El 17 de agosto Colombia se estremeció con un sismo de 6,1 grados de magnitud. Este tuvo epicentro en El Calvario (Meta) y se sintió de gran manera en Bogotá, donde hubo varios sectores que sufrieron daños e, incluso, una mujer terminó muerta, que ante el desespero del momento saltó de un edificio.
Precisamente, sobre los edificios en Bogotá y el resto del país hay varias incógnitas, ya que muchos tienen normas de sismorresistencia, pero otros no.
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Al respecto, el ingeniero Orlando Arroyo, director del Programa de Ingeniería Civil de la Universidad de la Sabana, dio varias luces. Primero explicó cuáles son las características que debe tener un edificio sismorresistente.
Según él, la forma como una persona del común puede identificar si una edificación es sismorresistente es, en primer lugar, verificando que esta haya cumplido con los requisitos para obtener una licencia de construcción expedida por una curaduría en Colombia.
“Estos requisitos se obtienen cuando luego de haber sido diseñado el edificio, siguiendo las normas de diseño sismorresistente de Colombia, en este caso la NSR10 (Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente), pasa por un proceso de revisión en una curaduría y se otorga la licencia de construcción. Entonces la licencia de construcción obtenida legalmente es la forma como una persona del común puede verificar que una edificación cumple con la normativa”, explicó.
También detalló los atributos para que una edificación sea más apta para resistir a un terremoto.
Indicó que hay cuatro. El primero de ellos es la resistencia, que es la capacidad que tiene la estructura de resistir las fuerzas que el terremoto va a ejercer sobre ella. El segundo es la rigidez, que es la capacidad que tiene el edificio de resistirse a ser deformado durante un evento sísmico
El tercero agregó, es muy importante y tiene que ver con la ductilidad, que es que cuando el edificio tenga que deformarse y no falle en eso.
El cuarto es la redundancia, que es cuando un edificio debe tener la capacidad de redistribuir internamente las fuerzas en caso de que un elemento particular del edificio falle.
Sobre si Bogotá está preparada para un sismo, citó datos reportados por el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), que indican que entre el 30% y 35% de las viviendas de la ciudad se consideran no ingenieriles o de tipo informal, o sea que no cumplen normas.
“Este porcentaje puede ser más alto en algunas zonas de la ciudad donde el nivel económico de las personas no les permite acceder a construcciones de acuerdo con las normas colombianas”, advirtió.
De igual manera, advirtió que ya se hicieron simulaciones sobre un evento sísmico en Bogotá, las cuales indican que el porcentaje o el valor de las pérdidas podría ascender entre unos USD8.000 a USD9.000 millones.
Qué edificios se mueven más durante un sismo
Otro punto que tocó Arroyo es el mito que hay sobre si un edificio sismorresistente se mueve más que otros en un temblor. Para entender este asunto dijo que hay que entender qué pasa en un edificio sismorresistente.
“No todos los edificios se van a mover lo mismo. Por ejemplo, hay edificios que están hechos de muros de concreto que se van a mover menos que edificios que están construidos en un sistema de acero. Ambos edificios son capaces de resistir el terremoto. La única diferencia es que la naturaleza de cada uno de ellos hace que lo resistan de una forma distinta, uno se va a mover menos que el otro, pero ambos son un sistema sismorresistente”
Con respecto a los edificios que no cumplen con la normativa de sismorresistencia, dijo que es necesario hacer un estudio para identificar si efectivamente la edificación no cumple con un nivel mínimo de protección y de seguridad de la vida en caso de un terremoto.
Precisó que si se identifica que este es el caso se hace necesario rehabilitar esta edificación, o sea, llevar esta edificación a un nivel de resistencia de ductilidad de capacidad de formación que esté acorde con los lineamientos de la normativa sismorresistente.