En un lapso de poco más de tres meses, se ha construido una vía ilegal con una extensión de 22,4 kilómetros en el interior del Resguardo Indígena Llanos del Yarí – Yaguará II en Guaviare. Esta vía se encuentra a tan solo 4 kilómetros del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, declarado hace algunos años Patrimonio de la Humanidad.
La certeza de si esta vía ya ha ingresado al área protegida aún no se ha establecido con precisión. Gustavo Guerrero, procurador delegado para Asuntos Ambientales, señaló a El Espectador este ingreso ocurrió en julio, aunque el Ministerio de Ambiente tiene una versión diferente. A principios de agosto, afirmaron no tener información sobre la entrada de la vía al área protegida.
Lo llamativo para la Procuraduría es que esta vía se construyó de manera rápida sin que las autoridades se percataran. Esta situación plantea cuestionamientos acerca de la cantidad de vías que están siendo creadas sin autorización en áreas protegidas de la Amazonia.
Gustavo Guerrero señaló a ese medio de comunicación que muchas de estas vías se han construido en los últimos cinco años en los núcleos de deforestación de los Parques Nacionales, particularmente en lugares como Chiribiquete, la Paya y la Macarena.
En febrero de este año, ya se habían deforestado aproximadamente 2.000 hectáreas en el PNN Serranía de Chiribiquete debido a incendios indiscriminados y talas. Además, según Guerrero, la construcción de la vía habría comenzado en la misma época.
En vista de esta situación, la Procuraduría ha solicitado al Ministerio de Ambiente y al Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación (Conaldef) que se inutilice y destruya la vía.
Según las declaraciones de Guerrero a El Espectador, diversos estudios han mostrado que este tipo de infraestructuras propician la colonización de nuevos territorios. La construcción de vías a menudo impulsa la deforestación y luego son utilizadas para actividades ilegales como el tráfico de recursos, el transporte de madera y ganado, así como para la colonización de áreas previamente deforestadas.
La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) ha realizado estudios que revelan que el 93 % de las áreas abiertas por deforestación en Guaviare, Meta y Caquetá se encuentran a menos de 2 km de una vía de acceso. Entre mediados de 2021 y 2022, se registró deforestación en más de 9.000 hectáreas pertenecientes a 55 resguardos indígenas, siendo los más afectados Nukak y Llanos del Yarí Yaguara.
Un informe de 2018 del Ideam reveló que alrededor del 43 % de la pérdida de bosque en la Amazonia se encuentra a menos de 1 km de una carretera. El último informe de Parques Cómo Vamos (2022) muestra que los parques más afectados por vías ilegales en la región -Chiribiquete, la Paya y la Macarena- son también los más intervenidos por deforestación, acaparamiento de tierras y minería.
El Ministerio de Ambiente reconoce que esta problemática en la Amazonia tiene dimensiones alarmantes. Actualmente, existen 4.708 tramos viales ilegales con una longitud total aproximada de 9.202 kilómetros. De estos, 763 se superponen con áreas de Parques Nacionales Naturales (con una longitud cercana a 2.655 km) y 525 con áreas que forman parte de una reserva forestal (con una longitud cercana a 3.490 km).