Uno de los asuntos más polémicos en lo que va del Gobierno de Gustavo Petro tiene que ver con la transición energética de Colombia hacia energías limpias. Dicha iniciativa venía siendo liderada por la ya exministra de Minas y Energía Irene Vélez Torres y ahora está en manos de su sucesor, Omar Andrés Camacho.
Las constantes críticas a esta transición van de manera directa a que con esta se quiere que Colombia deje de apostar al petróleo y al gas para ser importador de estos hidrocarburos y apostar más a las energías limpias. Sin embargo, el Gobierno nacional no ha sido claro en algunos mensajes, principalmente, sobre la firma de nuevos contratos o no de exploración y explotación de estos productos, teniendo en cuenta que el país tiene reservas para los próximos 7 años.
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No obstante, algo cambió un poco tras la salida de Vélez Torres, ya que Camacho, así como también lo hizo el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa Barragán, anunció que el país sí seguirá buscando petróleo y gas para tener seguridad energética.
Asimismo, la incertidumbre en el sector persiste. Así lo confirmó el presidente del Consejo Gremial Nacional (CGN) y exministro de Minas y Energía, Germán Arce.
En diálogo con Infobae Colombia, Arce confirmó que con el cambio en el Ministerio de Minas y Energía hubo un cambio un poco en el tono con que se habla desde la cabeza del sector con el nuevo ministro. Según él, se siente que el ministro Camacho es un poco más prudente en algunos de sus mensajes, pero advirtió que el sector energético requiere otro tipo de mensajes, porque las inversiones de sector energético, ya sea energía, hidrocarburos o minería, son a muy largo plazo.
“Las señales de política pública, difícilmente, las de este gobierno, las vamos a ver en cinco o diez años y, por eso, mantener una línea de discurso claro y coherente con los desafíos que tienen los sectores es fundamental”, afirmó Arce.
Al dirigente le parece que lo dicho ahora por el nuevo ministro tiene un tono un poco más asertivo, pero cree que la discusión debe aterrizar en las dificultades del sector, por ejemplo, en la incorporación de nuevos energéticos a la matriz de generación, debido a que cuando esta llega a aportar energéticos, o sea a la capacidad que se tiene de que la energía que se puede producir sea más limpia, entre al Sistema Interconectado Nacional (SIN) y sirva a los usuarios.
Sobre esto, dijo que eso todavía no se pudo resolver, pese a que ya pasaron muchos años.
“Eso no es solamente esta administración. Desde la administración pasada venimos con problemas de ejecución de muchos proyectos que son necesarios para que la energía producida con el sol y con el viento en La Guajira esté dentro del sistema. Ese es uno de los grandes desafíos que tiene esta discusión, porque la transición se ve reflejada en cuántos kilovatios de energía limpia sirven a los ciudadanos”, enfatizó.
También anotó que, si esos kilovatios se quedan atrapados en La Guajira, de nada sirve porque esa energía no entra a atender a los usuarios y ahí es en donde se cae en las contradicciones.
“Si la energía no entra, entonces terminamos perdiendo más térmica, emitiendo más CO2 y entonces ahí el discurso hay que alinearlo con la ejecución y en eso el sector tiene uno desafíos desde hace varios años, y es que no hemos podido incorporar esas nuevas fuentes de energía en proyectos que ya están subastados, tienen financiamiento, tienen cargos y no han podido entrar en operaciones. Necesitamos que los problemas se resuelvan para que esta historia tenga contenido, para que esos kilovatios limpios entren a la matriz”, resaltó.
Emergencia económica en La Guajira
Arce también se refirió a la declaratoria de emergencia económica en La Guajira y que cuyos decretos terminaron golpeando el bolsillo de los colombianos con el aumento en el precio del de la energía, tanto de los estratos y cuatro, cinco y seis, así como de la industria y el comercio para los próximo seis meses. Recordó que la Corte Constitucional estudia la constitucionalidad del decreto.
De igual forma, el presidente del CGN y exministro de Minas y Energía señaló a este medio que cuando se habla de materia energética no se puede olvidar de que los usuarios quieren energía limpia, confiable y a buenos precios; es decir, que se deben garantizar, como mínimo, esos tres atributos.
Así las cosas, que cuando la persona llegue a su casa vea que el servicio está disponible, que esta espera que ojalá se genere por medio de los procesos más limpios posibles, con un mínimo de contaminación, pero que además sea pagable.
“Si uno no balancea ese triángulo, puede terminar con una energía muy limpia que es impagable y eso tampoco es deseable en términos de productividad y de costos para todos, no solamente para el sector empresarial, sino para los ciudadanos. Entonces, esas medidas que lo único que hacen es elevar los costos tienen efectos negativos de largo plazo. La energía es un factor importante en las ecuaciones de productividad de las empresas, sobre todo en industrias de alta dependencia o que tienen altos niveles de consumo energético”, recalcó el presidente del Consejo Gremial.
Advirtió que en eso se debe ser muy cuidadosos, porque el problema de incorporación de esa energía está asociado por el tema social de la incapacidad de resolver todo el proceso de consulta en torno a la construcción de la línea de transmisión, para hacer que esa energía entre al sistema y “ese no es un problema que se resuelve con un decreto”.
Sobre esto, explicó que el problema se resuelve al contrarrestar un asunto viejo, que es toda la consulta previa en los proyectos de infraestructura, para que los proyectos se puedan hacer a tiempo y la energía pueda entrar al sistema.
“Los problemas del sector son mucho más complejos que la simple expedición de un decreto y en eso son esenciales las señales de estabilidad en torno a la inversión en la manera como se remuneran en este sector”, insistió.
De acuerdo con él, equivocarse en el diagnóstico es inoportuno, ya que la probabilidad de equivocarse en las soluciones termina son muy altas.
Crisis económica y energética
Aclaró que este sector se financia en un porcentaje muy alto con recursos privados y estos requieren tener claridad en el desarrollo de las reglas del juego, o sea en seguridad jurídica, y para eso se construyó una institucionalidad en los últimos 30 años que le permitió a este país, después de un apagón del que costó mucho tiempo, salir de una crisis económica y energética, pues se tiene un sector que le garantizó el servicio a los colombianos por tres décadas a tasas de crecimiento muy superior y eso se hizo que opere con funcionalidad.
Aceptó que el sistema tiene problemas, pero también que esa institucionalidad le permitió al sector matar el fantasma de los viejos apagones.
“Hoy en día empezamos nuevamente a hablar de esos riesgos que creíamos que estaban más o menos superados, pero que las señales contradictorias que ha mandado a veces el Gobierno ponen un poco en riesgo la ejecución de algunas de estas inversiones de largo plazo que garanticen que los usuarios van a recibir un servicio de calidad de energéticos de buena calidad y, sobre todo, a precio razonables”, precisó Germán Arce.
Por supuesto, confirmó que todo esto termina golpeando el índice de inflación, porque todo al final está conectado.