos, del expresidente del Banco Agrario Francisco Mejía Sandoya. Según él, es absurdo lo que dice Petro, debido a la capacidad actual de la entidad.
“Otra propuesta absurda que muestra la ignorancia de Gustavo Petro. La capacidad de un banco para colocar cartera está dada, principalmente, por su capital (índice de solvencia), por su capacidad operacional y también por su liquidez (depósitos)”, afirmó Mejía Sendoya por medio de una publicación en la red social X.
Aseguró que, en el caso del Banco Agrario, el hecho de traerle más depósitos no implica más créditos, porque es el banco más líquido del sistema, ya que tiene por ley los depósitos judiciales y los recursos del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro).
“Drenarle esos depósitos a la banca privada si puede limitar la colocación de créditos del sistema y hacerle daño a la economía. El Banco Agrario hoy con la solvencia que tiene puede colocar $15 billones más. Si Gustavo Petro quiere mejorar el banco debe parar su politización”, advirtió Sendoya.
Entre tanto, el exministro de Agricultura y expresidente ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) Andrés Valencia advirtió un posible colapso.
“Se parte de la premisa falsa de que el Banco Agrario no tiene suficiente plata para prestar. El año pasado cerró con mas de $10 billones en TES. La iniciativa planteada se debe acompañar del fortalecimiento del FAG (Fondo Agropecuario de Garantías) y del FNG (Fondo Nacional de Garantías). Si no ambos colapsarán”, publicó Valencia en X.
Tasas de interés del Banco Agrario
En lo que va del 2023, el Banco Agrario anunció disminuciones en algunas de las líneas de crédito que ofrece. En mayo se dio la quinta reducción consecutiva desde diciembre del 2022.
La última baja se registró en las líneas especiales de crédito (LEC) Mujer Rural y Joven Rural, abiertas en abril y las cuales hacen parte del paquete de nueve líneas LEC que anunció el Gobierno para el presente año, con reducciones tan importantes que en algunos casos se ubican por debajo de 12% efectivo anual, lo que significa menos de 1% mensual.
En lo que respecta a la línea Mujer Rural, el banco señaló que la rebaja aplica para las cuatro categorías, es decir, pequeño productor, ingresos bajos, mediano productor y las registradas como víctimas, desplazadas, desmovilizadas, reinsertadas, reincorporadas y/o vinculadas al Plan Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (Pnis).
En este caso, la rebaja resultó de hasta 87 puntos básicos, de tal manera que las tasas quedaron en promedio en 13,47% efectivo anual, siendo las más bajas del 12,20% efectivo anual para las mujeres rurales pequeñas productoras de bajos ingresos.
Por su parte, las líneas para Joven Rural quedaron en promedio en 12,56% efectivo anual y aplican para pequeños productores de ingresos bajos, pequeño productor e, igualmente, para los jóvenes clasificados como víctimas, desplazados, desmovilizados, reinsertados, reincorporados y/o vinculados al Pnis. En este último caso, la tasa quedó en 11,98% efectivo anual, menos de 1% mensual.