Colombia se encuentra localizada en una de las zonas sísmicas más activas del planeta, ya que en esta región convergen las placas tectónicas de Nazca y del Caribe, contra la placa Suramericana, según lo destacan desde el Instituto Distrital de Gestión de Riesgo y Cambio Climático (Idiger).
Así mismo, los sismos en el país se encuentran relacionados con la actividad que se presenta en la zona de subducción, que está ubicada en la costa del Pacífico, en la cual la placa Nazca está por debajo de la placa Suramericana, así como también con las fallas geológicas, que son más activas en el país.
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Para el Idiger, en particular Bogotá se encuentra expuesta a la diferente actividad sísmica que se genera por los sistemas de fallas geológicas activos. La magnitud de los temblores es más alta dependiendo de la distancia entre estos sistemas y la capital.
Para el profesor de la facultad de ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica (Asosismica) y doctor en ingeniería, Daniel Ruiz, en Bogotá por lo menos el 40% de las edificaciones son consideradas sismorresistentes, lo que significa que el resto, el 60% de las edificaciones, podría sufrir serios daños o colapsaría en caso de presentarse un terremoto.
Actualmente, los expertos indican que no existe un estudio que le afirme a la ciudadanía en general, cuáles son las zonas de la capital de la República que se encuentran más en riesgo de presentar daños en la infraestructura por motivo de un posible movimiento telúrico.
“Las condiciones de riesgo sísmico que afectan a Bogotá incluyen muchas variables, dentro de las que se cuentan las condiciones del suelo, la topografía, la calidad de la construcción, el tipo de sismo de acuerdo con la fuente que lo originó”, afirmó el Daniel Ruiz.
Así mismo, también enfatizó en que las edificaciones antiguas que se encuentran construidas en su mayoría en el centro de la capital del país podrían llegar a tener mayores afectaciones en caso de que se presente un sismo de mayor magnitud, ya que estas fueron edificadas antes de la normatividad NSR-10, en la que se establecen los diferentes lineamientos que se deben tener en cuenta para la construcción de edificaciones y la microzonificación sísmica. De acuerdo con esta normatividad “se garantiza que la estructura pueda soportar un sismo“, resaltó profesor de la facultad de ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana.
Entre tanto, indica que en Bogotá aproximadamente el 40% de estas construcciones se pueden considerar sismorresistentes; mientras que el 60% de los edificios y viviendas construidas se fabricaron sin cumplir con los estándares que establecen las respectivas autoridades competentes, al considerarlas como construcciones informales, y que podrían llegar a colapsar totalmente durante un movimiento telúrico de grandes proporciones.
Debido a estas cifras preocupantes, los expertos recomiendan que las edificaciones que fueron puestas en pie a partir del año 1998 deben contar con las respectivas licencias y cumplir con todos los requerimientos sísmicos, ya que la norma NSR-10 estaba vigente en ese momento. En cuanto a los edificios y casas que fueron construidas antes de esa fecha y no se rigieron bajo este reglamento, se les recomienda que soliciten la evaluación de pórticos, vigas y columnas, mampostería, con el fin de para determinar si es necesario reforzarlas.
Por su parte, la ley colombiana obliga a quienes son propietarios de las edificaciones, que lleven a cabo la rehabilitación sísmica de las infraestructuras como una manera para prevenir y disminuir la posibilidad de colapso y también los posibles fallecimientos que este acontecimiento pueda ocasionar.