De “ir al baño” nadie se escapa: “Va el Rey, va el Papa, va el buey y va la vaca”. Una realidad sobre la que no solo ha generado conversación cierto poema anónimo en Internet, sino también los de cagando ando, la cuenta dedicada a puntuar baños públicos en Bogotá.
La idea nació a mediados del 2023, como publicista, el cerebro detrás de este fenómeno de las redes sociales se dio “cuenta de que había una sobrecarga de contenido de recomendaciones que no servían para nada: el restaurante temático que queda en un sitio donde tú nunca vas a ir, el restaurante temático supremamente caro donde una persona normal no puede ir, un sinfín de recomendaciones que se volvían paisaje”, manifestó el creador de cagando ando en entrevista para Infobae Colombia.
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Fue entonces que recordó a Bill Gates y como en 1996 predijo que “el contenido sería el rey”. Pero en un mundo en el que, por día, se ven más de 1 billón de tiktoks decidió reinterpretar la frase del magnate, siendo real y disruptivo.
“Los foodies cobran por ir a tu restaurante. Si yo ahorita monto un restaurante que se dedica a preparar leche chocolatada solo con dos cucharadas, yo les puedo pagar y ellos van a recomendar mis restaurantes y es ahí donde pasa de ser contenido real a contenido pago”, lamentaron desde el perfil en conversaciones con Infobae.
Resueltos a comprobarlo, usuario de la plataforma gastan su tiempo y dinero, aunque no siempre resulta ser cierto. Y es ahí donde nacen las cuentas que se dedican desmitificar recomendaciones, “vimos una tendencia interesante de este tema de contenidos y nos preguntamos: ¿Qué es lo más real y qué es lo que cualquier persona puede hacer? Y es ir al baño. Desde Paulina Vega, hasta el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, van al baño, todos vamos al baño, qué más real que eso y qué mejor que hacer contenido en Bogotá, una ciudad de tantos contrastes”.
Decidieron hablar de “baños” porque dicen mucho de un lugar. La fachada puede ser agradable, pero un baño en malas condiciones puede cambiar la percepción del visitante. Sin importar edad, género o color de piel en cagan ando pueden entablar una conversación con cualquier persona, porque cualquier persona puede tener una urgencia.
Algo en lo que, la mente tras el proyecto no había pensado hasta el 2022, cuando fue sometido a una cirugía de estómago. Antes era de los que “hacen en la casa”, pero su paso por el quirófano lo obligó a cuestionarse:
“Nació una necesidad entorno a hacerlo y dejar de mitificarlo. Da igual donde tú lo hagas, da exactamente igual. Tú puedes creer que tu baño está limpio y no lo está, incluso, pueden limpiar tal vez más el de un centro comercial, fácilmente. No creo que ni tú ni yo lavemos los baños cada dos horas como lo hacen en estos espacios”.
El creador de contenido colombiano Rubigol compartió en algún momento un testimonio similar. Según él era de esos “de culo penoso”, hasta que una emergencia lo obligó a abrir los ojos y entender que a la gran mayoría les ha pasado y a quienes no, podría ocurrirles en cualquier momento.
Su video y la cuenta de cagando ando son un mensaje para hacer de los baños un lugar de paz y tranquilidad: “todos somos reales, todos somos personas con necesidades. Que levante la mano la primera persona a la que no le haya caído mal algo (…) hay que desmitificar lo que es natural, no es que por tener los mejores tenis o el mejor reloj vas a dejar de entrar al baño. Es entender que todos, sin importar si tomas solo leche de almendras o tomas leche entera, todos hacemos exactamente lo mismo”.
Es así como cagando ando pasó de ser una persona a un colectivo artístico, de quienes comparten una idea bajo la visión creativa de su creador. Trabajan como corresponsales de un mito del que todos pueden hacer parte, siempre y cuando no pierdan el tono.
“Lo pensado es que se vuelva un colectivo masivo. En un futuro voy a buscar los famosos cagoodies a nivel mundial”, corresponsales que encarne su personaje describiendo las dichosas obras de arte que quedan en el sanitario y puntuando los baños en 3 categorías: limpieza, comodidad y papel.
Cuando no está puntuando baños, el creador de la cuenta trabaja en un banco, en el que, si llegaran a entrarse de su proyecto creativo, probablemente, tendría que enfrentarse al juzgamiento, pero sueña con que su creatividad sea más grande que su nombre, como en el caso de Banksy, a quien admira profundamente.
Ha logrado formar una comunidad y generar discusión, como la vez que subió un video en el estadio El Campin y empezaron a comentar en su video que por “eso” no vendría Taylor Swift a Colombia. Han intentado banearlo y hacer eliminar su cuenta, pero también hay un perfil que, en cada video, agradece por un capítulo más de su “serie favorita”, una que apenas estaría iniciando y exige papel gratuito en cada baño público de Bogotá.