Jorge Eliecér Laverde, el secretario de la Comisión Sexta del Senado, emitió un comunicado como respuesta a una denuncia anónima que fue dada a conocer por la senadora María José Pizarro. Esta acusación mencionaba un posible caso de acoso sexual que habría afectado a una de sus colaboradoras.
En un comunicado oficial, Laverde negó de manera enfática haber participado en actos inapropiados relacionados con acoso laboral y sexual. Además, hizo un llamado a la realización de una investigación que esclarezca los eventos en cuestión.
“Pido a las autoridades competentes que investiguen los hechos, para poder desestimar judicialmente la denuncia Anonima que hace esta persona, que trata de enlodar mi nombre con estas acusaciones”, dijo Laverde en su comunicado.
Asimismo, Laverde solicitó que las autoridades analicen detalladamente todas las pruebas que, según su versión, respaldan su inocencia. Entre estas solicitudes, se encuentra la entrega de todos los registros visuales de ingreso y salida de la comisión por parte de la Policía de Seguridad del Congreso.
Adicionalmente, el funcionario afirmó que en ningún momento ha tenido bajo su responsabilidad a ningún contratista dentro de la Comisión Sexta.
“Los contratistas dependen de la mesa directiva no he tenido a mi cargo a nunca funcionarios o contratistas que se queden trabajando hasta altas horas de la noche para presentar algún informe que se haya solicitado”, indicó.
Del mismo modo, solicitó a la mesa directiva del Congreso de la República y a las unidades administrativas que confirmen que en ningún momento ha requerido a los funcionarios de la Comisión que dirige trabajar hasta horas tardías en ninguna circunstancia.
Es relevante destacar que la senadora María José Pizarro compartió que la presunta víctima, que optó por mantener el anonimato, pero que deseaba que su caso fuese conocido, informó que se vio forzada a abandonar su puesto en el Congreso debido a esta situación y que no recibió remuneración por su contrato laboral.
De esta manera, el funcionario ratificó que no tiene nada que ver con la acusación en su contra: “Es una falsa denuncia anónima, NO es cierto que haya incurrido en una conducta inapropiada de acoso laboral y sexual en contra de alguna trabajadora o contratista de la Comisión Sexta del Senado de la República, tal y como lo relata un testimonio anónimo presentado por la senadora Pizarro. Mi actuar siempre ha sido transparente y así lo puede certificar mi equipo de trabajo de la comisión”.
Finalmente, Jorge Laverde afirmó que una vez se hayan solicitado todas estas pruebas, aguarda que se realice una corrección de las “acusaciones anónimas” que se han formulado en su perjuicio y que, según su opinión, han dañado su reputación.
Denuncia de la senadora María José Pizarro
“Yo me siento al lado de él para mostrarle lo que me estaba pidiendo y él me empieza a meter las manos dentro del vestido que yo tenía, yo me levanto de la silla y le digo que por favor pare, yo guardo todo y no vuelvo a la Comisión”. Estas palabras resonaron en una rueda de prensa conducida por la presidenta de la comisión legal para la equidad de la mujer del Senado, María José Pizarro.
Esas palabras que resonaron en el recinto fueron de un testimonio anónimo contra Jorge Laverde, según el relato, cada vez le asignaba más tareas, lo que la hacía estar más cerca de él.
Relató que en una ocasión, en la oficina de la Comisión, le solicitó revisar ciertos documentos y “Él cierra la puerta con la llave que estaba ahí pegada y la guarda en su bolsillo. Yo en ese momento me sentí insegura, pero uno no espera que suceda absolutamente nada”.
Según la narración de los hechos, ella intentó salir de la situación debido a que era tarde en la noche. Posteriormente, omitió el episodio de lo que pasó porque logró salir de esa circunstancia; sin embargo, luego él le solicitó tareas similares con otros informes, al mismo tiempo que le hacía comentarios como que era una mujer atractiva y que él sentía que ella no le prestaba atención.
En un momento en el que estaban examinando algunos informes, de acuerdo con el relato proporcionado por la mujer, Laverde introdujo sus manos dentro del vestido que ella llevaba puesto, por lo que esa persona afirmó que se levantó de la silla y le pidió que se detuviera. A partir de ese día, decidió no regresar a la comisión.