El 25 de agosto, el expresidente Álvaro Uribe, por medio del abogado Juan Sebastián Duque, del bufete de Abelardo de la Espriella, anunció que ya radicó una querella por el delito de calumnia contra la excongresista Zulema Jattin por las declaraciones que le dio a la Jurisdicción Especial para la Paz, en las que aseguró que se reunió con el expresidente en 2002, en plena campaña presidencial, para denunciar que los paramilitares en Córdoba no la dejaban hacer política y que Uribe no le prestó atención, diciéndole que si no tenía pruebas que no presentara ninguna queja a las autoridades.
“Por intermedio del dr Abelardo de la Espriella he presentado denuncia penal contra la señora Zulema Jattin”, escribió el expresidente en X (antes Twitter)
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El expresidente ya había reaccionado a las declaraciones de Jattin, también en X (antes Twitter), advirtiendo que la denunciaría y que lo que la excongresista le dijo a la JEP lo hizo para “beneficiarse”.
“Si la señora Zulema Jattin me preguntó si denunciaba una amenaza que habría recibido de los paramilitares, es propio de mi persona contestar ‘denuncie con las pruebas’, sin más. Si afirma 20 años después para beneficiarse en la JEP que era una “amenaza velada” la denunciaré ante la justicia”
¿Qué le dijo Jattin a la JEP?
Jattin dijo que, tras acudir al Uribe, que aspiraba a la presidencia, para advertirle de la incidencia paramilitar en las elecciones, este dijo que si ella no tenía prueba diferente a su testimonio y al de su hermano, William Salleg, que mejor no entablara ninguna denuncia: “Eso era más que una advertencia, digamos, era una sugerencia respetuosa, pero a la que yo en ese momento iba a hacer total el caso”.
“Orientó mi conversación a que si yo no tenía una prueba diferente a mi testimonio o a los testimonios de mi hermano o de William Salleg, que no iba a corroborar nada lo que yo dijese en ese momento, pues era preferible que no pusiera la denuncia, y eso era más que una advertencia, digamos, era una sugerencia respetuosa, pero a la que yo en ese momento le iba a hacer total caso”
La excongresista también afirmó que en 2002 sus advertencias no fueron bien recibidas por Uribe, a su juicio, porque este era apoyado por Eleonora Pineda y Miguel Alfonso de la Espriella, que aspiraban llegar al Congreso y que años después fueron condenados por nexos con el paramilitarismo.
“Yo le hablé a él específicamente de la doctora Eleonora Pineda y del doctor Miguel de la Espriella, porque Salvatore Mancuso me había dicho que ellos eran sus candidatos (…) creo que a él le interesaba que ellos lo acompañaran, le interesaba que todo ese andamiaje político, ya que lo estaba acompañando en Córdoba, se mantuviera, y si yo me ponía a hacer ruido o a denunciarlo o a hacer público (...) pues ese ruido iba a afectar la campaña presidencial”
Sobre de la Espriella, Jattin le dijo a los magistrados de la JEP que en una reunión de 2004 en la finca de Alfredo Corena, en la que estuvo Uribe y otros políticos, varios reconocieron que tenían relación con los paramilitares y que el presidente prefirió guardar silencio:
“En ese momento, que estaba tomando rumbos ya muy agresivos, sobre todo entre los senadores Miguel de la Espriella y Juan Manuel López Cabrales, y en esa reunión en presencia de Álvaro Uribe se acusaron mutuamente de vínculos con las Autodefensas”
La exsenadora también dijo que tuvo la intención de denunciar esto cuando Uribe ya era presidente, pero que al comentarle estas situaciones al exministro Sabas Pretelt de la Vega (condenado por corrupción) y al excomisionado Luis Carlos Restrepo (prófugo de la justicia) estos tampoco le hicieron caso.