Un nuevo giro tomó el escándalo de Odebrecht y los nexos que tuvo Jorge Enrique Pizano, entonces controller de Corficolombiana y que murió el 8 de noviembre de 2018 días después de la muerte de su hijo a causa de ingerir una botella de agua con cianuro.
En medio de las investigaciones por el caso de corrupción que involucró a la multinacional brasileña con importantes funcionarios y figuras políticas, fueron reveladas las declaraciones entregadas en interrogatorios hechos por la Fiscalía a testigos clave sobre el pago de coimas a cambio que quedarse con el contrato del proyecto Tunjuelo Canoas en la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (Eaab). Para ese entonces, Pizano Callejas fungía como gerente de dicha entidad.
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De acuerdo con los testimonios conocidos por La FM, Andrés Cardona Laverde, contratista condenado a cinco años por los delitos interés indebido en la celebración de contratos y cohecho por dar u ofrecer en calidad de coautor, mencionó ante el ente de control que Jorge Pizano dio el visto bueno para que la licitación favoreciera a Odebrecht y Solarte, para lo cual entregó una considerable suma de dinero.
“Hacia finales de enero, luego de la adjudicación, Pizano me contactó preguntando por las consecuencias favorables para él resultado obtenido, que era la adjudicación finalmente al consorcio Canoas. Ante esta manifestación contacté a Orlando Fajardo para decirle que Pizano estaba preguntando por el tema (...)”.
En la declaración, el actual condenado precisó que “Otro hecho que me llevó a deducir que sí recibió dinero por el contrato es que Fajardo me comentó que Pizano era muy insistente con el pago de los dineros y finalmente Fajardo se encargó directamente del tema con Pizano”.
También sostuvo en su comparecencia que al final de la audiencia de adjudicación, hubo un receso que fue aprovechado por funcionarios del Acueducto presentes con Pizano para definir quién se quedaba con la licitación del túnel interceptor. Dicha decisión estaba en manos del excontroller a pesar de que no era el ordenador del gasto.
En ese momento Cardona se comunicó con Pizano por petición de Orlando Fajardo –otro contratista condenado a seis años de cárcel– que estaba al tanto de aquel encuentro. “La solicitud concreta de Fajardo fue que como yo tenía confianza con Pizano, me comunicara con este para que la interpretación jurídica y la decisión de adjudicación fuera favorable al consorcio Canoas”, expuso el declarante.
Pizano respondió con un “ok” a Cardona, y este comunicó el mismo mensaje a Fajardo en señal de que ya se había efectuado un diálogo con Pizano “y este había atendido su solicitud conforme a sus intereses”.
A la hora de emitir las medidas cautelares sobre el caso del proyecto Tunjuelo-Canoas, la Fiscalía concluyó que Fajardo actuó de manera conjunta con Luis Gabriel Nieto, Hernando Sánchez, Luis Antonio Bueno, Paola Fernando Solarte, Federico Gaviria, Emilio Tapia –como intermediario de Iván y Samuel Moreno Rojas– y el ingeniero Alberto Cardona.
También hicieron parte de ese entramado en calidad de servidores públicos Jorge Enrique Pizano, Julián Montoya Guzmán, Jaime Ortiz y Carlos Acero por la estructuración del Consorcio Canoas con el único objetivo de adjudicarle el consorcio del contrato 1115 de 2009. Dicha solicitud, de acuerdo con el ente acusador, fue aceptado por Pizano Callejas.
Esta investigación iba avanzando en gran medida hasta que el entonces testigo estrella en el caso Odebrecht declaró por última vez ante la Superintendencia de Industria y Comercio sobre el entramado de corrupción que también involucraría al exfiscal Néstor Humberto Martínez, que para el momento en que se presentaron los sobornos era abogado de Corficolombiana.